por redacción Misión Verdad. En Misión Verdad
Los últimos anuncios por parte del vicepresidente ejecutivo Tareck El Aissami y el fiscal general Tarek William Saab en torno a la Operación Manos de Papel, que consiste en investigar y llevar a la justicia a los operadores de la guerra financiera en curso contra Venezuela, así como desmontar su infraestructura, forman parte del expediente recopilado que apunta al banco propiedad de Juan Carlos Escotet.
Cuando se informó de la nueva operación, a mediados de abril de este año, salió a relucir que varias redes transnacionales de crimen organizado tenían dos objetivos, según El Aissami: “la primera, extracción y robo del cono monetario; y la segunda, imposición de tasas criminales del dólar especulativo”.
Por ello varios organismos del Estado venezolano se congregaron en esta operación, a saber: el poder ejecutivo y el judicial, el Ministerio Público, la Sudeban, entre otros entes de inteligencia estatal. Hasta los momentos, la Operación Manos de Papel ha tenido los siguientes resultados.
- En cuanto a las mafias que extraen y contrabandean el papel moneda (bolívar), van 125 allanamientos y 1 mil 563 personas investigadas, de los cuales 735 son naturales, en el estado Táchira.
- Se han incautado 514 vehículos y 48 motos, además de haber bloqueado 1 mil 333 cuentas (90% de Banesco).
- El Aissami informó que “están detenidos el Registrador Principal del estado Táchira, 4 notarios y otros funcionarios siguen siendo investigados”. Y agregó que las referidas “bandas tienen su epicentro de corrupción en Cúcuta, Colombia”.
- Se han investigado 828 empresas privadas, que manejaban transacciones financieras por el orden los 20 billones de bolívares a través de cuentas venezolanas en los últimos meses.
- 149 órdenes de aprehensión, de las cuales 28 personas han sido capturadas y puestas a la orden de la justicia. 121 están siendo pesquisadas.
- Se han detenido a 175 personas, parte de mafias ya identificadas.
- El ejecutivo autorizó el bloqueo y congelamiento de 145 cuentas bancarias nuevas, de las cuales “84% son cuentas de Banesco”.
Este último dato se relaciona con lo destacado por el Vicepresidente ejecutivo: la investigación dio cuenta de que Banesco tiene desactualizada la ficha de identificación de sus clientes.
“Los clientes cuyos movimientos no son acordes con sus registros, no son reportados a Sudeban para su debida investigación. Y se observan empresas de reciente constitución con grandes movimientos de dinero que no son reportados”, dijo en rueda de prensa el 2 de mayo.
Agregó que el banco tiene “carencia de capacidad operativa que pueda facilitar la detección de manera impune de estos crímenes de manos de papel”.
No dudó en expresar que “estamos frente una gran operación criminal que tiene componentes local e internacional”.
En las primeras de cambio el enfoque de esta operación del Estado venezolano constituye un claro mensaje de autoridad política interna frente al enloquecimiento en todas las esferas de la economía, mediante la distorsión deliberada e irregular de las tasas de cambio bolívar-dólar y el contrabando de papel moneda, procesos de desestabilización gestionados por operadores del gran capital venezolano y transnacional. Las reacciones pudieran tener una magnitud similar a la de la operación en sí.
A pocas semanas de realizarse las elecciones presidenciales, el boicot económico y financiero contra la población ha subido de volumen de forma colosal con miras a perturbar no sólo el clima político de los comicios, sino para legitimar a lo interno el plan de “intervención humanitaria” impulsado por Estados Unidos. En ese sentido, la Operación Manos de Papel resalta en su enfoque estratégico por estar dirigida al nervio central del conflicto, en aras de restituir el orden financiero de la nación, ablandar a la banca privada que busca debilitar la conducción económica del Estado y reconectar al Gobierno con el clamor de estabilidad de la población en medio de la coyuntura electoral.
El triángulo cambiario de Banesco
No parece una sorpresa, entonces, que el Fiscal General de la República anunciara este 3 de mayo la aprehensión de 11 directivos de la entidad financiera de Escotet. Estos son: Oscar Doval, presidente ejecutivo; los vicepresidentes Jesús Irausquín, Carlos Lorenzo, Pedro Pernía y Belinda Omaña; el consultor jurídico Marco Ortega. Otros presuntos implicados: la directora Liz Sánchez; los gerentes David Romero y Cosme Betancourt; los oficiales de cumplimiento Teresa De Prisco y Carmen Lorenzo.
Dijo Saab que “todos ellos son investigados por delito de incumplimiento de sujeto obligado”.
La investigación es una de las consecuencias de la expansión de los negocios de Banesco hacia Colombia en 2013. El permiso lo obtuvo el 5 de septiembre de 2012, autorizado por la Superintendencia Financiera de Colombia. El banco ya operaba en otros países, aparte de Venezuela: Panamá, Puerto Rico, Estados Unidos, República Dominicana.
Sus operaciones se recomiendan en la frontera colombo-venezolana, cuentan algunos testimonios e investigaciones periodísticas, en favor de las mafias de extracción y contrabando de billetes venezolanos:
- Según el investigador Oscar Javier Forero, Banesco tiene dos agencias en San Antonio del Táchira, desde donde se realizan grandes transacciones en billetes de alta denominación para beneficiar el lucrativo negocio de las mafias cambiarias atornilladas al otro lado de la frontera, las cuales dependen de la extracción y venta del papel moneda venezolano. Las agencias ubicadas allí no son más que un puente para agilizar ese tráfico, sea por la vía electrónica o la material. Además, tiene un centro de operaciones en Bogotá donde encuentra protección para cerrar el ciclo de lavado y legitimación de capitales que inicia en Cúcuta.
