Por Pepe Escobar
Estoy parado en territorio sagrado en Donbás, que también pasó a ser territorio sagrado en la antigua Unión Soviética. En la cima de esta colina aproximadamente a mitad de camino entre Donetsk y Lugansk, solía haber unas instalaciones con un elaborado monumento que celebra a los héroes de la Segunda Guerra Mundial que derrotaron al nazi-fascismo.
La autodenominada “Operación Antiterrorista” (ATO por sus siglas en inglés) por parte de Kiev – que por consiguiente demoniza a toda la población de Donbás – se ha convertido en todo lo contrario. El año pasado, las fuerzas de Kiev tomaron Saur-mogila, y bombardearon todo el complejo del monumento. Las fuerzas de la Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk la retomaron, a un gran costo; y ahora una bandera rojo-azul-blanca de la resistencia domina el paisaje, ondeando en el viento.
Mientras estaba subiendo la colina me tropecé accidentalmente con la imagen gráfica definitiva de la actual guerra civil en Ucrania, el teatro microcósmico/indirecto de una confrontación geopolítica de vida o muerte al estilo Guerra fría 2.0 entre los EE.UU. y Rusia.
Una de las estatuas en el monumento, que representa a un héroe de la Segunda Guerra Mundial, se encuentra despedazada, pero no destruida; el torso desgarrado se esfuerza por levantarse del suelo. Setenta años después de la victoria contra el nazi-fascismo, la estatua ha sido casi volada en pedazos por las fuerzas en Kiev alineadas con, y infiltrada por elementos nazi-fascistas. Y Europa, negándose a mirar a lo que realmente está sucediendo en sus fronteras orientales, está, una vez más, espléndidamente ajena.
En la cima de la colina, por fin pude tener una perspectiva geográfica completa de las batallas del pasado verano. Orientado al Nordeste en la distancia estaban las fuerzas del líder fascista de Sector Derecho, Dmytro Yarosh. Rusia está a la derecha.
El “caldero” de Debaltsevo — en realidad tres calderos donde fueron cercadas, aplastadas y devastadas las fuerzas de Kiev por la resistencia – está ligeramente al noroeste, a 40 kilómetros de distancia. Los residentes de Donetsk dicen que pudieron haber al menos 10.000 víctimas mortales del lado de Kiev durante todo el asedio.
“Niños Escondidos en Refugios”
Saur-mogila representa una gran victoria militar para Donbás. Pero lo más importante para la gente común es la situación humanitaria, que sigue siendo muy grave. El principal médico de traumatología del hospital general de Donetsk me aseguró que no ha llegado a la ciudad nada de ayuda de la “comunidad internacional” o la Cruz Roja.
Después de todo, para todos esos rostros corporativos/cuidados desde Washington a Bruselas, todos en Donbás son unos “terra-ristas”, según el manual de Kiev importado directamente desde la era Dubya controlada por los neoconservadores.
Los del oh, que civilizado “Occidente” — incapaces de leer algo de historia — prefieren escuchar la danza de las arañas en la botella de los oligarcas en Kiev, la cual, en estos tiempos Orwellianos canta una parodia de “democracia”.
Bueno, así es como el oligarca teóricamente a cargo (no lo está; la CIA y el Departamento de Estado si), Petro Poroshenko, quiere tratar a toda la población de Donbás; “Nuestros hijos van a las escuelas y jardines de infancia, mientras que los suyos estarán encerrados en los sótanos!”
Y esto viene del “líder” de un estado (fallido) que aspira a convertirse en un miembro de la UE; la UE, como era previsible, mira para otro lado.
Así que, como también era previsible, un desbordamiento de “encerrados en los sótanos” fue exactamente lo que vi en Donetsk — desde viviendas de veteranos que se convirtieron en centros de refugiados a refugios antibombas de la era soviética repletos, con iconografía soviética pintada en las paredes. Familias enteras, ancianos, personas con miedo a salir incluso de día, y docenas de bebés, niños y adolescentes traumatizados.
De acuerdo al Moscovita Iskander Sultan, coordinador de grupos sindicales de voluntarios, puede que hubiesen hasta 2 millones de refugiados que huyeron de Donbass en el último año; comparado con Pakistán a principio de la década del 2000, cuando hubo 4 millones de refugiados afganos huyendo de los talibanes.
Para aquellos que han optado por quedarse, especialmente entre los ancianos, al menos el pago de las pensiones — congeladas por Kiev — será reintegrado por las Repúblicas Populares gemelas (su Parlamento tiene 60 miembros, 30 de Donetsk y 30 de Lugansk, trabajando en estrecha cooperación.)
Visto desde Donetsk, la difícil situación de tantas familias trabajadoras de clase media o de clase media baja, que se parecen a tu familia promedio en Manchester, Lille, Bolonia o Valencia, desplazadas por una guerra indirecta que nunca quisieron, demonizadas en bloque como “terra-ristas”, amenazadas por los fascistas con la deportación, y completamente ignoradas por el Occidente “civilizado”, es tan alucinante como la cósmica arrogancia/ignorancia de la “narrativa civilizada” que ve en Ucrania sólo buenos chicos/demócratas en Kiev contra malos chicos/rebeldes manejados por control remoto por la malvada Rusia.
La mayoría “civilizada” no lo sabe, porque a los medios corporativos occidentales no les está permitido informarles. Pero en Donetsk, por ejemplo, existe un amplio debate sobre cual sería un posible futuro para Donbás. Algunos prefieren una gran región autónoma dentro de Ucrania (pero, de nuevo, un minuto más tarde, admiten que después de la masacre de Odessa en mayo pasado y con esta “junta” en Kiev catalogándolos como terroristas, esto nunca va a suceder). Algunos prefieren una nación independiente (aunque admiten que los intereses de “Occidente” nunca lo permitirían). Y algunos prefieren formar parte de Rusia (admitiendo, un minuto más tarde, que eso sería una carga que Moscú preferiría no asumir.)
Mientras tanto, la lucha por la mera supervivencia es primordial. Primorka (“tierra a orillas del mar”), bordeando el Mar de Azov en la región de Rostov, es uno de los campos de refugiados para los ucranianos del este en territorio ruso, que actualmente albergan 246 personas, entre ellas 51 niños que asisten a la escuela, y tres bebés recién nacidos. La mayoría son personas mayores, principalmente de Donetsk, no pueden encontrar trabajo, pero sueñan con volver. Una de las familias incluso logró escapar del caldero en Debaltsevo.
El sitio solía ser un campamento de verano para los niños, cerrado durante unos años. Se reabrió a través de la iniciativa de un ciudadano particular, Alexander Dobrovolsky, que vendió su apartamento para financiar el proyecto. Al inicio Primorka estuvo albergando a más de 1.300 refugiados. Ahora finalmente ha obtenido fondos municipales y federales también.
Entre los perros callejeros que vagan por el campo, muy limpio y bien mantenido, junto al mar, uno se llama Obama. Otro es “Yats”. También solía estar un perro llamado Poroshenko. Murió hace dos semanas.
Pepe Escobar viajó a Donetsk por invitación del proyecto mediático con sede en Alemania Europa Objektiv
El último libro de Pepe Escobar es “Imperio del Caos”. Siguelo en Facebook.
Publicado el 31 de marzo de 2015 por http://sputniknews.com
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