Por Pepe Escobar
El Secretario de Estado estadounidense John Kerry, debe estar empezando a disfrutar el peligro, pues dice que “no está claro” que los EE.UU. e Irán alcancen un marco político para un acuerdo nuclear antes de fin de mes.
En los pasillos de Tel Aviv a Riyadh se deben escuchar fuertes aplausos.
Con el reinicio de las negociaciones en Lausana, el hecho de que exista un acuerdo nuclear entre Irán y el Grupo 5+1 (EE.UU., Reino Unido, Francia, Rusia y China miembros del BRICS, y Alemania) abre la posibilidad de incrementar las exportaciones petroleras iraníes – llevando a caer aún más los precios del petróleo. Que a principios de esta semana, se comerciaba a $54,26 dólares por barril para el crudo Brent.
Suponiendo que los EE.UU. y los países de la UE que forman parte del P5 + 1 acuerden verdaderamente suspender para el verano las sanciones de la ONU (Rusia y China ya están de acuerdo), no sólo Irán exportará más energía – lo cual debería llevar pocos meses – sino que también la OPEP aumentará su sobre oferta.
La UE difícilmente desee comprar volúmenes de energía iraní – e invertir en la infraestructura energética iraní. Beijing, un miembro clave pero discreto del P5 + 1, también está observando estos desarrollos muy cuidadosamente.
Pase lo que pase, para China es una situación de ganar-ganar, ya que Pekín continúa construyendo activamente sus reservas estratégicas de petróleo beneficiándose de los bajos precios. Y aun cuando los precios del petróleo también siguen bajo la presión de la fortaleza del dólar – lo que hace que el crudo sea más caro si usted está pagando con una moneda diferente – esto en realidad no es problema para China, por sus gigantescas reservas en dólares estadounidenses.
La guerra de precios del petróleo desatada esencialmente por Arabia Saudita ha impactado a Irán. El país puede estar decaído, pero no fuera. No había buenas opciones para Teherán, excepto intentar mantener su cuota de mercado, ofreciendo los mismos descuentos – especialmente a Asia – que los saudíes están ofreciendo.
Sobre Teherán ha caído desde hace años un tsunami de desagradables sanciones por parte de Occidente, que limitan su capacidad para exportar petróleo y aumentar la producción. Es extremadamente difícil para el gobierno de Irán reducir la brecha de los ingresos presupuestados en base a los altos precios del petróleo que antes imperaban.
Ahora lo importante entre los principales productores de petróleo es mantener la cuota de mercado a toda costa. Irán no puede escapar a esto – ya que necesita mantener bajo control en todo momento el temor de un exceso de oferta y su deseo de aumentar la producción. Algunos países productores de petróleo definitivamente siguen suministrando petróleo fuera del mercado. Como resultado Irán tendrá serios problemas incrementando su producción y sus exportaciones para intentar recuperar la cuota de mercado que tenía antes de las sanciones.
¿Quieres comprar un condominio en Medio Oriente?
Mientras no se vislumbra una finalización de esta especie de “guerra del petróleo” no declarada, el frente nuclear promete unos sorprendentes avances.
Las poderosas – aunque a veces en conflicto – facciones del “Imperio del Caos” en Washington están muy entretenidas con la ilusión de transferir los activos militares de EE.UU. desde Oriente Medio a Europa para seguir incrementando la presión sobre Rusia, bajo el pretexto de la “agresión” contra Ucrania.
Eso puede ocurrir sólo después de “controlar” de Medio Oriente, control que comparten Turquía, Irán, y en mucha menor medida, la Casa de Saud. Para la notoriamente inestable política exterior del “Nada de Estupideces” de la administración Obama, esta sería una razón clave detrás de la presión para que se alcance este verano un acuerdo nuclear exitoso del P5 + 1 con Irán.
Irán ya ha cultivado – y hecho florecer – su propia esfera de influencia. Está el caso de Turquía y Arabia Saudita que es mucho más complicado.
Aunque Ankara esté bien consciente de la pelea de gatos por el poder regional entre Teherán y Riad, trata de mantener buenas relaciones con ambas.
Fundamentalmente es en Siria que Ankara y Riad están casi en el mismo libreto de “Assad debe irse”. Casi – porque, de hecho, durante cuatro años una alianza a favor de los Hermanos Musulmanes entre Turquía y Qatar ha estado en competencia directa con el impulso salafista de la Casa de Saud.
