Norcorea – sanciones asesinas impuestas por la principal organización de Paz y Justicia – el Consejo de Seguridad de la ONU

por Peter Koenig, en The Vineyard of The Saker. Traducción de Leonardo Del Grosso

Según informó la CNN, “el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el sábado (5 de Agosto de 2017) aprobó una resolución imponiendo nuevas sanciones a Corea del Norte por sus contínuas pruebas de misiles balísticos intercontinentales (ICBM) y violaciones de las resoluciones de la ONU.

Con 15 votos a favor, la Resolución 2371 fue aprobada por unanimidad.

La resolución apunta a las exportaciones primarias de Norcorea, incluyendo carbón, hierro, mineral de hierro, plomo, mineral de plomo y mariscos. Las sanciones también están dirigidas contra otros flujos de ingresos, tales como financieros y emprendimientos conjuntos con empresas extranjeras”.

La Resolución 2371 fue impuesta -¿por quién si no?- por los Estados Unidos de América, el agresor en jefe del universo; la villana nación excepcional que nunca es castigada, nunca sancionada por el propio Cuerpo de Paz, el Consejo de Seguridad de la ONU, por las millones de muertes de guerra y asesinatos teledirigidos causados por guerras ilícitas y hegemónicas, por proxies o por su propia máquina asesina a lo largo del globo durante los últimos 70 años -o más.

Esta resolución anti-RPDC fue aprobada unánimemente por los 15 miembros del CSNU, incluidos los únicos aliados de Corea del Norte, China y Rusia. Pueden haber tenido sus propias estratégicas y egoístas razones por su falta de solidaridad, por no vetar la Resolución y proponer medidas diplomáticas, si no. Medidas diplomáticas que podrían haber llamado a la razón a Washington y a los halcones del Pentágono, así como detenido al monstruoso guerrerista de Trump, gritando amenazas nucleares desde su club de golf en Bedminster, N.J. “Conocerá (Corea del Norte) el fuego y la furia como el mundo nunca ha visto”. Rusia y China podrían haber propuesto una contra-resolución bucando el diálogo y forzando a Washington a detener su beligerancia. – No lo hicieron. Y eso es lamentable.

Es una auténtica vergüenza hasta qué punto, literalmente, todo el mundo se está tirando para atrás para complacer a Washington y, como siempre, sus manipuladores oscuros y del Estado profundo que tiran de las cuerdas de las marionetas de la Casa Blanca. ¿Nos hemos convertido en un mundo de vasallos de un imperio moribundo?

Hace más de 60 años los mismos agresores militares liderados por Washington han destruído a escombros a Corea del Norte, diezmando su población, entonces de 10 millones, en un tercio. Estados Unidos nunca ha permitido la firma de un Acuerdo de Paz. En cambio, la República Popular Democrática de Corea (RPDC), bajo un resbaloso pacto de armisticio, fue y está permanentemente amenazada por las enormes bases militares de Washington en Corea del Sur y Japón con flotas de aviones y barcos de guerra. El espacio aéreo de la RPDC es frecuentemente invadido por bombarderos estadounidenses; las maniobras militares de las fuerzas armadas estadounidenses con Japón y Corea del Sur son repetitivas intimidaciones sobre la vida pacífica del pueblo norcoreano. Una estrictamente aplicada línea de demarcación militar de 250 km de largo en el paralelo 38º norte mantiene a las familias coreanas separadas por más de tres generaciones.

Lo que el régimen de Kim-Jong-un está mostrando al mundo es nada más que su disposición a defender los logros de la RPDC, de un país maravillosamente reconstruido con beneficios sociales completos de educación gratuita y servicios de salud para más de 25 millones de personas. El elemento de disuasión nuclear no es un peligro para nadie, ni para Japón, ni para su hermano meridional, y menos para Estados Unidos. Y Trump lo sabe muy bien. Su jactancia de “fuego y furia” no es más que ruido de sables, espectáculo, ya que pertenece a un psicópata multimillonario de golf, que está soñando con conducir por la gracia de Dios un imperio vacilante. No se atrevería a tocar a Corea del Norte, porque entonces enfrentaría el fuego y la furia de los aliados de la RPDC, Rusia y China, a pesar de su desafortunado voto de la UNSC.

Las sanciones de la ONU, si se observan, reducirían en un tercio los ingresos anuales por exportaciones de Corea del Norte, es decir, en un estimado de US$ 1.000 millones. Podrían hundir al país, ya aislado por las anteriores sanciones occidentales, con hambre y penurias extremas. Aunque es improbable que China, con quien Corea del Norte lleva a cabo el 90% de su comercio exterior, se adhiera a esas sanciones, es sin embargo una amenaza injusta.


