por The Saker. En The Vineyard of The Saker. Traducción de Comunidad Saker Latinoamérica
[Este análisis fue escrito para la revista Unz]
Los rusos son generalmente buenos en algunas cosas, y no tan buenos en otras. Una de las cosas en las que los políticos rusos todavía son terribles es en evitar los desastres de relaciones públicas autoinfligidos. Recuerde cómo los funcionarios rusos administraron mal el tema de los “S-300s para Siria” (si no, entonces revisen la “parte seis” de este análisis). Algo similar está sucediendo de nuevo, pero esta vez con la adquisición de nuevos sistemas de armas avanzadas y caras.
Todos hemos visto “¡Rusia está cancelando el Su-57!” y “¡Rusia no puede permitirse el nuevo tanque Armata T-14!”. Muy pronto espero ver algo parecido a “las sanciones de los Estados Unidos obligan a Putin a abandonar el XXXX” (complete el espacio en blanco con el sistema de armamento que desee). Entonces, ¿hay algo de verdad en algo en eso?
Bueno, sí y no.
Aviones y tanques principales de combate
Lo que es cierto es que los funcionarios rusos han estado demasiado ansiosos por declarar que los militares rusos pronto tendrán muchos sistemas de armas muy superiores a cualquier cosa producida en Occidente. Por desgracia, estos mismos funcionarios rara vez se molestan en explicar dónde, por qué, cuándo y cuántos de estos sistemas de armas realmente serían desplegados. Ese tipo de mensaje ambiguo hace que parezca que Rusia está zigzagueando (¡otra vez!). Ejemplo perfecto: Rusia despliega 4 Su-57 en Siria y luego parece cancelar más o menos o, al menos, reducir drásticamente, la adquisición de este sistema de armas. La realidad es mucho más simple y un poco más compleja. Y para explicar lo que está ocurriendo, primero debemos entender la diferencia en la adquisición militar en Occidente y en Rusia.
En Occidente, el objetivo principal de cualquier adquisición de cualquier sistema de armas es la transferencia de la mayor cantidad de dinero posible desde el gobierno a los bolsillos de los particulares que controlan el Complejo Militar-Industrial. Dicho de otro modo, la planificación de las fuerzas en Occidente (especialmente en los EEUU), no esta dirigida por la necesidad generada por una amenaza ni está guiada por la misión, sino que se basa en las ganancias. Y aunque la producción de algunos sistemas de armas escandalosamente caros se pueda cancelar (como el helicóptero de ataque Comanche RAH-66 de Boeing-Sikorsky), otros sistemas aún más caros y mal diseñados siguen siendo financiados (como el F-35). Este es el tipo de situación que solo puede permitirse un país fantásticamente corrupto sin una amenaza real para sí mismo. Por el contrario, Rusia es mucho menos corrupta y tiene enemigos potenciales en la mayoría de sus fronteras.
Por el contrario, la planificación de la fuerza rusa está impulsada por la amenaza/misión. Esto significa que antes de que el ejército ruso decida que necesita un número X de Su-57 o T-14, tiene que demostrar que existe una amenaza que sólo los Su-57 y T-14 pueden contrarrestar (o, al menos, que tiene más sentido, humano, económico o táctico, usar nuevos sistemas).
Durante la Guerra Fría, la regla general (había excepciones, ¡por supuesto!) era que EEUU era generalmente el primer lado en desplegar una nueva tecnología/capacidad que luego los soviéticos estudiarían antes de desarrollar una contra-capacidad, una vez que las fortalezas y debilidades de las nuevas tecnologías/capacidades de los EEUU fueran entendidas completamente. El precio a pagar por ese método fue que los soviéticos generalmente estaban un paso detrás de los Estados Unidos en el despliegue de una nueva tecnología. La principal ventaja de esta dinámica para los soviéticos era que sus sistemas de armas generalmente terminaban siendo más baratos y superiores. Un buen ejemplo de este tipo de dinámica es el desarrollo del Su-27 en respuesta al desarrollo del F-15 en los Estados Unidos o al desarrollo del SSN (submarinos de propulsión nuclear. Nota de la traductora) de clase Akula en respuesta a la SSN de clase Los Angeles por parte de la US Navy.