- Un reportaje de investigación publicado por el portal bolivarcucuta.com en 2016, usada como guía de información monetaria por los cambistas de la zona, afirma que “centenares de personas atraviesan la frontera para cambiar bolívares y, bajo una novísima modalidad, recibir mayor cantidad de dinero. ¿Requisitos? Efectivo y una cuenta bancaria en Venezuela, pero si es de Banesco Banco Universal, los beneficios son mayores”.
- Otro reportaje de Luisa Colomine, en el que una muchacha colombiana llamada Angie, dedicada a cambiar bolívares por pesos, contaba cómo se realizaba dicha actividad ilegal en la zona. Lo importante no fue Angie, sino lo que develó. La periodista citó: “En ese paso fronterizo los billetes venezolanos sirven para ser vendidos en casas de cambio en Cúcuta. La ganancia en bolívares es rápida y te la depositan directamente en tu cuenta bancaria. Si es Banesco, mejor”.
El sistema operativo de Banesco no sólo es usado por grupos criminales de poca jerarquía, sino también por grandes casas de cambio. A finales de 2016 se publicó en esta tribuna algunos hallazgos:
- La casa de cambio Inversiones JP Cúcuta, una de las más grandes de la frontera, usa no sólo a Banesco para la compra y venta de bolívares en caliente, sino de dólares a través de Banesco Panamá y empleando como referencia a Dólar Today, tanto para clientes venezolanos como colombianos. La compra y venta de dólares por esa vía es más costosa que por Bank Of America o Wells Fargo, aliados de Inversiones JP Cúcuta.
- Otra importante casa de cambio de la zona, IntermoneyCambios, declaró vía Twitter que utilizaba Banesco para la compra de cupos viajeros durante 2015, cuando el negocio todavía tenía rentabilidad y facilidad para su acceso.
La expansión de los negocios de Banesco a Colombia, con el aval del gobierno de Juan Manuel Santos, significó una triangulación financiera capaz de lavar dinero a través de operaciones en Panamá, Cúcuta y Venezuela. Un crimen casi perfecto.
Tanto Dólar Today como otras entidades gestionadoras de remesas a Venezuela en el extranjero que tasan el precio del dólar (caso AirTM), e incluso sitios web de compra y venta de criptomonedas, forman parte de una estructura que tiene a Banesco (y sus distintas filiales) como uno de sus sistemas operativos para las transacciones financieras en detrimento del bolívar. Esta conclusión lógica se ha venido demostrando a través de la Operación Manos de Papel.
El fondo político
No es la primera vez, entonces, que Banesco es señalado de ofrecer su servicio financiero a la especulación cambiaria en la frontera, y a los negocios que atacan al bolívar frente al dólar. Sí es primicia que las autoridades estatales encuentren agentes concretos que operan acciones de guerra monetaria y financiera contra el país en el seno de este banco. Esto debería invitar a comprender políticamente el papel de la organización de Escotet.
Aunque no se sabe a ciencia cierta la cantidad de dinero que circula en la frontera colombo-venezolana, miles de millones de dólares se transan con el consentimiento del gobierno de Santos. Los 20 billones de bolívares en transacciones financieras a través de Banesco en los últimos meses, de la mano de empresas de maletín y grupos criminales de extracción y contrabando de moneda física, dan fiel testimonio de la afrenta concertada, tanto adentro como fuera de Venezuela.
No es sólo el negocio que viene dándose desde hace años. Las sanciones financieras autorizadas por Trump y el bloqueo constante contra el país por parte de EEUU vienen a unirse a la trama que tiene a Banesco en el epicentro local, debido a su rol como gestor interno del ataque al bolívar y al estrangulamiento de la economía vía el aumento de precios. Los hallazgos de la Operación Manos de Papel coloca a la institución del banquero Escotet como un complemento local de una sofisticada estrategia de agresiones financieras diseñadas por Washington.
La operación de asfixia económica y financiera contra Venezuela es una de las herramientas aplicadas del gobierno estadounidense desde mediados de 2017, conceptualizada por tanques de pensamiento como el Consejo de Relaciones Exteriores. En ese sentido, el papel de Banesco en medio de este contexto es absolutamente político.
Si bien Escotet y sus socios bancarios dan una apariencia apolítica a la opinión pública, el negocio de las mafias cambiarias se traza en un marco político complicado, de asedio contra el sistema financiero de Venezuela, con el objetivo de debilitar sus estructuras estatales y mecanismos de orden interno.
Pero más allá del contexto económico, es el político el que aquí adquiere mayor importancia: en medio de un reconocimiento todavía no explícito por parte de EEUU de un “gobierno en el exilio” cimentado en el autonombrado “TSJ legítimo en el exilio”, toda vez que en paralelo se anuncian gigantescos fondos de “ayuda humanitaria”, el mayor banco privado de Venezuela podría funcionar como un canal ad hoc para la entrega de fondos irregulares que vayan al compás de esta estrategia de intervención no convencional sobre el país caribeño.
Así, los componentes financieros locales de la guerra foránea contra el país se van delineando a medida que el Estado venezolano avanza en la investigación de rigor. Todos los caminos llevan a Banesco.
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