por Sayyed Hassan Nasralá, secretario general de Hezbolá. En Al Manar en castellano
“Nuestra resistencia no se vende”, señaló el secretario general de Hezbolá, Sayyed Hasan Nasralá, durante un mitin electoral organizado para los distritos de Tiro y Zahrani, en el Sur del Líbano.
En un discurso pronunciado delante de una multitud en la ciudad de Zahrani, en el Sur del Líbano, el sábado 21, Sayyed Nasralá denunció los excesos en los discursos electorales de algunos protagonistas libaneses, que critican a la resistencia en lugar de hablar de los problemas que azotan al Estado libanés.
Las ideas principales del discurso
Este acto tiene un objetivo claro: el apoyo a la lista Esperanza y Fidelidad en los distritos de Tiro y Zahrani.
Voy a abordar tres temas: la resistencia, los problemas del país y las listas electorales.
Nos hallamos en la ciudad de Tiro, la ciudad de Sayyed Sharafeddin y del Imam Musa Sadr y la ciudad que fue escenario del lanzamiento de su movimiento.
Es la ciudad de la convivencia entre cristianos y musulmanes, entre sunníes y shiíes y que siempre ha conjurado la fitna (división), incluso cuando ésta se extendía por otras regiones.
Es la ciudad que abrió sus puertas a los refugiados palestinos llegados del norte de la Palestina ocupada y que viven ahora en sus campos.
Es la ciudad que supo resistir a la ocupación y donde tuvieron lugar las primeras operaciones de martirio, realizadas por jóvenes del Movimiento Amal y de Hezbolá, comenzando por el mártir Ahmad Qassir, que infligió la primera humillación a Israel destruyendo su cuartel general en Tiro. Luego, hubo otros combatientes mártires de otras partes del Sur, que lograron expulsar a los israelíes sin condiciones del país.
Primera parte: el Sur del Líbano, abandonado por el Estado
En la historia próxima, la que debería servirnos de guía para avanzar hacia nuestro futuro… Desde 1948, después de la creación de la entidad usurpadora, las bandas terroristas sionistas no cesaron de atacar las regiones del Sur, aunque algunos en el Líbano creen que los israelíes no atacaron el Sur hasta que los refugiados y la resistencia palestina llegaron al país.
Las localidades libanesas fueron atacadas. La mayor masacre cometida por los sionistas tuvo lugar en Hula.
Los habitantes del Sur no tenían los medios de defensa.
El Imam Sharafeddin envió un mensaje al presidente de la República Libanesa, que era en aquel tiempo Beshara al Juri, en el que le explicaba los peligros para la seguridad que amenazaban a las gentes del sur, sin olvidar las privaciones que sufrían. Él decía: “Nuestra sangre corre, nuestras fronteras son violadas, nuestros niños viven con temor y nuestros pueblos son destruidos”.
¿Dónde estaba entonces el Estado? Los habitantes del Sur siempre pidieron al Estado libanés que asumiera sus responsabilidades y los protegiera, que enviara el Ejército al Sur para defender Bint Ybeil, Maryayun… pero en vano.
A todos los que critican hoy a la Resistencia les digo que los habitantes del Sur han esperado al Estado y el Ejército libanés desde 1948.
Una resistencia independiente del Estado
En 1975, el Imam Musa Sadr buscó la alternativa, es decir, la resistencia armada que contara con sus propias fuerzas y no las del Estado y fundó el Movimiento de Resistencia libanés Amal.
Me acuerdo que en aquella época toda nuestra generación se fue a los campos de entrenamiento. Eran los jóvenes los que financiaban la resistencia con sus propios bolsillos y no eran hijos de ricos.
Os digo esto para que todos sepan la buena situación de la que disfrutamos hoy en comparación a aquella época.
Con la invasión israelí de 1982, la resistencia se desarrolló hasta culminar con la Liberación de 2000. Y en todo ese tiempo el Estado estuvo ausente.
Y ahora algunos hablan de la resistencia como si fuera un crimen. Nuestro crimen ha sido el de tomar las armas para defendernos cuando el Estado estuvo ausente y no teníamos otra elección.
La alternativa era la muerte o el ver aparecer asentamientos israelíes construidos en el Sur del país.
La resistencia, una potencia real
Esta resistencia se ha convertido en una potencia real que los enemigo temen y que actúa lejos de discursos grandilocuentes. Desde las ofensivas de 1993 y 1996 y la Guerra de Julio de 2006, el enemigo sabe bien lo que tiene enfrente.
Aquella resistencia, que obtenía su dinero de los propios militantes y de los pobres para combatir al “ejército invencible”, se ha convertido hoy en una fuerza de grandes capacidades, que dispone de hombres, tecnologías y misiles que pueden alcanzar cualquier objetivo en la entidad sionista.
Estas victorias son el fruto de vuestros sacrificios, de vuestros mártires, de los heridos y mutilados de guerra, de los prisioneros y de vuestra perseverancia en la defensa de vuestra tierra.
Nuestra resistencia no se vende. Ella significa nuestra existencia, nuestra supervivencia. Ella es el pedestal de nuestra perseverancia y la señal de nuestro orgullo.