Hoy la situación es bastante diferente. Si comparas los sistemas de armas rusos y occidentales (por ejemplo, las últimas versiones de los Su-35/Su-30 contra las últimas versiones de los F-15/16/18, o los T-90/T-72B3/B3M contra los Abrams/Leopard MBT. “Tanque principal de combate”. Nota de la traductora) te das cuenta de que los sistemas rusos actuales son al menos tan buenos como sus homólogos de EEUU/UE, si no mejores. Esto sucedió porque con el final oficial de la Guerra Fría, los planificadores de fuerzas de EEUU/UE decidieron desperdiciar dinero en sistemas de armas muy costosos en lugar de modernizar sus viejos aviones o tanques. Después de todo, los tanques y aviones de 20-30 años de antigüedad eran más que adecuados para enfrentar las “amenazas” como Irak o Yugoslavia, entonces, ¿por qué malgastar el dinero? Nadie esperaba que Rusia pudiera recuperarse tan rápido como lo hizo.
Todo esto plantea la pregunta de a qué amenazas se suponía que debían enfrentarse los Su-57 o T-14. Lógicamente, esta amenaza tendría que ser una amenaza a la que los ya existentes Su-35 o modernizados T-72/80/90 no pudieran enfrentarse. ¿Se pueden identificar tales amenazas? Probablemente sí, tanto en Occidente como, en el caso de los aviones, en el Oriente. Pero cuán grande (en términos numéricos) realmente sería esta amenaza, es una gran pregunta. Por ejemplo, yo diría que la única dirección estratégica en la que tendría sentido el despliegue del T-14 es el Oeste, específicamente para el Primer Ejército de Tanques de la Guardia que tendría que luchar contra la OTAN en caso de una guerra. E incluso en este caso, existe una combinación óptima de MBT viejos/nuevos dentro de las dos divisiones que componen la columna vertebral de este ejército, por lo que tendría más sentido reemplazar todos sus MBT actuales con T-14 (esto sería especialmente cierto si un 152mm, la versión de arma de Armata, fuera desplegada alguna vez). En cuanto a desplegar los T-14 al sur o al este de Rusia, no tendría ningún sentido ya que ninguna fuerza enemiga en estas direcciones tendría un armamento superior al ruso. En el caso de la potencia aérea, este problema no es tanto geográfico (la potencia aérea táctica se puede mover rápidamente de un lugar a otro) como lo es el número de F-22/F-35/(X- 2s?) de EEUU y sus aliados que podrían desplegarse contra Rusia (suponiendo que sea posible el reabastecimiento de combustible aire-aire y que el F-35 realmente funcionara como se anuncia).
[Barra lateral: en realidad, sólo comparar aviones tácticos con aeronaves tácticas y MBT con otros MBT es una simplificación excesiva; en el mundo real, tendrías que comparar todo el espectro de capacidades de ambos lados, como los MBT frente a las armas antitanque o los helicópteros de ataque (en el caso de combate aéreo esto sería mucho más complicado), así que lo mantuve simple sólo con fines ilustrativos.]
En el futuro previsible, la amenaza para Rusia vendrá de las últimas iteraciones de los F-16/15 /18s en cuyo caso los Su-35/Su-30SM/Mig-25SMT/MiG-35/MiG31BM serían más que suficientes para hacerles frente, especialmente con sus nuevos combos de radar + misiles. Y en caso de una amenaza más avanzada, una combinación de aviones Su-57 y aviones de generación 4 ++ ya existentes tiene más sentido que intentar desplegar miles de aviones de 5ta generación (que es lo que Estados Unidos está haciendo actualmente).
Finalmente, está la cuestión de las exportaciones. Si bien las exportaciones pueden ayudar a financiar los costos de sistemas nuevos y muy caros, el potencial de exportación de los sistemas rusos ya existentes es mucho mayor que el de los sistemas implementados recientemente. Originalmente, los rusos esperaban básicamente desarrollar conjuntamente el Su-57 con India, pero las presiones del poderoso lobby pro-estadounidense dentro de India, combinadas con las diferencias en la filosofía de diseño y los requisitos técnicos, han hecho que el futuro de esta colaboración sea bastante incierto. Por supuesto, está China, pero los chinos también tienen que preguntarse cuántos Su-57 realmente querrían comprar de Rusia, especialmente considerando que ya han comprado muchos Su-35 y además están trabajando por su cuenta en aviones de 5ta generación.
