por The Saker. Este artículo fue escrito para The Unz Review, y publicado en thesaker.is.
Robert Fisk fue el que mejor lo resumió: “Trump está a punto de meter la pata en el Medio Oriente”. Luego de su decisión fantásticamente estúpida de atacar al ejército sirio con misiles de crucero Trump, o debería decir, la gente que toma decisiones por él, probablemente entendió que fue el “game over” de toda política estadounidense en el Medio Oriente, así que hicieron lo único que podían hacer: correr hacia esos pocos que realmente se alegraron con esa agresión contra Siria: los saudíes y los israelíes. No hace falta decir que, con estos dos “aliados” lo que actualmente hace las veces de una “política exterior estadounidense” en el Medio Oriente irá de mal a peor.
Hay muchos aspectos en los que Arabia Saudita e Israel son realmente únicos: ambos son principales patrocinadores del terrorismo, ambas naciones están profundamente empapadas por ideologías que solo pueden ser descritas como incivilizadas (Wahabismo y supremacismo judío) y ambas están armados hasta los dientes. Pero también tienen otra cosa en común: a pesar de, o tal vez debido a, sus inmensos presupuestos militares, estas dos naciones son también militarmente muy débiles. Por supuesto, tienen un montón de equipo militar fantástico y les encanta atacar con todo a sus vecinos y apalear a algún “enemigo” indefenso, pero una vez que haces a un lado toda la propaganda entiendes que los Saudies no pueden hacerse cargo ni siquiera de los Huties en Yemen, mientra que los israelíes fueron completamente derrotados en 2006 por las fuerzas de 2da de Hezbolá (las fuerzas élite de Hezbolá estaban concentradas a lo largo del río Litani y nunca entraron en combate directo): toda la Brigada Golani no pudo tomar bajo control siquiera el pueblo de Bint Jbeil a pesar de que este se encuentra apenas a 1,5 millas de la frontera israelí. Esta es también la razón por la que los saudíes e israelíes intentan limitarse a ataques aéreos, porque sobre el terreno simplemente apestan. En esto las similitudes nuevamente son sorprendentes: los saudíes se han vuelto “expertos” en aterrorizar a los indefensos chiíes (en Arabia Saudita o en Bahrein) mientras que los israelíes son los expertos en aterrorizar civiles palestinos.
Con Trump uniéndose oficialmente a esta horrible alianza, los Estados Unidos contribuirán con la “experticia” militar de un país que ni siquiera puede tomar Mosul, principalmente porque sus fuerzas están, literalmente, escondiéndose tras las espaldas de los kurdos y los iraquíes árabes. Pensar que estos tres quieran encargarse de Hezbolá, Irán y Rusia sería casi cómico si no fuera por la terrible carnicería en la que esto resultará.
Ay, solo miren lo que los saudíes le están haciendo a Yemen, lo que los israelíes le hicieron a Gaza o el Líbano o lo que EEUU le hizo a Irak e inmediatamente tendrán una idea de lo que la formación de esta nefasta alianza significará para el pueblo sirio y el resto de la región. La historia muestra que un ejército no necesita ser hábil en la guerra para ser hábil asesinando personas: si bien la ocupación de Irak fue, en términos militares, un total desastre, resultó en casi un millón y medio de muertos.
Lo que también está claro es quien será el principal objetivo de esta alianza maligna: la única democracia verdadera en Medio Oriente, Irán… ¿El pretexto? Por -las armas de destrucción masiva, por supuesto: las (no existentes) armas químicas de los sirios y las (no existentes) armas nucleares de los iraníes.
En las palabras del propio Trump: “ninguna nación civilizada puede tolerar la masacre de inocentes con armas químicas” y “Los Estados Unidos están firmemente comprometidos a evitar que Irán desarrolle un arma nuclear y a detener su apoyo a los terroristas y milicias que están causando tanto sufrimiento y caos a lo largo del Medio Oriente“. No hay nada nuevo en esto. ¿En cuanto a cómo esta alianza maligna combatirá, cuando no tiene ningunas botas de valor sobre el terreno? Para esto, otra vez, la solución es tan simple como la anterior: usar a los dementes takfiris de ISIS/al-Qaeda como carne de cañón para Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita. Es simplemente una versión recalentada del “brillante” plan de Brzezinski para combatir a los soviéticos en Afganistán. Volver al futuro, por cierto. Y los “terroristas buenos” deberían ganar en Siria, por algún tipo de milagro, luego soltarlos contra Hezbolá en Líbano y contra los Chiítas en Irak e Irán. Quién sabe si con algo (mucho) de suerte, el imperio podría incluso reavivar el “Emirato del Caucaso” en algún lugar de la frontera sur de Rusia. ¿No es así?
