por Manuel Palma. En Russia Today en castellano
foto: Marcelo Bello – Reuters
Alfred-Maurice de Zayas asevera que Washington actúa en el país suramericano como “torturador” y “salvador” al mismo tiempo.
Dos días después de la tensa jornada vivida en la frontera colombo-venezolana, el pasado 23 de febrero, el autodenominado Grupo de Lima acordó impulsar la designación, por parte del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, de un experto independiente para evaluar lo que califican como una “crisis humanitaria” en el país suramericano.
El cónclave, que agrupa a naciones alineadas al intento de EE.UU. de deponer el Gobierno del presidente Nicolás Maduro, calificó como un “crimen de lesa humanidad” que se impidiera el ingreso por la fuerza de un lote de “ayuda humanitaria” desde Colombia, que intentó entrar por órdenes del autoproclamado “presidente encargado”, Juan Guaidó.
Sobre el tema, Alfred-Maurice de Zayas, experto en DD.HH., designado por Naciones Unidas para la promoción de un orden internacional democrático e igualitario (2012-2018), dispuso en su cuenta en Twitter la firma de un documento para que la Alta Comisionada de Derechos Humanos, Michelle Bachelet, visite Venezuela y constate la verdadera situación del país. La misma petición fue hecha en noviembre pasado por el presidente Nicolás Maduro.
Pero antes de que Bachelet arribe a Venezuela, Alfred de Zayas ha adelantado a RT cuál es panorama que podría encontrar la funcionaria de Naciones Unidas.
El también ex secretario del Comité de Derechos de la ONU ofrece su perspectiva luego de haber visitado Venezuela, en el 2017, para entrevistarse con autoridades oficiales, expertos y dirigentes de oposición e instituciones públicas y privadas del país caribeño.
RT: ¿Hay una crisis humanitaria en Venezuela?
A.Z.: Cuando estuve en Venezuela en noviembre- diciembre de 2017, ciertamente no había crisis humanitaria. Cualquier comparación con Gaza, Yemen, Siria, Libia, Sudán es absurda. Pero la situación ha empeorado desde entonces a causa de las sanciones.
RT: ¿Cree que las sanciones de EE.UU. están dirigidas a afectar al gobierno de Nicolás Maduro?
A.Z.: Las sanciones son un factor importante que contribuye a la crisis. La malnutrición y la falta de medicamentos pueden atribuirse directamente a las sanciones, y constituyen delitos geopolíticos en la categoría de crímenes de lesa humanidad.
RT: EE.UU. advierte que Venezuela necesita “ayuda humanitaria”. ¿Está el país en el mismo escenario que Libia, Yemen, Malí, Somalia, Sudán y Myanmar?
A.Z.: Venezuela solo necesita poner fin al bloqueo financiero y las sanciones. Venezuela ha agradecido la asistencia internacional para resolver los problemas creados por las sanciones. EE.UU. no puede estrangular primero la economía venezolana y luego reclamar que el país necesita asistencia humanitaria. Esto es cínico, maquiavélico, de mala fe en extremo. No puedes ser el torturador y el salvador al mismo tiempo.
RT: Los detractores de Maduro, incluyendo EE.UU., dicen que Venezuela comete un “crimen de lesa humanidad” al no permitir que entre “ayuda humanitaria”. ¿Qué piensa sobre eso?
A.Z.: El Gobierno de EE.UU., y otros países que imponen sanciones, son los que cometen crímenes de lesa humanidad. Venezuela, por supuesto, acepta cualquier asistencia ofrecida de buena fe, y ya ha recibido 933 toneladas de alimentos y medicamentos de China, India, Turquía. Hace unos días llegó un avión de carga de Rusia con toneladas de medicamentos y equipo médico. Venezuela acepta asistencia de la ONU y de otros organismos, pero no de su principal torturador.
RT: La Corte Interamericana de Derechos Humanos dice que Venezuela requiere un “monitoreo especial” en DD.HH. ¿Qué valoración hace al respecto?
A.Z.: En las últimas décadas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se ha politizado enormemente, ha sido selectivo en su indignación y no ha supervisado las situaciones en muchos Estados miembros, donde las violaciones de derechos humanos son más graves que las de Venezuela. Especialmente desde que Luis Almagro se convirtió en Secretario General de la OEA, la Comisión ha sido más arbitraria y parece servir a los intereses geopolíticos de los Estados Unidos. En otras palabras, la Comisión aplica arbitrariamente su propio Estatuto, a la carta.
Antes de mi misión a Venezuela, leí todos los informes relevantes de la CIDH. Los considero fundamentalmente defectuosos porque confían principalmente en la información proporcionada por la oposición política a Chávez y Maduro, por parte de ONG internacionales con sus propias agendas. Esencialmente, ignoran la información y documentación proporcionada por ONG locales venezolanas como Fundalatin o la Red Nacional de Derechos Humanos, además, la Comisión no ha dado el debido peso a las respuestas y la documentación proporcionada por el Gobierno de Venezuela.
RT: ¿Cómo evalúa el papel de la ONU en la actual situación de Venezuela?
A.Z.: La ONU violaría su propia Carta si reconociera a Guaidó. El artículo 2 (7) de la Carta, la resolución 2625 de la Asamblea General y otros estatutos lo prohibirían. Además, la ONU y sus agencias ya ayudan significativamente a Venezuela con servicios de asesoría y asistencia técnica.
RT: ¿Cuál es la mejor contribución que la comunidad internacional puede hacer con respecto a Venezuela?
A.Z.: La comunidad internacional debe mostrar solidaridad con el pueblo venezolano y exigir el levantamiento de las sanciones. Debería luchar contra las noticias falsas que han sido desatadas por Washington e insistir en que la Carta de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos (OEA) se cumplan rigurosamente.
RT: ¿Se solucionan los problemas económicos y la crisis política en Venezuela solo si el presidente Maduro deja el poder, como sostiene EE.UU.?
A.Z.: Maduro no renunciará. Tendría que ser asesinado como lo fue (Salvador) Allende, y luego seguiría un retroceso masivo en materia de derechos humanos, igual que en 2002 durante el golpe contra Hugo Chávez, cuando Pedro Carmona emitió un decreto que eliminaba 49 piezas de legislación social. Por supuesto, en ese escenario, EE.UU. levantaría las sanciones y comenzaría el gran saqueo de los recursos naturales de Venezuela. Todo se remontaría a los años 80 y 90.
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