Los años de la Guerra Fría ilustran cómo la Unión Soviética lidió con este problema: tanto el avanzado y costoso Su-27 como el más económico, pero sin embargo muy efectivo, MiG-29, se desarrollaron y desplegaron más o menos simultáneamente (junto con algunos misiles muy buenos) y mientras que el Sukhoi era un avión mucho más complejo con un potencial de mejora mucho mayor, el MiG era barato, fantásticamente maniobrable y magníficamente adaptable a su misión de “luchador de primera línea” ¡a pesar de no tener ni siquiera la opción fly-by-wire! Por lo tanto, no es de extrañar que los planificadores de fuerzas rusas de hoy deseen opciones similares.
Lo que me hace preguntarme qué programa principal de adquisición de armas será “desmantelado” a continuación.
Portaviones rusos y naves de asalto que transportan aeronaves
Mi voto va para el muy anunciado proyecto ruso de súper portaaviones 23000 “Storm” (vea este artículo de Andrei Martyanov sobre este tema). Sin entrar en el tema de si Rusia necesita portaaviones y, en caso afirmativo, de qué tipo exactamente (personalmente creo que la Marina rusa tiene programas más importantes en que gastar dinero), me parece extremadamente prematuro declarar, en 2018, que Rusia planea desplegar no uno, sino tres o incluso cuatro (!), de tales súper portaaviones. La realidad es que, en un futuro previsible, las restricciones presupuestarias y tecnológicas solo permitirán a Rusia construir un portaaviones y ese portaaviones probablemente será lo que Martyanov llama un portador de “nicho”. Oh, claro, si el presupuesto militar ruso estuviera cercano del estadounidense y si el MIC (complejo militar-industrial. Nota de la traductora) ruso fuera casi tan corrupto como el de los Estados Unidos, serían posibles tres o cuatro portaaviones, pero en tanto se tenga en cuenta cada rublo para y justificado a través de una comparación de los costos de oportunidad y los requisitos de la misión, esto no sucederá. Todavía estoy esperando ver si la Armada rusa alguna vez conseguirá los prometidos buques de asalto universales “Priboi” para reemplazar los “Mistrals” franceses y, si eso sucede, cómo se verá realmente la clase Priboi, cómo serán equipados y cuando serán aceptados para operar por la Armada rusa.
Conclusión: ¡menos publicidad, más sentido común, por favor!
Rusia tiene y desarrollará sistemas de armas nuevos, caros y avanzados simplemente porque necesita mantener las capacidades tecnológicas e industriales para mantenerse al día con las amenazas en evolución. No puedes construir un caza de sexta generación si no has desarrollado una quinta generación. Sin embargo, Rusia ha tenido que abordar la tarea inmensamente complicada de reemplazar todos los componentes del sistema desarrollados anteriormente en el extranjero (por ejemplo, en Ucrania) con los propios. Después de las sanciones occidentales, se ha vuelto absolutamente evidente que los sistemas de armamento rusos deben construirse exclusivamente con tecnologías y componentes rusos (que, por cierto, sus contrapartes estadounidenses no lo son). Mientras que Rusia se benefició de la fuga de cerebros de Ucrania (y otras repúblicas ex soviéticas) que vieron a muchos ingenieros y científicos altamente capacitados partir tras el colapso de la base industrial ucraniana, los recursos rusos de todas maneras se han visto severamente afectados por la necesidad urgente de crear un complejo militar-industrial verdaderamente autónomo, en su mayoría ex nihilo. Además, todavía hay cuellos de botella tecnológicos e industriales que deben abordarse antes de que Rusia pueda producir sus nuevos sistemas de armas en cantidades suficientes (eso es especialmente cierto para los grandes buques de guerra). A partir de hoy, el objetivo de la “sustitución de importaciones” completa no se ha realizado plenamente, incluso si ya se ha avanzado mucho en este sentido.
Lo único que Rusia podría y debería hacer de inmediato es aprender a presentar un mensaje coherente y equilibrado a su opinión pública. Cada vez que las declaraciones ruidosas y triunfales son seguidas por evaluaciones más sobrias, las fuerzas anti Putin en Rusia (y en el exterior) gritan a todo pulmón que “Putin” prometió el cielo y no entregó nada (de nuevo, todo el lío con S-300 para Siria es un ejemplo perfecto de esto). Así que sí, las relaciones públicas de Rusia a menudo apestan. Pero no hay nada malo con la planificación de la fuerza rusa.
El Saker
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