Error.
Por un lado, los paisanos no están impresionados. Esto es lo que el Secretario General de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, tenía que decir sobre esto:
“Los israelíes, están apostando al ISIS y a todo este proyecto takfirista en la región -pero en cualquier caso ellos saben, los israelíes, los estadounidenses, y todos aquellos que usan a los takfiritas, que este es un proyecto sin futuro. Se los digo, y se los aseguro a todos mediante esta entrevista. Ese proyecto no tiene futuro.”
El tiene razón, por supuesto. Y el recién reelecto Presidente de Irán, Hassan Rouhani, abiertamente dijo que los estadounidenses eran ignorantes:
El problema es que los estadounidenses no conocen nuestra región y aquellos que asesoran a los funcionarios estadounidenses los engañan.
Está muy claro quienes son esos “asesores”: los saudíes y los israelíes. Sus intenciones también son claras: dejar que los estadounidenses hagan el trabajo sucio para ellos mientras permanecen lo más atrás posible. Podrían decir que los saudíes y los israelíes están tratando que los estadounidenses hagan lo que los estadounidenses están tratando que los kurdos hagan para ellos en Irak: ser su carne de cañón. La gran diferencia es que los kurdos al menos entienden con claridad lo que está pasando mientras que los estadounidenses, ciertamente, lo ignoran.
No todos los estadounidenses, por supuesto. Muchos entienden por completo lo que esta pasando. Un buen ejemplo de este conocimiento es lo que dijo b en la página Moon of Alabama luego de leer la transcripción de la conferencia de prensa del Secretario de Defensa Mattis, el General Dunford y el Enviado Especial McGurk sobre la Campaña para Derrotar al ISIS:
Mi primer pensamiento tras leer esto fue: “Esta gente vive en otro mundo, No tienen idea como funciona el mundo real en el terreno. Lo que la gente real piensa, dice y probablemente hace.” No había pensamiento estratégico visible. Sólo presentaron algunas ideas tácticas equivocadas.
Un reportero británico de alto nivel, el Secretario General de Hezbolá, el Presidente de Irán y un bloguero estadounidense parecen concordar en algo: no hay una verdadera “política” estadounidense en funcionamiento, lo que estamos viendo es un peligroso ejercicio de una pretendida estrategia que no puede resultar sino en caos y derrota.
¿Así que por qué la administración Trump sigue adelante con este sinsentido?
Las razones son muy probablemente una combinación de política interna estadounidense y un caso de aquello de “si todo lo que tienes es un martillo todo lo demás tiene apariencia de clavo“. La revolución de color & golpe de estado anti-Trump que los neocon y el estado profundo estadounidense iniciaron incluso antes de que Trump entrara en la Casa Blanca nunca se ha detenido y todo indica que las fuerzas anti Trump solo descansarán una vez que Trump haya sido inhabilitado y, posiblemente, removido del cargo. En respuesta a este ataque, todo con lo que Trump inicialmente pudo salir fue con el sacrificio de sus aliados y amigos más cercanos (Flynn, Bannon) con la vana esperanza de que esto aplacaría a los neoconservadores. Luego comenzó a apoyar irracionalmente sus “políticas”. Previsiblemente, esto tampoco funcionó. Luego Trump trató incluso de hacer flotar la idea de nombrar a Joe Lieberman como director del FBI antes de que se le “enfriaran los pies” y cambiara una vez más de opinión. Y mientras Trump intenta desesperadamente de apaciguarlos, los Neocon doblan la apuesta, y la vuelven a doblar y la suben un poco más. Está bastante claro hasta ahora que Trump no tiene lo que se necesita en términos de aliados o incluso de valor personal para hacer frente al pantano que prometió drenar. Como resultado, lo que estamos viendo ahora parece una repetición de los últimos años del gobierno de Obama: una total falta de visión o incluso una política general, caos en la Rama Ejecutiva y una política exterior caracterizada por un trastorno de múltiple personalidad donde se ve que todos: el Pentágono, el Departamento de Estado, la CIA y la Casa Blanca, persiguen políticas completamente diferentes en la búsqueda de objetivos completamente diferentes. A su vez, cada uno de estos actores se involucra en lo que (piensa) hace mejor: el Pentágono bombardea, el Departamento de Estado pretende negociar, la CIA se involucra en operaciones más o menos encubiertas en apoyo a más o menos “terroristas buenos”, mientras la Casa Blanca centra sus esfuerzos en tratar de hacer que el Presidente se vea bien o, al menos, en el control de algo.
