Autor: F. MAN
Es 1 de Octubre de 2017, estuve siguiendo las noticias por Televisión y prensa electrónica de lo que estaba pasando en Cataluña. Lo del Referendum de Independencia. Solo pude pensar en una cosa, “esto es una VIOLACION de la DEMOCRACIA de la forma mas nauseabunda”. Pero no me interpreten mal, las victimas de esta violación no fueron los catalanes y su derecho a decidir, las Victimas fueron España y los ciudadanos españoles
Es Cataluña tan distinta del resto de España, con su indefinible hecho diferencial? En realidad nunca han sido diferentes, ni han hablado exclusivamente Catalan. El español siempre ha estado presente, ha sido y es el idioma de las grandes cuidades, basta con darse un paseo por Barcelona y escuchar al menos tanto Español como Catalan.
Cuando se reinstauró la Democracia tras el franquismo; los padres de la Constitución Española adoptaron una serie de medidas, para favorecer, regenerar, proteger, y desarrollar las lenguas e identidades de las regiones de España que fueron censuradas y reprimidas. Se restituyeron las Comunidades Autonomas Historicas, y se crearon otras, y se les fueron cediendo competencias del Estado. Solo hay que mirar a la Historia reciente de España para ver que ocurrió y descubrir que España es de facto un estado federal, mucho mas que los EEUU o Alemania. Sin que lo diga su nombre, esta es la realidad.
Desde aquellos años ha ido sufriendo Cataluña la desafortunada politica de diferenciación, basada en la idea de que los catalanes son especiales, con su “Fet Diferencial”. Mientras que los españoles no son mas que gente comun, invasores y ocupantes. A la vez, se ha estado siguiendo una politica de “normalización linguistica” por mas de 30 años, de manera que si antes eran ellos los oprimidos (lo cual estaba mal) ahora son ellos los opresores, limitando el derecho a aprender y usar el español en toda la geografia Catalana (En Cataluña se hablaba español y Catalan. Los apellidos mas comunes en Cataluña son apellidos españoles como García, Martinéz, López, Sánchez) Y por supuesto se ha ido implementando su ideario nacional y socialista o al menos de izquierdas (hay que decir que la antigua CiU era de derechas, pero los otros bien que son de izquierdas, socialistas, si no mas alla) Nacional Socialistas…? De que me suena eso…? Ah si! Y resulta que nadie se ha dado cuenta todavia de ese detalle sin importancia.
Han sido 30 años, adoctrinando niños, plantando en ellos la semilla de ese nacionalismo extremo, educando en el odio a todo lo español, a las nuevas generaciones, en esas escuelas y universidades de las que han arrojado a todos los profesores y catedraticos no afines. Lavandoles el cerebro con la TV3 y demas Canales afines que estarían dirijidos por Joseph Goebbels, si no hubiera muerto en el mayo del 45 (su curriculo seria el mas apropiado para dirigirlos) Prohibiendo a los niños que hablen en español (que es de catetos!) y si por algun azar algun Padre decide que tus hijos sean escolarizados en español, como es su derecho, le va a resultar imposible (y eso que el español es tambien cooficial en Cataluña, un derecho fundamental de todos los españoles) Estan haciendo con los que hablan español, eso tan terrible, que les hacian a ellos durante el franquismo. Aplicandolo a rajatabla.
Han hecho lo mismo con todas las ramas de aquellos servicios publicos que controlan, como la policia regional, Sanidad, Justicia…(puede que el medico que te atienda no sea el mejor, pero seguro que habla un catalan de lo mas puro. Porque sin Catalan hablado y escrito, ya te puedes olvidar del puesto) llenandolas de afines a su ideologia.
Tambien han estado cambiando la Historia segun su conveniencia. Borrando de un plumazo 500 años de historia común, negandola o distorsionandola en sus intentos de creacion de mitos de una Nación que nunca ha existido. A veces llegando a extremos absurdos, basta con leer sus libros de historia.
