Por: Luis Britto García | Domingo, 03/04/2016 01:55 AM
En el país cualquiera aparecen los bachacos y se llevan la comida de los abastos, la medicina de las farmacias, la gasolina de las bombas.
Quienes se quedan sin gasolina sin medicinas sin comida comentan que éstas reaparecen en mercados negros o en el exterior a diez veces el precio original mientras los bachacos siguen llevándose comida, medicinas, gasolina.
Se inician investigaciones profundas para localizar a los bachacos que están por todos lados llevándose para quién sabe dónde productos que nadie volverá a ver quién sabe cuándo.
El alto comando superior político de lo politiquísimo se reúne para comunicar a las masas lo negativo de la acción de los bachacos pero en cuanto comienzan las disertaciones los bachacos arrasan con altavoces, tarimas, afiches, pancartas, votantes.
La autoridad de la seguridad declara mano dura acción sin contemplaciones pero antes de decir caiga quien caiga ya ha caído al suelo por acción de los bachacos que cargan con cartucheras botas municiones revolveras fucas patrullas.
La autoridad superiorísima convoca cadena nacional para informar cuán desagradable es que los bachacos desaparezcan desde papel higiénico hasta el Acta de la Independencia pero no bien ha comenzado lo único que sale en pantalla son bachacos que se llevan cámaras, decorados, antenas.
El Estado mayor de la comandancia comandante desarrolla un plan coordinado para comentar a la población los efectos negativos de la plaga de bachacos pero en cuanto inicia la ofensiva ya se llevan los bachacos armas municiones unidades bagajes y pertrechos para venderlos al enemigo.
Se reúnen los Poderes Poderosos para ponerse de acuerdo sobre lo nocivo de los bachacos pero en plena deliberación éstos se llevan estandartes, industrias básicas, reliquias de próceres, servicios públicos, curules, banda presidencial, recursos naturales.
Arremeten los patriotas que quedan a la voz de “La Planta Insolente del Bachaco ha Profanado el Sagrado Suelo de la Patria” pero las fronteras son borradas por hordas de bachacos que acarrean para quién sabe dónde los restos de la Patria.
En pleno sarao de opositores que celebran la destrucción del país irrumpen bachacos y se llevan cajas fuertes, joyeros, almacenes con productos acaparados, delicados cuerpos de oligarcas.
Donde hubo país sólo queda un abismo con bachacos que se devoran unos a otros o se venden a traficantes de personas con destino a revendedores de órganos.
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