A decir verdad, Trump no tiene nada que mostrar hasta ahora:
Rusia: según los rumores difundidos por los medios corporativos estadounidenses se suponía que Rex Tillerson iba a Moscú a entregar algún tipo de ultimátum. Gracias a Dios eso no sucedió. En lugar de eso, Tillerson gastó varias horas hablando con Lavrov y luego un par más conversando con Putin. Más recientemente, Lavrov fue recibido por Tillerson en los EEUU y, luego de esa reunión, también se reunió con Trump. Después de todas estas reuniones no se anunciaron resultados tangibles. ¿Qué significa eso? ¿Significa eso que no se logró nada? No del todo, lo que se logró es que los rusos claramente transmitieron a los estadounidenses dos cosas básicas: primero, que no quedaron impresionados por su ruido de sable y, segundo, que mientras Estados Unidos estuviera actuando como un elefante descerebrado en un bazar de porcelanas para los rusos no había ningún punto para trabajar con los EE.UU. Para su crédito, Trump aparentemente retrocedió e incluso trató de hacer algunas declaraciones conciliatorias. Huelga decir que la Siomedia estadounidense lo crucificó por ser “demasiado amable” con The Enemy. El resultado ahora es, por supuesto, mejor que la guerra con Rusia, pero tampoco es eso algún gran logro como los que Trump había prometido (y creo, sinceramente esperaba) durante su campaña.
RPDC/PRC: lo que tenía que suceder, por supuesto, ocurrió: todo el ruido de sables con tres grupos de ataque de portaaviones terminó siendo un fracaso gigantesco ya que ni los norcoreanos ni los chinos estuvieron muy impresionados. En todo caso, esta gran demostración de hardware de la era de la Guerra Fría fue correctamente interpretada no como un signo de fuerza, sino como un signo de debilidad. Trump perdió mucho dinero y mucho tiempo, pero no tiene absolutamente nada que mostrar. La RPDC probó otro misil de alcance intermedio ayer. Con éxito, dicen ellos.
Ucrania: Al parecer, Trump simplemente no se preocupa por Ucrania y, francamente, no puedo culparlo. En este momento la situación es tan mala que allí ningún poder externo puede influir significativamente más en los eventos. Yo diría que en este caso, teniendo en cuenta las circunstancias objetivas, Trump hizo lo correcto cuando esencialmente “pasó al bebé” a Merkel y a la Unión Europea: que traten de solucionar este lío sangriento, ya que es principalmente su problema. Karma, ya sabes.
Así que, en definitiva, Trump no tiene nada que mostrar en el campo de la política exterior. Hizo un montón de declaraciones fuertes, seguido de muchas amenazas, pero al final del día alguien al parecer le dijo “no podemos hacer eso, señor Presidente” (¡y gracias a Dios por ese héroe anónimo!). Una vez que esta realidad comenzó a hundirse del todo lo que quedaba era crear una ilusión de política exterior, una realidad ficticia en la que los EE.UU. siguen siendo una superpotencia que puede determinar el resultado de cualquier conflicto. Teniendo en cuenta que el Imperio Anglosionista es, primero y principal, lo que Chris Hedges llama un “Imperio de Ilusiones”, para su Presidente sólo tiene sentido centrarse en la creación de espectáculos y oportunidades fotográficas. Por desgracia, la Casa Blanca está tan desorientada que se las arregla para cometer grandes errores, incluso al tratar de congraciarse con un aliado cercano. Vimos que durante el reciente viaje de Trump a Arabia Saudita cuando tanto Melania como Ivanka Trump rehusaron cubrir sus cabezas mientras estaban en Riad, pero lo hicieron cuando visitaron al Papa en el Vaticano. Como dicen los franceses, esto era “peor que un crimen, fue un error”, que habla un millón de palabras sobre el desprecio en el que las élites estadounidenses tienen al mundo musulmán.