Como ha sido posible que todo esto ocurra? Como hemos llegado a esta locura?
La respuesta hay que buscarla en Madrid, donde los partidos en el gobierno, siempre han acabado buscando el apoyo (comprando, seria mejor decir) de estos nacionalistas, y lo han ido pagando con el dinero de los españoles y competencias del Estado, y permitiendoles hacer en Cataluña lo que les ha dado gana. Las cosas hubieran sido de otra manera si, como ocurre en muchos de los paises de Europa se aplicaran medidas para limitar partidos extremistas o ultranacionalistas (podemos echar un vistazo a lo que hacen nuestros vecinos europeos, y seguro que se nos ocurre algo). Resulta que las cuotas de poder que estos partidos minoritarios han tenido, han sido siempre desproporcionadas para su tamaño, y siempre han obteniendo de los grandes partidos todas las concesiones que han pedido.
Pero, Que es realmente lo que han conseguido?
Han conseguido renovar sus filas con nuevas generaciones de independentistas (la mayoria son Garcias, y Martinez o Lopez que hubieran avergonzado a sus abuelos con lo que estan haciendo hoy. Que se han tragado toda la basura del Catalanismo (perdón, basura no, dejemoslo en identidad, ideario y hecho diferencial) y que han sido asimilados volviendose los mas radicales extremistas catalanes (tanto hecho diferencial, tanto ser mejores y privilegiados me recuerda mucho a esos otros nacionalsocialistas de antaño, los del Dr. Goebbels. A los que tratan de imitar muy a menudo)
Han conseguido presentarse siempre como las victimas de España ante el mundo. Porque “España les roba” (o tal vez fue el ex-Presidente Pujol, no me acuerdo) Porque en Cataluña no hay verdadera Libertad de Expresion (preguntenle a Albert Boadella) Porque en Cataluña no hay Democracia (nunca acaban de conseguir lo que quieren) Y claro esta, porque Cataluña no es España (como puedes leer en el Santiago Bernabeu, cuando les da por sacar la pancarta) La realidad es que se comportan como niños problematicos, maleducados y malcriados que se pasan el Estado de Derecho por el forro. Hay que decir que todo esto por la permisividad de Madrid (en su papel de padre) Porque si a aquellos pequeños malcriados se le hubiera corregido a tiempo, no tendriamos ahora a estos individuos que nos maltratan, sabiendo que no va a pasarles nada
Han conseguido que el mundo se crea sus argumentos y tesis. Acusandonos a los españoles de provocar los problemas que en realidad se han causado ellos a si mismos. Lo hacen siguiendo las muy probadas tecnicas de los amigos del Dr. Goebbels. Repitiendo La Mentira que les convenga una y otra vez, hasta que se aceptan como verdad por aquellos que no les conocen ni les sufren. Los problemas debidos a su corrupción, su ineficacia en la gestión, su inabilidad o simplemente su estupidez, son siempre culpa de otros (lean aqui españoles, por favor) lo que aparentemente les da carta blanca para continuar haciendo lo mismo e ir a peor. Los derechos que se atribuyen para si, se los niegan a otros sin que nadie parezca darse cuenta.. el Mundo entero se cree su Mentira, y se la ha tragado entera.
Y sobre todo han conseguido que el resto de los españoles acaben hartos de ellos. Hartos de tanto chantaje, y comiencen a pensar que estarian mejor sin ellos. Tambien han fracturado la sociedad Catalana porque muchos catalanes se sienten tanmbien españoles. Olvidandose de que la viabilidad de su supuesto Paraiso Catalan es mas que cuestionable, y que de conseguir lo que quieren van a salir perdiendo. Como siempre todo sera culpa de los españoles que les roban todo y no los dejan vivir… todo lo malo que les ocurre es por culpa de España y todo lo bueno esta ahi casi al alcance de los dedos, pero España no les deja.
Como dije antes son como un niño malcriado que solo piensa en “yo, lo quiero, solo mio, para mi, yo, yo, yo…” y el resto del mundo es como si no existiera.
