Este artículo fue escrito para la Revista Unz: http: //www.unz.com/tsaker/elections-to-the-russian-duma-in-2016/
A juzgar por las reacciones en los medios corporativos occidentales, las elecciones de 2016 a la Duma de Rusia son, básicamente, un no-evento: el malvado Putin mantuvo su “control del poder”, todos los partidos en la Duma están básicamente bajo su control y no hay oposición real a la que le sea permitido a emerger. Incluso en Rusia, hay algunos que estarán de acuerdo, pero por diferentes razones. Dicen que todo el mundo sabía que Rusia Unida (el partido de Putin y Medvedev) ganaría sin importar qué y que toda la elección fue por lo tanto un evento bastante aburrido. En realidad, hay algo de verdad en todo lo anterior, pero esto también pierde del todo de vista el punto.
El problema número uno: Rusia no es Suiza
Lo importante que hay que entender acerca de Rusia, es que ella no es un país occidental o europeo. Si a los nacionalistas del UKIE les gusta decir que “Ucrania es Europa”, entonces me gustaría parafrasear y decir que “Rusia es Asia” (los Ukies están de acuerdo en esto, por cierto). Pero ésto tampoco es del todo cierto, en realidad, Rusia es Rusia, pero esto se acerca a la verdad que lo que la mayoría de los observadores quisieran admitir. En el caso de las elecciones, por ejemplo, Rusia es mucho más parecido a Japón: ella tiene esa capa externa obligatoria de la democracia, pero en realidad, la actitud del pueblo ruso a la autoridad y el poder es mucho más similar a la actitud de los japoneses: entienden que el verdadero poder y la autoridad en Rusia (o Japón) en realidad no dependen de los resultados de las elecciones y que los centros reales de poder en estos países han sido investidos por ciertos individuos (como Putin o el emperador), o en grupos informales de personas ( los agente de seguridad del estado y hombres de negocios en Rusia, las familias antiguas y los industriales en Japón).
Sin embargo eso no quiere decir que las elecciones sean irrelevantes, ni mucho menos. Son, de hecho, una forma clave para obtener una idea de posición de la opinión pública y, dependiendo del resultado, pueden enviar un mensaje muy poderoso a los que “tienen oídos para oír”.
El problema número dos: la verdadera oposición en Rusia no está en la Duma, sino se encuentra en el Kremlin
Hay mucho de verdad en la acusación de que la Duma es sólo un club de sellos de caucho y que todas las partes que lo lograron entrar en la Duma (Rusia Unida, los comunistas, los liberales demócratas y Rusia Justa) están a favor de Putin. ¡Es cierto! Pero eso no va al punto. El punto real es que mientras que Rusia Unida está generalmente a favor de Putin y Medvedev, los otros tres están muy fuertemente en contra de Medvedev, en contra del gobierno ruso y, sobre todo, están contra los ministros de economía y finanzas del gobierno de Medvedev. La verdad es que la verdadera oposición a Putin es precisamente esa, los ministros de economía y finanzas del gobierno de Medvedev y todas las facciones que ellos representan: banqueros, drones de FMI, hombres de negocios corruptos de la década de 1990 que odian a Putin porque no les permite robar igual que en el pasado, toda la ex nomenklatura y sus hijos que responsables por la matanza en la década de 1990 y cuyo corazón está en el Occidente, los integracionistas del Atlántico à la Kudrin, que son básicamente “tipos de consenso de Washington” y que odian al pueblo ruso por votar por Putin. Esa es la verdadera oposición y esa oposición es mucho más peligrosa que los EE.UU. y la OTAN juntos. Y para esta oposición, el resultado de las elecciones es una aplastante derrota. ¿Por qué?
Porque además del “partido de poder” hiper-oficial Rusia Unida, todos los demás partidos en la Duma son mucho más anticapitalistas y anti-estadounidenses que Putin. Para el Imperio, “Rusia Unida” es lo mejor que nunca conseguirá. Cualquier alternativa será mucho, mucho peor.