Hay otra señal de que los Estados Unidos están realmente raspando el fondo del barril: Rex Tillerson ha declarado que “la OTAN debería unirse formalmente a la coalición anti-Daesh”. En términos militares, para los Estados Unidos la OTAN es peor que inútil: los estadounidenses están mucho mejor luchando por sí mismos que involucrando a un gran número de “ejércitos simulados” que apenas podrían protegerse en un verdadero campo de batalla. Oh seguro, probablemente usted puede raspar un batallón decente a medio camino aquí, tal vez incluso un regimiento allí, pero todas las fuerzas de la OTAN son inútiles, especialmente para las operaciones en tierra. Ellos, al igual que los saudíes e israelíes, prefieren atacar desde el aire, preferentemente protegidos por AWACS de la USAF, y nunca involucrarse en el tipo de feas luchas de infantería que están teniendo lugar en Siria. A pesar de sus verdaderas fallas y problemas, por lo menos los estadounidenses tienen un número de unidades verdaderamente capaces de combatir, como los Marines y algunas unidades del Ejército, las cuales tienen experiencia y son capaces de dar a los takfiris una carrera por su dinero. ¿Pero los europeos? ¡Olvídalo!
Es realmente patético observar los desesperados esfuerzos de la Administración Trump para crear algún tipo de coalición anti-Daesh creíble a medio camino, mientras se evita vigorosamente el mirar el simple hecho de que los únicos partidos que pueden desplegar en el terreno a un gran número de unidades capaces de combate para luchar contra Daesh son los iraníes, Hezbolá y, potencialmente, los rusos. Esta es la razón por la que el presidente iraní Rouhani declaró recientemente que
“¿Quién luchó contra los terroristas? Fue Irán, Siria, Hezbolá y Rusia. Pero, ¿quién financió a los terroristas? Los que financian a los terroristas no pueden afirmar que están luchando contra ellos” y “¿quién puede decir que la estabilidad regional puede ser restaurada sin Irán? ¿Quién puede decir que la región experimentará estabilidad total sin Irán?”
En verdad, incluso los turcos y los kurdos no tienen realmente lo que se necesita para derrotar a Daesh en Siria. Pero el peor error de los generales de Estados Unidos es que todavía están fingiendo como si una gran y experimentada fuerza de infantería como Daesh/ISIS/al-Qaeda/etc. pudiera ser derrotada sin una gran ofensiva terrestre. Eso no sucederá.
Así que Trump puede bailar con los wahabíes y estar en oración en el muro de las lamentaciones, pero todos sus esfuerzos para determinar el resultado de la guerra en Siria están destinados a fracasar: lejos de ser una superpotencia, Estados Unidos se ha vuelto básicamente irrelevante, especialmente en Medio Oriente. Es por eso que Rusia, Irán y Turquía ahora están tratando de crear un marco trilateral “USA free” para tratar de cambiar las condiciones sobre el terreno. Lo mejor de los Estados Unidos es todavía capaz de sabotear esos esfuerzos y prolongar innecesariamente la carnicería en Siria e Irak. Eso es a la vez patético y profundamente inmoral.
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Cuando vi a Trump bailar con sus amigos sauditas inmediatamente pensé en las películas “Danza con lobos” y “Titanic”. Los imperios a menudo terminan en la violencia y el caos, pero Trump aparentemente ha decidido añadir una buena medida de ridículo a la mezcla. La tragedia es que ni los Estados Unidos ni el resto del planeta pueden permitirse ese tipo de ridiculez en este momento, especialmente no el tipo de ridiculez que puede escalar muy rápidamente en una orgía de violencia. Con los políticos europeos paralizados en un estado de estupor servil hacia la banda de Rothschild, América Latina devastada por la (sobre todo instigada por Estados Unidos) crisis y el resto del planeta tratando de mantenerse alejados de los espasmos de la ex superpotencia, la carga de tratar de contener este tren en cámara lenta de la ruina se precipita sobre Rusia y China.
En cuanto a Trump, hizo un breve discurso ante los líderes de la OTAN hoy. Habló de las “amenazas de Rusia y de las fronteras oriental y meridional de la OTAN”. QED.
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