El dia 1 de Octubre lei un comentario que decia: “el Sexo y la Democracia son divertidos y molan”
Pero, para que estos sean de verdad divertidos y molen, necesitas el consentimineto de la otra parte. Si lo haces sin consentimiento, por la fuerza, con violencia y contra la voluntad de la otra parte. Entonces, deja de ser divertido y pasa a ser una VIOLACION.
El Dia 1 de Octubre de 2017 la Democracia Española fue violada. Por un joven inmaduro, consentido, problematico y malcriado, llamado Generalitat de Cataluña. Delante del mundo entero que le animaba
F.MAN
IMPENSABLE.
Reconozco que no había contado con que
fuera posible tanta brutalidad en la represión de la policía española.
Había previsto escenarios de victoria, de derrota y de empate. Nunca de
destrucción. La guerrilla política había estado ganando con astucia y
rapidez. Pero el domingo, el ejército regular quiso vengarse de las
carcajadas por Piolín, del escarnio por los afanes infructuosos para
“detener” papeletas y urnas y del ridículo de los registros inútiles en
sedes de instituciones y partidos.
OBSCENIDADES.
Después de tres semanas en las que el
Estado ha intentado sabotear el referéndum y acorralar al gobierno de
Cataluña, la salvajada policial del 1-O no debería hacer olvidar los
ataques informáticos para obstaculizar el voto, la propaganda falsaria
de los medios de comunicación españoles y haber atemorizado a la
voluntad democrática. Por eso, que terminado el recuento de votos y
heridos aún se escuche hablar de falta de garantías formales del
referéndum es de una obscenidad repugnante.
DESCOSIDOS.
Es una obviedad que la independencia
tiene sus partidarios y sus detractores. Pero todas las discrepancias
sociales, ideológicas y políticas, en una sociedad abierta y plural, se
resuelven en las urnas. La democracia cose la diversidad. En cambio, la
represión pura y dura deshila la convivencia. El domingo la brutalidad
policial desgarró definitivamente una relación de sumisión entre España y
Cataluña que ya nadie podrá zurcir.
COHESIÓN.
En cambio, la violencia desatada del
1-O, por si había habido alguna grieta, al cabo de 48 horas ha sacado a
la sociedad catalana a las calles de todo el país como nunca se había
visto. Los catalanes no necesitamos estar de acuerdo en todo. Sólo en lo
que nos une políticamente: la defensa de los derechos fundamentales y
de la democracia.
REBOTE.
Sí que pronostiqué que, fuera cual fuera
el resultado del 1-O, la intransigencia del PP rebotaría -y explotaría-
sobre la política española. Ahora no me queda ninguna duda. El abuso
represivo está levantando un tsunami político que avivará la
confrontación en la política española hasta extremos nunca vistos.
Particularmente, dentro mismo del PP y del PSOE, y, finalmente, de todos
contra todos.
INTERNACIONALIZACIÓN.
La prensa internacional ha visto y
explicado la realidad de un país cívicamente movilizado contra un Estado
irracionalmente desbocado. Quizás seguiremos decepcionados por los
silencios cómplices de los mandatarios europeos. Pero la España
autoritaria ahora va desnuda, lo que la convierte en un socio poco
deseable que será objeto de duras presiones discretas y de
amonestaciones cada vez más visibles.
CASTIGOS.
El Estado no da por terminada la
represión con la agresión a ciudadanos indefensos. Para lavarse las
manos buscará “culpables” individuales y les querrá castigar con
ejemplaridad. E irá detrás de los máximos responsables de la política
catalana y sus instituciones. Del presidente de la Generalitat al mayor
de los Mossos. ¡Dios quiera que me equivoque!
HUMILLACIÓN.