Esto podrá ser visto el próximo 6 de mayo, cuando la gente del Sur venga a votar por la Lista Esperanza y Fidelidad. Ese día vuestro voto en las urnas será un mensaje para los libaneses y el mundo entero de que estos dos distritos de Tiro y Zahrani, y todo el Sur, no abandonarán jamás la resistencia.
Segunda parte: los problemas del país
Durante las dos últimas décadas, desde 1992, hemos visto como unas fuerzas se ocupaban de la resistencia y de defender el país, mientras que otras se ocupaban de su economía y finanzas. Eso no fue el fruto de un acuerdo, pero desde el punto de vista operativo, ese fue el caso.
Las fuerzas que se consagraron a la resistencia pueden hoy hablar de sus éxitos: la liberación de nuestras tierras, incluyendo la Bekaa Occidental, pasando por Rashaya y todo el Sur, así como la liberación de nuestros prisioneros en las cárceles israelíes, sin olvidar que hemos impuesto la ecuación de la disuasión con el enemigo. Esto ha proporcionado un clima de seguridad a los libaneses desde hace 12 años.
¿Cuáles son vuestros éxitos?
Y vosotros, Corriente del Futuro, ¿cuáles son vuestros éxitos en el plano económico?
Hoy el Líbano tiene un problema crucial: 80.000 millones de dólares en deudas. Los sectores agrícola e industrial están paralizados. Las infraestructuras, en las que se gastaron miles de millones de dólares, no están a la altura. ¿Cuáles han sido vuestros logros económicos?
No digo esto para suscitar una controversia, sino para que todos asumamos nuestras responsabilidades. Debido al hecho de que hemos pedido que se preste atención al tema económico, se acusa a Hezbolá de querer apropiarse de este dossier y esto no corresponde a la realidad.
La experiencia muestra que este equipo ha sufrido un gran fracaso en el tema económico.
Pedimos que el próximo gobierno presente un plan económico completo y trabaje en él paso a paso. Exigimos la creación de un ministerio de planificación.
La lucha contra la corrupción
Y luego hay que hablar de la corrupción que afecta a las instituciones del Estado. En las campañas electorales, algunos huyen de los problemas reales y hablan de luchar contra “la expansión persa” o “preservar la identidad árabe”. ¿De qué identidad árabe habláis? Sin embargo, un estado no puede avanzar ni perdurar con la existencia de la corrupción. Hace falta tomar decisiones firmes para combatirla y aplicarlas sin dilación. No necesitamos un diálogo sobre eso sino decisiones firmes e inmediatas.
La cuestión confesional
Hay otro problema. Sabemos que nuestro sistema es confesional y no queremos entrar en la controversia que existe sobre la necesidad de su eliminación. Tenemos un problema que los libaneses afrontan y que debemos discutir seriamente.
Todo en el país se ha vuelto confesional. En el pasado eran las tres altas funciones del Estado: el presidente, el primer ministro y el jefe del Parlamento.
Hoy en día esto se ha propagado incluso a toda la función pública. Incluso nuestros recursos hidráulicos son sometidos a criterios confesionales. Cada comunidad tiene su río. El Río Litani es considerado como perteneciente a los shiíes aunque atraviesa la mitad del Líbano.
Lo mismo ocurrirá con los hidrocarburos cuando sean extraídos. Ellos serán repartidos entre las comunidades.
E incluso las basuras se han convertido en una cuestión confesional. Cada comunidad debe ocuparse de sus propias basuras.
No hay una simbiosis nacional.
La agricultura y la industria ¿son también cuestiones confesionales?
Esto es un resultado de la actuación de nuestros dirigentes, que no tienen un proyecto nacional y no pueden edificar su liderazgo más que sobre una base comunitaria.
La última recomendación para los que preparan sus discursos electorales: después del 6 de Mayo vendrá el 7 de Mayo. Al día siguiente del escrutinio habrá que ponerse de acuerdo. Nadie puede gobernar el país solo. Hará falta buscar compromisos.
¿Por qué la lista Esperanza y Fidelidad?
Y me dirijo a los hermanos y hermanas de Hezbolá en el distrito de Zahrani.
En la mayor parte de las candidaturas del Líbano nuestra experiencia ha sido la alianza entre Hezbolá y Amal. En algunos distritos no hay un candidato de Hezbolá y es Amal quien nos representa y al revés.
Los candidatos de Hezbolá en Zahrani son los del Movimiento Amal y a su cabeza está nuestro gran hermano, el presidente del Parlamento, Nabih Berri. Él nos representa a todos en la resistencia.
Su capacidad para reunir a los libaneses en desacuerdo en la mesa del diálogo en 2006 libraron al país de una gran cizaña.
Votad en gran número: esto será un mensaje en favor de la cohabitación, la esperanza y la fidelidad.
Y nuestro mensaje el 6 de Mayo al enemigo será: somos capaces de afrontar tus amenazas. No aceptaremos nunca que nuestra dignidad sea pisoteada. Somos gentes de esta tierra y nadie podrá sacarnos de ella.
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