En cuanto a los partidos políticos abiertamente pro-estadounidenses (como PARNAS o Iabloko), que apenas consiguieron un 3% en conjunto, mucho menos que el mínimo del 5% (por cada parte) que necesitaban para entrar en la Duma. Básicamente, esto confirma lo que siempre dije: no hay fuerzas reales pro Estados Unidos en Rusia, ninguna.
Qué significa todo esto? Sencillo:
El pueblo ruso consiguió una Duma de sellos de goma, que es exactamente lo que querían!
Tal vez, esto no sea grandioso en términos de “democracia”, pero en términos de verdadero “poder del pueblo” este es un resultado fantástico.
¿Qué hay de la participación? ¿La participación (cifra provisional) de más o menos 48% indican que el boicot proclamado por algunos liberales funcionó? Ni hablar! Por un lado, este nivel de participación es realmente muy bueno, similar a lo que las elecciones parlamentarias suizas suelen registrar. Por otra parte, muchos de los votantes de Rusia Unida estaban tan seguros de su victoria abrumadora que ni siquiera se molestaronn en votar, de haberlo hecho el marcador Rusia Unida habría sido aún más grande.
¿Qué pasa con el fraude? Sí, hubo casos, pero dado que el nuevo sistema hace que sea posible para todos los ciudadanos supervisar cada centro de votación en vivo, éstos casos fueron capturados rápidamente y tratados. Para su gran pesar, incluso la OSCE tuvo que dar a estas elecciones una “revisión mixta“, en idioma común y corriente se traduce como “oh! Mierda!, no hemos encontrado nada!”.
Conclusiones:
Estas elecciones fueron una gran victoria personal para Vladimir Putin. Por el contrario, son una plantada de cara importante para los integracionistas del Atlántico y el Imperio AngloZionista. Esta fue también la prueba definitiva de que el estúpido plan occidental para desestabilizar a Putin a través de sanciones económicas ha tenido el efecto contrario, gracias: los rusos han circundado sus carros en torno a su Presidente y el estado de ánimo en Rusia es de determinación extrema.
Hay un riesgo para Putin aquí, pero es de menor importancia. El sistema electoral en Rusia significa que mientras que el partido Rusia Unida consiguió cerca del 54% de los votos, se adjudicará 343 escaños de un total de 450, lo que supone una mayoría absoluta bastante cómoda. Algunos observadores dicen que si las cosas no van bien y si la crisis económica no mejora, el Kremlin (tanto Putin como Medvedev) no serán capaces de echarle la culpa a la Duma. Esto es cierto, pero tampoco es un gran problema. En primer lugar, tanto Putin como Medvedev, siempre podrán culpar a Occidente por todo, incluso cuando, como en el caso de las políticas económicas, francamente idiotas del gobierno ruso, aunque, en realidad, es el gobierno ruso el único responsable de la crisis y las sanciones de Occidente estén teniendo un efecto mínimo sobre la situación. Pero mucho más relevante, es que Rusia Unida no es realmente-realmente el partido de Putin. Su *verdadero* partido no es un partido en absoluto, sino más bien un movimiento, el Frente Pupular de Toda-Rusia o “FPTR” ( describo la organización y su papel aquí). En caso de que las cosas se pongann difíciles, o si los integracionistas atlantistas tratan de derrocar a Putin durante, digamos, un Congreso extraordinario de Rusia Unida, Putin solamente tendría que acabar de convertir al FPTR en un partido político regular, culpar a la 5ta columna del intento de cambio de régimen y acabaría con sus oponentes con el pleno apoyo del pueblo ruso.
La verdad es simple: Putin personalmente y los intereses que él representa nunca han sido más potentes que hoy en día. La inmensa mayoría del pueblo ruso apoya completamente al Kremlin y la escritura en la pared para el Imperio es simple: “Lasciate Speranza Ogne, voi ch’intrate”!(Olviden toda esperanza quienes entren aqui, cita de Dante Alighieri. NDT)
El Saker
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