Momento decisivo en Norcorea: Orden tripolar de EU/Rusia/China o guerra nuclear

por Alfredo Jalife-Rahme, en La Jornada

Hoy el Reloj del Día del Juicio Final está a 2:30 minutos de su medianoche (http://thebulletin.org/clock/2017) cuando se vive un “momento 1962”, alusivo a la crisis de los misiles en Cuba entre la URSS y EU (https://goo.gl/8eVFh5), como también aduce David Sanger (https://goo.gl/UH4lNP).

Leon Panetta, ex director de la CIA y ex secretario del Pentágono, advirtió que “Trump arriesga una guerra nuclear con Norcorea” por lo que no debe incurrir en ninguna “acción precipitada” ya que existen “razones por las que ningún presidente en la reciente historia de EU haya jalado el gatillo (https://goo.gl/kEt5Vt)”, en lo que coincidió el representante de Norcorea en la ONU, quien acusó a EU de buscar una guerra nuclear a la que estaba preparada el régimen de Pyongyang (https://goo.gl/M7D98S).

Todo indica que las sabias intermediaciones de China y Rusia han “des-escalado” la confrontación cuando el portaviones USS Carl Vinson dotado de armas nucleares, tomó una ruta diferente a la de la península coreana y ha sido detectado ahora en Indonesia dirigiéndose a Australia (https://goo.gl/NNTgG4), que está a nueve mil kilómetros de Norcorea.

¿Por qué inventaron los multimedia de Surcorea que tres portaviones de EU, USS Vinson, USS Nimitz y USS Ronald Reagan se dirigían a la península coreana?

Surcorea atiza el fuego nuclear en forma infantil con “fake news” pretendiendo no ser afectada.

Zhao Lixin (ZL), director del Departamento de Ciencias Políticas Internacionales de la Universidad Yanbian, pese a la exhibición muscular nuclear circundante –sumada de las bravatas retóricas de EU y Norcorea–, quien juzga que “el líder Kim Jong-un no cometerá un error estúpido (sic) de proporcionar una justificación para que la Casa Blanca libre una guerra, por lo que, pese a que “la mayor parte de los observadores comenta que la península coreana se acerca a su punto más volátil, la posibilidad de una guerra es escasa (sic)”.

ZL aduce que Trump “no actuará en forma intempestiva porque no puede vislumbrar hasta qué punto China y Rusia intervendrán una vez que la guerra estalle ni podrá predecir sus consecuencias” cuando “China y Rusia no son extraños y la península coreana no es Siria (https://goo.gl/XvJSkC)”.

La Casa Blanca ha diluido su vino y su portavoz Sean Spicer comentó que Trump “no trazará ninguna línea roja (sic)” en la península coreana sobre el tema nuclear cuando EU continúa colaborando con China (https://goo.gl/5wJ6Kj).

China maneja una propuesta persuasiva, que se conoce como la “suspensión de la suspensión”, donde resalta suspender las hostilidades: primer paso, que Norcorea congele su programa nuclear a cambio de que EU suspenda sus ejercicios militares con Surcorea (https://goo.gl/DLlepm).

El petrolero texano y secretario de Estado, Rex Tillerson, prefiere esperar el resultado electoral de Surcorea el 9 de mayo para el despliegue del escudo misilístico balístico de defensa estadunidense (THAAD).

Surcorea no pasa su mejor momento cuando su presidenta Park Geun-hye ha sido encarcelada y cursa una elección muy apretada que definirá la instalación del THAAD. Ahora Beijing presiona simultáneamente a Pyongyang y a Seúl.

El portal chino Global Times inculpa también a Seúl de la crisis nuclear al jugar con la perspectiva de instalar el escudo THAAD en su suelo cuyo objetivo es tanto contra Norcorea como contra China y que pudiera constituir una pieza de recambio para la desnuclearización integral de la península coreana.

Son delicadas pero no son tan dramáticas las noticias y, como aduje en mi entrevista a CNN (https://goo.gl/S3eNlm), la cumbre de Trump y el mandarín Xi fue relativamente “exitosa” en Mar-a-Lago, donde se acordó la “cooperación de China y EU para salvaguardar la paz en la península coreana y en todo el noreste asiático (nota: China, Japón y la península coreana)”, según Global Times.

China advierte que Surcorea tome “el peso de las consecuencias de las tensiones en la península” cuando apuesta en forma ilusa “a una confrontación entre Beijing y Pyongyang (https://goo.gl/HOuGK4)” en la que “Seúl no será ninguna víctima inocente de la crisis nuclear de Norcorea”.

El portal chino llama la atención a Surcorea de que “seguramente sufrirá las consecuencias de una guerra”, por lo que “Seúl no debe fantasear (¡súper-sic!) en un escenario de que se colapse el régimen de Pyongyang durante la guerra y que Surcorea pueda unificar a la península en el proceso”.

También el vicepresidente Mike Pence criticó, en este momento tan crucial, el déficit comercial de EU con Surcorea (https://goo.gl/DVvTox), lo cual delata que Seúl recibe fuertes presiones por andar atizando el fuego nuclear.

La “des-escalada” en la península coreana generará mejores condiciones para una cooperación de EU y China de la que no puede ser excluida Rusia, genuina superpotencia nuclear que comparte 18 kilómetros con Norcorea (China comparte mil 352 kilómetros) cuando Moscú mantiene excelentes relaciones con Japón, al igual que Beijing las tiene con Surcorea, en este contexto “tripolar” de hipercomplejidad no lineal.

El contencioso de Norcorea es anacrónico desde hace 64 años y se ha gangrenado como rescoldo no resuelto de la Segunda Guerra Mundial cuando el general MacArthur pretendió lanzar una lluvia de bombas nucleares, lo cual indispuso hasta al presidente Truman que ya había ordenado el lanzamiento de dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.

El contencioso norcoreano había avanzado con los presidentes Carter y Clinton. Hoy Trump se burla de que Clinton y Obama no pudieron resolver nada.

A mi juicio, a Clinton le faltó tiempo, y el belicoso Baby Bush echó a perder todo lo conseguido cuando colocó en forma innecesaria a Norcorea en la lista de los “Estados canalla”.

Recuerdo la comida a la que nos invitó el canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez, al egipcio Mohamed El Baradei, director de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), que obtuvo el Nobel de la Paz en 2005, y a su asistente, la física mexicana, Ana María Cetto, con un servidor en representación de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear galardonada con el premio Nobel de la Paz de 1985. El Baradei nos confió que Norcorea poseía ya seis bombas nucleares.

A partir de entonces Baby Bush y Obama han empujado a Norcorea contra la pared que, como fiera (https://goo.gl/PiqVng), dotada hoy entre 13 y 21 bombas nucleares (https://goo.gl/71wmf3), en caso de asfixia desmedida podría optar por un contrataque contra Surcorea, Japón y las respectivas bases de EU.

En China no pierden la esperanza de un arreglo cuando el mandarín Xi no ha cancelado la trascendental cumbre de 28 mandatarios, los próximos 14 y 15 de mayo en Beijing, entre quienes se encuentra el zar Vlady Putin (https://goo.gl/9MZPLz).

Suena creativo el quid pro quo de la desnuclearización de la península coreana que incluya el desmantelamiento del THAAD en Surcorea y lleve a su unificación al estilo alemán.

A mi juicio, la península coreana unificada debe ser neutral y constituir un “país amortiguador” bajo el paraguas tripolar de China, EU y Rusia.

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