por Peter Koenig. Traducción de Leonardo Del Grosso. Comunidad Saker Latinoamérica
La Cumbre de Helsinki -o la Cumbre de la Traición, como algunos la llaman- del 16 de julio, ha venido y se ha ido. Tras de sí dejó olor a aire caliente.
El presidente Trump abrió la reunión diciendo que hasta ahora las relaciones entre los Estados Unidos y Rusia fueron malas, confesando que EEUU tenía la culpa. Deseó que mejoraran y manifestó que esperaba que esta reunión -indicó que otras de naturaleza similar podrían seguir- pudiera ser un primer paso hacia la normalización de las relaciones entre las dos superpotencias atómicas que, en conjunto, dijo, controlan el 90% de los destructivas fuerzas nucleares del mundo. Un reconocimiento oportuno, pero ignorando el poder atómico más peligroso e impredecible, la nación canalla de Israel.
Si alguna vez vieran la luz del día los prometedores sonidos de ensueño de Donald Trump de desnuclearización del globo, Israel tendría que estar entre los primeros países en ser des-nuclearizados, lo que sería un verdadero paso hacia la seguridad mundial y la paz en el medio Oriente.
Durante la conferencia de prensa posterior, aunque Trump expresó su aprecio por los “excelentes” servicios secretos de su país, admitió que, sobre la no interferencia de Rusia, confiaba más en la palabra de Putin que en la de su servicio secreto, “¿por qué ellos interferirían?”, por lo que en su casa fue destrozado por sus adversarios, los MSM (MainStream Media. Nota del traductor), los demócratas, e incluso los republicanos. Ahora, de vuelta al hogar, Trump tiene que acomodar al público, diciéndole que pronunció mal “interferirían”; realmente quiso decir “no interferirían” … un espectáculo de idiotez de primera clase que, seguramente, después de un tiempo se disolverá, como sucede con todo lo que no tiene solución, pero con lo cual se juega deshonestamente.
Aquí no hay vencedores en los adoctrinados y cerebros-lavado hasta los huesos del público estadounidense. No podría ser más obvio cómo los medios de comunicación están convocando al pueblo estadounidense para la guerra contra Rusia. El ambicioso ejército necesita guerra, y la economía de los EEUU también necesita una guerra para impulsar su PBI o, más bien, por pura supervivencia económica. El tema de la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 simplemente no se abandonará. Después de un trillón de comprobadas acusaciones falsas, en un mundo razonable se desvanecerían. No en los Estados Unidos. Es un claro signo del declive del imperio. Lo que habla es la desesperación desesperanzada del emperador desnudo.
Así, llaman a Trump traicionero hacia su país: un presidente que se atreve a decir la verdad públicamente es llamado por los lascivos demócratas y los republicanos aún más lascivos, y principalmente por los medios de comunicación, un caso para el juicio político.
Hay una furiosa batalla interna en los Estados Unidos. Deshace el país. Es la necesidad de hacer “EEUU grande otra vez”, concentrándose en la producción interna para los mercados locales, frente a las aspiraciones globalizadas: el impulso de una hegemonía mundial del dólar y la subyugación completa y total de los pueblos y sus recursos en este mundo. Esto último no será posible sin una guerra total, y la élite en realidad no desea vivir bajo tierra, tal vez durante años, en el reparo contra una lluvia nuclear que nadie sabe cuánto tiempo puede durar. Los directores de Trump son conscientes de la alternativa, “construir desde adentro”. ¿Es lo que Trump está propagando, “America First”, el enfoque correcto? – Tal vez no, pero el concepto podría ser correcto, dado el estado de indigencia del mundo, donde las sanciones y las guerras comerciales, también iniciadas por Trump, están creando estragos entre los antiguos socios.
Una reagrupación de naciones, con el objetivo de autosuficiencia, y socios comerciales selectivos de acuerdo con las similitudes culturales y políticas, podría traer de vuelta las soberanías nacionales, aboliendo el enfoque globalizado corporativo que ha estado haciendo daño al 90% de las personas. La OMC, el monstruo creado por Occidente para promover aún más el poder corporativo sobre los débiles, debería y podría quedar obsoleto.
Las contradicciones de Trump son lo que derrota su credibilidad. Él amonesta a la señora Merkel por ser esclavizada por Rusia por comprar gas ruso en lugar del gas ambientalmente destructivo de los Estados Unidos, obtenido mediante fracking. “Pusimos a la OTAN en Europa para protegerla del enemigo, Rusia, pero usted prefiere comprar gas ruso que tratar con quienes la protegen”.
A ninguno de los tontos de la OTAN europea se le ocurrió decirle a Trump que todo lo que la OTAN ha hecho hasta ahora es destruir países en todo el Medio Oriente y el mundo, y que ellos, los europeos, han apoyado a los Estados Unidos en su destrucción sin sentido, creando una avalancha de refugiados que ahora amenaza sofocar a Europa. No hubo nada, pero nada, sobre la protección de la OTAN. En todo caso, la OTAN fue una fuerza agresiva, acercándose cada vez más a Rusia y flanqueando a China en el frente oriental. Sin embargo, nada de esto fue dicho por los títeres europeos de la OTAN.