Por un momento busquemos en la legalidad de la Resolución de Sanciones de la ONU en un contexto más amplio -en un contexto que la población mundial nunca ha conocido u olvida fácilmente.

El Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas aborda las Acciones respecto de las amenazas a la paz, violaciones de la paz y actos de agresión.

Estas acciones se rigen específicamente por los artículos 39, 40, 41 y 42 del capítulo VII:

Artículo 39:

El Consejo de Seguridad debe determinar la existencia de cualquier amenaza a la paz, violación de la paz o acto de agresión y debe formular recomendaciones, o decidir qué medidas deben adoptarse, de conformidad con los artículos 41 y 42, para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales.

Artículo 40:

A fin de evitar un agravamiento de la situación, el Consejo de Seguridad podrá, antes de formular las recomendaciones o decidir sobre las medidas previstas en el artículo 39, instar a las partes involucradas a que cumplan con las medidas provisionales que estime necesarias o convenientes. Tales medidas provisionales no deben afectar los derechos, reclamos o posición de las partes involucradas. El Consejo de Seguridad debe tener debidamente en cuenta el incumplimiento de dichas medidas provisionales.

Artículo 41:

El Consejo de Seguridad podrá decidir qué medidas, que no impliquen el uso de la fuerza armada, se emplearán para dar efecto a sus decisiones, y podrá pedir a los Miembros de las Naciones Unidas que apliquen tales medidas. Esto puede incluir la interrupción total o parcial de las relaciones económicas y de las comunicaciones ferroviarias, marítimas, aéreas, postales, telegráficas, de radio y otros medios de comunicación, y la ruptura de las relaciones diplomáticas.

Artículo 42:

Si el Consejo de Seguridad considera que las medidas previstas en el artículo 41 son insuficientes o han demostrado ser inadecuadas, podrá adoptar las medidas necesarias para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales mediante las fuerzas aéreas, marítimas o terrestres. Dicha acción puede incluir demostraciones, bloqueos y otras operaciones por parte de fuerzas aéreas, marítimas o terrestres de Miembros de las Naciones Unidas.

Las sanciones económicas impuestas bilateralmente, la principal grampa de los Estados Unidos que abofetea a voluntad en todo el mundo y a cualquier nación que no lame sus botas, son totalmente ilegales y violan cualquier ley internacional.

La legalidad de las sanciones económicas impuestas por la ONU es altamente cuestionable en la mayoría de los casos, y en particular en el caso de Corea del Norte, ya que pueden afectar a los Derechos Humanos, o más específicamente a los derechos económicos, sociales y culturales, mientras que sus efectos colaterales adversos pueden conducir a una emergencia humanitaria, por ejemplo, a la escasez de ciertos bienes y servicios esenciales para la garantía de estándares de vida básicos (Gebs, Robin, “Salvaguardias humanitarias en los regímenes de sanciones económicas: un llamamiento por cláusulas suspensivas automáticas, monitoreos periódicos y seguimientos evaluativos de los efectos a largo plazo “, The Harvard Human Rights Journal 18 (2005), página 173).

En el caso de Corea del Norte, tales sanciones son completamente absurdas, si no ilegales, ya que el principal agresor no es, y nunca ha sido, la RPDC, sino Estados Unidos.

Nunca se le ocurriría, sin embargo, a ninguna nación de este hermoso planeta el introducir un régimen de sanciones a los Estados Unidos de América a través del principal cuerpo de paz y seguridad de las Naciones Unidas. – ¿Y por qué no? – Porque todos temen las represalias estadounidenses. Sin embargo, Rusia y China y el bloque de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), que ya comprende la mitad de la población mundial y controla un tercio de la producción económica global – y está claramente en el proceso de separarse completamente de la hegemonía del dólar estadounidense – ya no deberían temer represalias – ¿no?

Es alucinante cómo el mundo, como era la liga de naciones, ha sido lavado el cerebro hasta el fondo, aceptando las atrocidades de Washington casi sin excepciones ni cuestionamientos, los crímenes contra la humanidad, asesinatos indiscriminados de decenas de millones de personas en todo el mundo, la más viciosa violación de los derechos humanos que la historia reciente haya conocido, sin parpadear. Al mismo tiempo, esta liga de naciones “solidaria” está lista para estrangular a una pequeña y valiente nación, Corea del Norte, que está simplemente probando su capacidad de autodefensa frente a constantes amenazas ilegales del agresor en jefe del mundo, los Estados Unidos de América América.

 

 

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