por Yusuf Fernández, en Al Manar en castellano
Riad Hassun al Tai, encargado de negocios de la Embajada iraquí en Damasco, ha hablado sobre el estrechamiento de relaciones entre Siria e Iraq en una reciente entrevista con Fars News, donde alude también al deseo iraquí de llevar a cabo una rápida reapertura del paso fronterizo que une las ciudades de Albu Kamal, en Siria, y Al Qaim, en Iraq.
Las operaciones de liberación de Abu Kamal y Al Qaim son un testimonio de la perseverancia de las fuerzas sirias e iraquíes en su combate contra el terrorismo, manifestó Al Tai. “Tras la recuperación de Abu Kamal, en Siria, y Al Qaim, en Iraq, Bagdad reforzará su coordinación con Damasco para reabrir el paso fronterizo entre los dos países”.
Por su parte, el jefe de la 11ª División de los Hashid al Shaabi, Ali al Hamdani, anunció, en este mismo sentido, que los preparativos para un retorno a la normalidad en Al Qaim han sido ya puestos en práctica con el fin de reabrir en un inmediato futuro la ruta entre Bagdad y Damasco.
Medios iraquíes también han señalado que un programa ha sido aprobado para la reanudación de las relaciones comerciales entre Iraq y Siria e Iraq y Jordania. Esto generará una interdependencia económica entre estos países junto con el Líbano, Irán y Rusia. En este sentido, esta reapertura del paso fronterizo Albu Kamal-Al Qaim puede ponerse también en el contexto del establecimiento de un Corredor Norte Sur entre Rusia, Azerbaiyán e Irán, que fue acordado en la última visita del presidente ruso, Vladimir Putin, a Teherán.
La liberación de Albu Kamal ha materializado, pues, una de las peores pesadillas de los israelíes: la apertura de la ruta Teherán-Bagdad-Damasco-Beirut-Mediterráneo. De este modo, el Asia Occidental ya no estará sujeta a los designios de israelíes y norteamericanos. Los acontecimientos actuales en el Líbano y Arabia Saudí reflejan el pánico que se ha apoderado del campo de los patrocinadores del terrorismo takfiri wahabí a consecuencia del hundimiento de sus complots.
La toma de Albu Kamal también significa que el plan norteamericano para apoderarse de la región entre Siria e Iraq con el fin de impedir la comunicación entre estos países ha fracasado y disminuye también la importancia de la base estadounidense situada en Al Tanf, situada más al sur, que fue creada con tal objetivo. Siria ha pedido ya la retirada en este sentido de todas las bases norteamericanas en su territorio, que fueron construidas de forma ilegal, sin el consentimiento de las autoridades sirias.
No cabe olvidar, por último, la importancia económica de la reapertura de la frontera. El petróleo de Deir Ezzor está ahora, con algunas excepciones, en poder del gobierno legítimo de Siria y este país podría convertirse también en una plataforma para la exportación del petróleo y gas de Iraq, Irán y Rusia hacia el Mediterráneo. La propia Siria podrá también recibir gas y otros productos de Irán a través de la frontera. Para Irán e Iraq, la apertura de la frontera significa además que sus exportaciones pueden llegar a Europa a través del puerto sirio de Tartús, que fue llamado en su día “el puerto de Bagdad en el Mediterráneo”, sin necesidad de atravesar la ruta más larga del Golfo Pérsico.
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