Trump luego va a Helsinki, se encuentra con Putin y dice que le gusta y que quiere ser amigo y hacer las paces con Rusia. Por supuesto. Todos queremos la paz. Pero, ¿quién puede creerle, cuando unos días antes acusó a Alemania de jugar en las manos del enemigo, Rusia?
Recordemos, hace un año, en la cumbre del G7 en Hamburgo, Trump estaba estrechando la mano de Putin y dijo “me cae bien”. En la reciente y desastrosa conferencia del G7 en Canadá, que resultó ser una cumbre G6 + 1, antes de huir a Singapur para reunirse con el norcoreano Kim Jong-Un, Trump lanzó una pequeña bomba, “¿por qué no convertir el G7 nuevamente en G8, e incluir a Rusia? “. Dejó al grupo atónito y sin palabras. Entonces, su impulso hacia mejorar las relaciones con Rusia no es nada nuevo. Simplemente no es aceptado por los guerreros en Washington.
La cumbre de Helsinki parecía y sonaba como un espectáculo de verano, sólo para continuar las maniobras de desviación de atención de la Copa del Mundo que terminó el día anterior en Rusia. ¿Qué está pasando detrás de escena? Es uno de esos veranos calurosos donde nadie quiere pensar, sólo estar entretenido, sin importar las farsas y las mentiras, como durante la época del Imperio Romano. Es el Coliseo modernizado, adaptado a la era de los teléfonos celulares, las tabletas y los microchips. El Coliseo es el velo tan transparente que debería proteger los ojos del mundo de la autodestrucción del imperio.
Los gladiadores de hoy son los pueblos de países enteros, continentes, sacrificados o desamparados por millones, por misiles dirigidos y bombas, causando las mayores corrientes migratorias, de lejos, en la historia moderna; 70 millones en todo el mundo están en movimiento. Generaciones sin hogar, educación; generaciones sin futuro, surcando los mares con la desesperada esperanza de sobrevivir.
Las palabras del Sr. Putin en Helsinki fueron palabras de sabiduría, que propagaron la paz como algo bueno y descartaron la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses. Ni siquiera discutiendo la reincorporación de Crimea. Paréntesis. Podría haber mencionado, en cambio, los cientos de elecciones y cambios de régimen que Washington inició, manipuló y fabricó en todo el mundo sólo en los últimos 70 años, pero no lo hizo. Hombre sabio; no agresión. Eso es obvio, que el “corrompido” mundo de los estadounidenses y los vasallos europeos ni siquiera piensan tan lejos. Para ellos es natural que la “nación excepcional” haga lo que quiere con impunidad, pero los mismos derechos no se aplicarían a los demás.
El presidente Putin entregó a Trump una lista de pasos y acciones a considerar para embarcarse en un proceso de desnuclearización. Trump y aquellos de la élite del estado profundo cuyo amor por la vida es demasiado grande como para arriesgarse a una guerra nuclear, solo pueden aprovechar y hacer algo al respecto.
El enigma Trump es perfecto para el negro estado profundo: es una montaña rusa de confusión y contradicciones. A los miembros de la OTAN, en la reciente cumbre de la OTAN en Bruselas, les ordenó “pagar, si no”, lo que podría significar, o nos retiramos de la OTAN. Aunque ese es el deseo de la gran mayoría de los europeos, para Trump es una contradicción, ya que él pretende que la OTAN defienda Europa contra su archienemigo, Rusia. Pero luego, a su vez, el Sr. Trump sigue adelante, cortejando a este “archienemigo”, al prestar atención a las campanas de paz que el Sr. Putin ha estado ofreciendo desde que llegó al poder, nunca una palabra negativa contra Washington, llamando con calma a los demonizadores “nuestros socios”.
Las personas confundidas pueden ser tomadas desprevenidas y manipuladas fácilmente.
Quién sabe lo que la verdadera agenda de los directores de Trump tiene guardado. Las audaces declaraciones de Trump al lado del presidente Putin harán más fácil su demonización en casa. Aunque la gente en general claramente quiere relaciones pacíficas entre las dos naciones; todos temen la guerra, pero seguirán siendo adoctrinados por la CNN-NBC-BBC de este mundo. Reconozcámoslo, después del colapso de la Unión Soviética, no había, ni hay razón, para convertir a Putin y Rusia en el enemigo de Estados Unidos. Pero la asertividad de Putin al llevar a Rusia a primer plano y al escenario mundial nuevamente, fue una buena razón para trastornar a la autodenominada única potencia, EEUU de América.
La superpotencia estadounidense vive de guerras, y este estilo de vida requiere enemigos. Rusia y China son ideales, ya que controlan enormes masas de tierra con recursos naturales casi ilimitados. No han hecho nada de lo que la corriente principal de los medios de comunicación los acusa. Y si el Presidente de los Estados Unidos anula al enemigo clave, convirtiéndolo de enemigo en amigo, tal Presidente se convierte en un lastre para el pantano de Washington, un lastre, de hecho, “o más”.
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