Secretariado Nacional de los Comités de Defensa de la Revolución, en Granma
Los más de ocho millones y medio de cederistas cubanos los acompañamos. No están solos. La revolución bolivariana es heredera de los más dignos patriotas latinoamericanos y en su sedimento están presentes los valores más nobles de un pueblo.
La voz de Chávez aún estremece al pueblo venezolano. Hoy vibra con mayor fuerza; sus vítores se escuchan en toda la América. «Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó, la Ley respetando, la virtud y honor (…) Gritemos con brío ¡Muera la opresión!, Compatriotas fieles, la fuerza es la unión».
Frente a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a su Secretario General, el tristemente célebre «para los Estados Unidos», Luis Almagro, el eco de la voz de Chávez, encarnada en sus hijos, fue espada, sonido punzante, flecha al corazón de unos cuantos, empeñados en secuestrar la verdadera democracia venezolana, sus recursos y riquezas.
Esta nueva OEA, que intenta hoy derrumbar a Venezuela, es la misma que pretendió frenar el ejemplo de la Revolución Cubana por América Latina y el Caribe. Mientras que en una pequeña Isla se aprobaban medidas de beneficio popular como la Ley de Reforma Agraria o acontecía la campaña de alfabetización, el «ministerio de colonias», guardó absoluto silencio ante la invasión mercenaria de Playa Girón.
No es casual que a solo días después que Estados Unidos rompiera relaciones con Cuba, la OEA excluyera a la Mayor de las Antillas del sistema interamericano. La historia de su papel nefasto inscribe una nueva agresión contra el pueblo bolivariano y su gobierno democrático, uno de los que con mayor ímpetu ha impulsado el bienestar de la región.
Tampoco lo es el mutismo guardado por Almagro y su séquito ante las impunes violaciones democráticas en países como Brasil y Argentina, naciones en las que miles de ciudadanos han sido despojados de sus puestos de trabajo, o de los constantes casos de corrupción política, desapariciones, asesinatos de líderes sociales y estudiantiles, migración irregular y agresiones de todo tipo, contra las clases más desposeídas del hemisferio.
En abril del 2009, el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro, publicaba en una de sus reflexiones que «la OEA tiene una historia que recoge toda la basura de 60 años de traición a los pueblos de América Latina».
Los cubanos y venezolanos han demostrado una vez más, con Martí, que «Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas». Este 28 de marzo ni las presiones estadounidenses, ni de los países que han intentado utilizar a la OEA contra Venezuela han podido con su pueblo. «Triunfo popular, victoria popular para Venezuela. Hemos derrotado al Departamento de Estado, hemos derrotado a la cancillería mexicana y a la derecha venezolana» han sido las declaraciones del presidente Nicolás Maduro.
Los más de ocho millones y medio de cederistas cubanos los acompañamos. No están solos. La revolución bolivariana es heredera de los más dignos patriotas latinoamericanos y en su sedimento están presentes los valores más nobles de un pueblo.
Tal y como somos capaces de donar nuestra propia sangre para cualquier ser humano cubano o de cualquier parte del mundo sin diferencia de raza, sexo, pensamiento, el pueblo venezolano se ha despojado en disímiles ocasiones de sus recursos para ayudar a nuestra gente. El más reciente ejemplo está en la ayuda brindada a Cuba tras el devastador paso del huracán Mathew por el oriente del país.
La Revolución chavista continuará. Cuba y su pueblo están a su lado. Tal ha sido el compromiso del General de Ejército Raúl Castro durante la XVI Cumbre del Alba a inicios de marzo. «Les ratifico el compromiso asumido en nuestra Declaración, de acompañar la defensa de Venezuela y la posición digna, valiente y constructiva del presidente Nicolás Maduro».
55 años después de la salida de Cuba de la Organización de Estados Americanos, Venezuela convoca a un debate «con el pueblo, con la gente honesta, patriota que quiera paz». El mandatario venezolano ha abierto «el debate nacional e internacional sobre la violación de la carta fundacional de la OEA y la agresión de un grupo concertado de gobiernos de derecha contra Venezuela y la pertinencia de la Organización de Estados Americanos, su vigencia y utilidad».
El pueblo de Cuba ha demostrado la incompetencia y el espíritu intervencionista de este organismo. Estamos seguros que ahora lo hará el venezolano.
Retumba en nuestros corazones la voz inconfundible del comandante eterno Hugo Chávez. «Unida con lazos, que el cielo formó, la América toda, existe en nación; y si el despotismo levanta la voz, seguid el ejemplo que Caracas dio».
Es espada, es escudo, es la fuerza con que vibra la América.
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