El gobierno del PP quería salvar la piel
y, habiendo fracasado en la vía judicial y las amenazas, actuó a la
desesperada. Pero parece que todavía no ha entendido que la humillación
de los catalanes en lo que más nos enorgullece, la capacidad de
movilización cívica y democrática, es el espolón que explica el cambio
de cultura política de los últimos diez años. Es lo que nos ha sacado
del victimismo y nos ha llevado a la aspiración a la emancipación
política del viejo yugo colonial, por cierto, tan descaradamente visible
estas últimas semanas.
MENTIRAS.
La negación de la realidad, como están
haciendo el Gobierno y sus medios de comunicación, no sólo los obliga a
mentir a la sociedad española sino también a mentirse a sí mismos. La
psicología explica las razones del mecanismo y sus consecuencias. Pero,
en este caso, indigna y rebela a quienes han sufrido la verdad negada. Y
si las porras hicieron daño a más de ochocientas personas, la mentira
hiere a millones.
EL DÍA SIGUIENTE.
Soy especialmente sensible al estudio de
las consecuencias no queridas de la acción social. Quizás per eso me
parece tan claro que la represión salvaje del 1-O habrá conseguido todo
lo contrario de lo que se proponía. Obliga a tomar partido a los que,
tanto con buena intención como con voluntad turbia, querían evitar la
ruptura. Desenmascara definitivamente los disfraces de la famosa
“conllevancia” orteguiana. Y, sobretodo, da un empuje decisivo a los
partidarios de la secesión.
RESOLUCIÓN.
A la mayoría política democrática
catalana sólo le queda un horizonte y, en contra de las voces sabias y
prudentes, si no se quiere ver encarcelada -también literalmente- deberá
actuar con rapidez y aprovechar la brecha de oportunidad que el domingo
le abrió la policía española a golpe de porra, reventando las
cerraduras de tantas puertas.
Salvador Cardús
Que comience la transición a la democracia
“(En España) Los tímidos conatos democratizadores de
1868 (Primera República), 1931 (Segunda República) y 1977 (monarquía
parlamentaria) han supuesto tantos fracasos debido a la debilidad social
y organizativa de las fuerzas democráticas por una lado y a la
resistencia del Estado (gobierno) a perder el control y la dirección
monopolística de los recursos generados por la sociedad, por otro”
(Joseba Ariznabarreta, “Pueblo y Poder”).
Tras la muerte del General Franco en su
cama, el modelo de Estado fascista no era permitido por el resto de
Estados occidentales, por lo que, gracias a esta presión externa, se
volvió a la partidocracia como modelo de Estado totalitario o “dictadura
parlamentaria” como habría señalado Montesquieu, ya que los franquistas
decidieron organizar oficialmente lo que quedaba de su exiguo Imperio
como una “monarquía parlamentaria”, con Juan Carlos de Bourbon como Jefe
de Estado vitalicio, elegido entre todos los candidatos posibles por
Francisco Franco como su delfín al no tener él mismo descendencia
masculina a la que dejar su legado.
Durante la llamada “Transición española”
encabezada por el franquista Adolfo Suárez y su partido UCD, se
produjeron “Los Pactos de la Moncloa” en octubre del 77, de la que nació
la Constitución de 1978 en la que no participamos los nabarros ni el
nacionalismo vasco (de lo que nos alegramos). La redacción de la
Constitución fue estrechamente vigilada, condicionada y corregida por el
franquismo que se guardó muy bien de imponer sus condiciones para ceder
parte del poder a cambio de una amnistía total a sus continuados
delitos, incluso a los de lesa humanidad (que en el derecho
internacional no caducan). La soberanía descansaba, dijeron los
militares, en el “Pueblo español”, pero ellos y la Guardia Civil vigilan
que no se equivoque en sus decisiones, por lo que seguían siendo los
verdaderos soberanos a través del Jefe de los Ejércitos, el mencionado
Bourbon, el cual además sería intocable al igual que el dictador
anterior y todos los franquistas, lo que les ha permitido acrecentar
casi sin límites su patrimonio personal.
