Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de la R.P.D.C. sobre “resolución de sanción” nº 2397 del C.S. de la O.N.U.

por Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular Democrática de Corea, en Naenara

Según cable de la Agencia Central de Noticias de Corea, el vocero del ministerio de Relaciones Exteriores de la R.P.D.C. hizo pública, el día 24 de diciembre pasado, la siguiente declaración como respuesta a las últimas resoluciones de sanciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como represalia por el desarrollo de las fuerzas militares nucleares de autodefensa de la R.P.D.C.:

Tan aturdido ante el logro de la gran causa histórica del perfeccionamiento de las fuerzas armadas nucleares de la RPDC, EE.UU. recrudece más que nunca la campaña de sanción y presión, sin precedente en la historia.

Cuestionando el exitoso lanzamiento de prueba de ICBM “Hwasong-15” de la RPDC, EE.UU. volvió a inventar el día 23 la “resolución de sanción” no.2397 del Consejo de Seguridad de la ONU, igual al bloqueo económico total a la RPDC.

Rechazamos totalmente el presente documento fabricado por EE.UU y sus fuerzas satélites, calificándolo de una violación flagrante a la soberanía de la RPDC y el acto de guerra que vulnera la paz y la seguridad de la Península Coreana y la región.

A fin de defender la soberanía del país y la integridad territorial y la vida pacífica del pueblo desde la política de chantaje nuclear y la amenaza nuclear del imperialismo norteamericano y garantizar fidedignamente la paz y la seguridad de la Península Coreana y el resto del mundo, hemos logrado gran causa de perfeccionamiento de las fuerzas armadas nucleares del Estado, superando todas las pruebas múltiples aun en medio de las vicisitudes de toda índole de la historia.

Como hemos reiterado en varias ocasiones, nuestras armas nucleares fueron desarrolladas justamente, fuera del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, para dar punto final a la política hostil y el chantaje nuclear de EE.UU., razón por la cual el disuasivo autodefensivo no contraviene a cualesquieras leyes internacionales.

A través de las pasadas confrontaciones antiyanquis, hemos adquirido una veracidad de que hay que fortalecer por todos los medios el poderoso disuasivo nuclear para frustrar las maquinaciones de EE.UU. que se dedica a la amenaza militar en dondequiera que se encuentre por alcanzar su sueño ilusorio de la hegemonía mundial, preconizando la doctrina “América es primera” basada en la fuerza.

Sería una gran equivocación si el país americano piensa que podría impedir con la caduca “sanción” el avance victorioso del pueblo coreano que llevó a feliz término la gran causa histórica del perfeccionamiento de fuerzas armadas nucleares del Estado, la de conversión del país en potencia coheteril, capaces de hacer frente a cualesquieras guerras nucleares de EE.UU.

EE.UU. y sus fuerzas seguidoras no deben olvidar ni un momento la existencia de nuestro país, surgido como Estado estratégico capaz de imponer a EE.UU. la amenaza nuclear real.

Si quiere vivir en tranquilidad, EE.UU. debe abolir su política hostil a la RPDC, aprender el modo de coexistir con nosotros equipados con armas nucleares y liberarse cuanto antes de la ilusión vana de que la RPDC podría renunciar acaso a sus armas nucleares, desarrolladas y perfeccionadas con duras penas.

Los países que votaron a favor de la “resolución” se responsabilizarán de todas las consecuencias originadas por ese “documento” y ajustaremos sin falta las cuentas por el respecto.

Nadie puede doblegar la voluntad del pueblo coreano que no se desespera ni teme ante las dificultades y desafíos en el camino de su avance, sino confía en el radiante futuro.

Seguiremos centuplicando el disuasivo nuclear de autodefensa para lograr el equilibrio sustancial de fuerzas con el imperio, a fin de erradicar de raíz la amenaza nuclear y las campañas hostiles de EE.UU.

Aunque EE.UU. y las fuerzas hostiles hagan esfuerzos desesperados, la RPDC, que avanza con la invencible unidad monolítica cuyo centro es el gran Dirigente, el poderío militar sin rivales y el autofortalecimiento, quedará como potencia y baluarte de la independencia, la autarquía y la autodefensa.