De todos modos, cuando el presidente de Turquía, también conocido como el ‘Sultan’ Erdogan, visitó al nuevo rey saudí Salman a principios de marzo, llegaron a un arreglo; ambos acelerarán el “apoyo” – en armas y de otra manera – a la oposición siria. El problema es que no hay oposición Siria creíble; prácticamente todos los que saben combatir han migrado al falso Califato del ISIS/ISIL/Daesh.
En pocas palabras esto significa una vez más una provocación de sunita contra chiíta; un clásico gambito del Divide y Vencerás que es la prioridad perenne de la Casa de Saud.
El ‘Imperio del Caos’, en teoría, debería estar como mínimo satisfecho. Pero no lo está. El objetivo de la administración Obama – públicamente – es “[priorizar] al Estado islámico, no a Assad.”
Pero eso también puede cambiar en un instante. El Nuevo Jefe del Pentágono Ashton Carter acaba de admitir que, “las fuerzas que entrenemos en Siria, tendremos obligación de apoyarlas después de ser entrenadas.” Pero eso también sería “incluir la posibilidad de que, a pesar de que estén entrenadas y equipadas para combatir al ISIL, podrían entrar en contacto con las fuerzas del régimen de Assad”.
No extraña que Damasco esté cansada, y que espere las “acciones” de EE.UU. antes de cualquier posible negociación con Washington. Un día, Kerry dice que las negociaciones con Damasco son necesarias para poner fin a la guerra civil Siria. Al día siguiente repite, “Assad debe irse.”
Los juegos paranoicos del amigo de Osama
En cuanto a una zona de exclusión aérea sobre el norte de Siria – en gran medida impulsada por Erdogan, y un sueño húmedo de los neoconservadores en Washington – esta no va. Una razón adicional de Ankara para mantenerse alejada de este nuevo empuje anti-Irán por parte de los Sauditas.
Para complicar aún más las cosas, el poder dentro de la Casa de Saud sigue siendo difuso. Tanto la CIA como el BND – inteligencia alemana – concuerdan, y ha habido constantes rumores en Washington de que la Casa de Saud finalmente debe irse.
La Casa de Saud todavía no ha entendido que Siria no es su principal “amenaza”. Están enloquecidos por el tema de su frontera con Irak – así como sus fronteras con Yemen y Bahrein. Además de todo esto eligió luchar contra Rusia a través de una guerra de los precios del petróleo. Los sauditas dicen que están bombeando sólo 9,5 millones de barriles de petróleo al día de sus 12,5 millones de barriles diarios; Moscú está diciendo esencialmente que están bombeando a toda su capacidad.
Si bien la guerra de precios del petróleo deleita a los Ruso demonizantes “Amos del Universo”, están al mismo tiempo profundamente enfurecidos porque esta está diezmando la “revolución” del petróleo de esquisto de Estados Unidos. ¿Qué le queda a la masa de trabajadores desempleados de Estados Unidos? Encontrar un empleo en Arabia Saudita. Siendo una razón más para que los “Amos del Universo” dejen a la Casa de Saud en cuanto les de la gana.
Como era de esperarse, la paranoia de la Casa de Saud sigue siendo la norma. El ex capo de todos los capos de la inteligencia saudí (y ex gran amigo de Osama bin Laden), el príncipe Turki, está agresivamente culpando a Irán de ser “un agente perturbador en varios escenarios en el mundo árabe, ya sea Yemen, Siria, Irak, Palestina o Bahrein “; acusando a Irán de “expandir su ocupación en Irak“; insistiendo en que “el enemigo” es tanto Assad como el ISIS/ISIL/Daesh; y por último pero no menos importante rechazando de cuajo cualquier posible acuerdo nuclear con Irán.
Lo que es aún más preocupante es que el Rey Salman trajo al primer ministro paquistaní Nawaz Sharif a Riad – corriendo a su encuentro en el aeropuerto – para confirmar un importante acuerdo nuclear estratégico en secreto antes de que se asegure cualquier acuerdo Irán / P5+1 . En conclusión: la Casa de Saud ya no confía en el paraguas nuclear estadounidense. Ellos están haciendo su propio juego de poder nuclear con la ayuda de la energía nuclear de Pakistán. La conexión existe, pero sigue siendo muy misteriosa.
No hay necesidad de delinear el próximo laberinto de consecuencias nefastas. Enloquecidos Wahhabis nucleares, ¿alguno?
Publicado el 18 de marzo de 2015 en rt.com
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