Es así como se contempló un tímido
retorno a una cierta descentralización administrativa, con pinceladas a
la aceptación de la existencia de las “nacionalidades” subyugadas
(definidas así en la Constitución de 1978), nacionalidades cuya
existencia, poder ejecutivo, judicial y legislativo (los Fueros), sí
eran aceptados en el modelo absolutista y que han resistido por todos
los medios para no ser absorbidas en el proyecto fallido de pasar de la
España imperial del absolutismo a la España Estado-Nación del Régimen
Totalitario actual.
En la publicación Lan Deia del sindicato
ELA de aquella época, se describía esta realidad bajo el título hoy tan
actual de “Referéndum y democracia” (diciembre 76): “Continúa en
vigor, en particular, la ordenación político-administrativa impuesta al
Pueblo vasco por el general Franco. Es este régimen político el que
convoca a referéndum (de la Constitución), el que determina los términos
y condiciones de éste, el que seguirá en su puesto, de todas maneras,
después de la consulta”. Faltaron redaños y sobraron discursos
jesuíticos.
El modelo es igual al anterior a la
dictadura, por lo que tiene el mismo riesgo en el intento de mantener un
poder central en manos de una plutocracia, al estar abierto a otras
tendencias más democráticas, sobre todo de los nacionalismos que no han
podido ser integrados en el español. Mientras, los mandos militares
tienen cada vez menos presencia en el día a día de la política española
debido a las circunstancias internacionales como la existencia de la
OTAN o la integración de España en la UE que no por convicción
castrense.
Por tanto quedaron fuera de todo poder
los pueblos sometidos, como el nabarro o vasco y el catalán, cuyos
Estatutos de Autonomía son controlados o modificables arbitrariamente
desde Madrid, reconducida toda la fuerza que ejercieron durante el
franquismo y la transición a través de la figura fantasmagórica de
“partidos nacionalistas” que aceptaron sin embargo el canibalista
nacionalismo español a cambio de unos puestos de trabajo, una pequeña
autonomía administrativa-legislativa y nula en lo judicial (que sí
tenían en el modelo Foral), con gran capacidad recaudatoria en la CAV y
CFN (sobre el 60% del volumen total de impuestos), pero nula soberanía
(como tendría un verdadero modelo Confederal).
El Gobierno central se reservó el poder
real o soberanía mediante el control absoluto del poder ejecutivo,
legislativo e incluso el judicial al elegir a dedo a los árbitros o
jueces. Se convirtió así en el modelo envidiado, siempre imitado pero
nunca igualado, de todas las dictaduras del mundo que pretendían dar el
mismo paso guardándose todo lo que habían robado y sobre todo el
verdadero poder o soberanía; es en parangón, inspiración y referencia de
la nueva Europa.
Joseba Ariznabarreta: “Existe una
jerarquía de lo peor y la cima alcanzada, hasta el momento, en esa
dirección se conoce con el nombre de totalitarismo moderno,
configuración estatal desconocida en la antigüedad clásica y en la Edad
Media y que se diferencia también del despotismo de los grandes imperios
de los inicios de la historia”. El totalitarismo y la democracia
actuales tienen una forma similar pero un fondo totalmente opuesto como
explica Ariznabarreta: “Democracia (la fuerza al servicio del Derecho) o
Totalitarismo (el derecho como máscara de la fuerza)”.
El régimen totalitario del general
Franco quedó rehabilitado, legitimado, confirmado, reconocido y
consolidado; logró su triunfo definitivo y realizó su transición sin
tocar su estructura de clase, la burocracia, los servicios
administrativos económicos milagrosamente convertidos en “democráticos”
de la noche a la mañana, el idioma único y pensamiento único.
España es el único caso europeo donde
los que gobernaron durante el fascismo se presentaron a las elecciones y
de hecho siguen ellos o sus sucesores aún hoy gobernando. Por tanto, el
modelo actual está pensado para que el gobierno central controle la
vida de los ciudadanos de manera que sea él el único beneficiado al
controlar los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial). La
extrema corrupción que impera en España es sólo el síntoma inequívoco
del totalitarismo que comentamos. Este modelo evidentemente está muy
lejos de ser democrático más que en su fachada, quedando este mes de
agosto con el “Process” catalán en evidencia para los más optimistas.
