por Redacción Red Voltaire. En Red Voltaire en castellano
Estados Unidos acaba de imponer una serie de sanciones contra PDVSA, la compañía estatal a cargo de la explotación y la comercialización de los hidrocarburos de Venezuela. Según el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, el «régimen de Maduro» utilizaba PDVSA «para controlar, manipular y robar al pueblo venezolano».
Cuando el secretario del Tesoro estadounidense habla de «manipular al pueblo», se refiere al hecho que la República Bolivariana redistribuía las ganancias de PDVSA entre la población pobre.
En virtud de las nuevas sanciones de Estados Unidos, las empresas estadounidenses ya no podrán pagar el petróleo venezolano a las autoridades constitucionales de la República Bolivariana sino al autoproclamado «presidente interino» Juan Guaidó.
Un efecto colateral de esta medida es que CITGO, la filial estadounidense de PDVSA, no podrá reembolsar los préstamos que le había concedido el gigante ruso Rosneft. Debido a ello, Rosneft podría obtener la confiscación a su favor de las 3 refinerías que CITGO opera en Estados Unidos así como sus oleoductos en ese país. Pero el Pentágono se opondrá seguramente por «razones de seguridad nacional».
Desde la creación de PDVSA, en 1976, el personal de esa empresa ha vivido con los ojos puestos en Washington, al margen de los demás venezolanos y oponiéndose al movimiento bolivariano.
Durante la presidencia de Hugo Chávez, la producción de PDVSA se contrajo, pero sus ganancias aumentaron. Deseoso de disponer de refinerías con condiciones para tratar el petróleo de esquisto que acababa de aparecer, el Estado venezolano prefirió no apresurarse a invertir en esa actividad: el presidente Chávez temía que tal iniciativa provocara una invasión estadounidense.
Bajo la presidencia de Nicolás Maduro, una serie de escándalos siguió debilitando PDVSA, cuyo equipo dirigente malversó millones y los transfirió a Andorra antes de que el Estado lograra descubrir la manipulación financiera y adoptara medidas contra los malversadores. Gran parte del personal de la empresa apoyo la intentona golpista de Juan Guaidó y sabotea el trabajo de PDVSA, lo cual ha provocado una caída de la producción, que se ha visto reducida a una quinta parte de las capacidades.
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