El padre de la democracia moderna, el
ginebrino Rousseau, decía que se puede pasar de la democracia al
totalitarismo pero que no existe en la historia el caso contrario. Luego
España es imposible que sea jamás democrática salvo que se produzca una
verdadera revolución social. Ésta se podría haber producido en los años
70, por los movimientos independentistas, ya que tenían más fuerza que
nunca gracias a la represión que sobre los últimos pueblos que hemos
resistido sin someternos hasta nuestra desaparición a la nación
española. Catalunya y los resistentes del Estado de Nabarra estaban en
plena ebullición, se sentían fuertes a la muerte del dictador; todo hace
pensar que sí hubo una posibilidad real para lograr la libertad, si al
caer el régimen franquista se hubiera implantado directamente el
Gobierno vasco o el catalán y no se hubiera apostado por la integración
de los mismos en un Gobierno Republicano Español en el Pacto de Múnich
del año 62.
Por ello, el referéndum catalán no ha
sido más que el intento de romper el totalitarismo español. Su sola
ejecución ya es un logro para todo demócrata y para todo pueblo oprimido
pues deja al descubierto la dictadura parlamentaria en la que vivimos,
impuesta de arriba a abajo (desde la plutarquía y los militares hacia
abajo), del centro a la periferia (desde el castellano al catalán,
nabarro o gallego) y con sus colaboradores necesarios, los bautizados
como “partidos nacionalistas”.
Nuestro caso es diferente. Nabarra era
un Estado libre que durante siglos mantuvo su soberanía contra el
imperialismo franco-español. Nosotros no tenemos nada que votar pues
nuestro Estado no se unió al castellano sino que fue conquistado a
sangre y fuego. Nuestro caso, es un claro ejemplo de imperialismo
colonial donde la propia ONU debería de hacer respetar las fronteras de
nuestro Estado; para que llegue ese momento, el Pueblo nabarro en su
conjunto es el único que puede hacer valer su fuerza empezando hoy a
alzar su voz contra el imperialismo, para proclamar unilateralmente
después de nuevo nuestra independencia como unilateralmente nos fue
arrebatada.
Sin nabarros ni catalanes, el propio
pueblo español quizás sea capaz de hacer su verdadera transición a la
democracia y dejar atrás modelos totalitarios propios de siglos pasados,
superando así los diferentes modelos de Estados montados para aumentar
el patrimonio de los que gobiernan expoliando a los españoles y a los
demás Pueblos subyugados. Entonces sí, entonces los españoles podrán
gobernarse a sí mismos en democracia. Pero ésa no es nuestra lucha sino
exclusivamente la suya, tampoco lo tienen más fácil que nosotros.
Alots Gezuraga
Las opiniones muy firmes de este artículo a propósito de la legitimidad y la autenticidad de las ideas independentistas y unionistas son interesantes, y recuerdan los ricos debates de opiniones en castellano y en catalán desde 2010 y más intensemente desde 2015. Pero no es más hora de debatir opiniones, estamos frente a hechos consumidos o inminentes. Ya fue votada y proclamada la soberanía del pueblo catalán y dentro de algunas decenas de horas se proclamará la independencia, ser en pro o en contra no cambia la realidad. Quedan incertidumbres, por ejemplo acerca de la reacción española, pero la secesión no es más una hipótesis sino una realidad. Los diplomáticos extranjeros que serán enviados a Barcelona en 2018 ya empiezan a leer el informe de inteligencia francesa la Novena Frontera (versión impresa en Amazon o electrónica en Lulu.com), la reseña más actual sobre el tema.
Catalunya ha mostrado los que siempre se escondió y se llama franquismo sociológico; el fascismo que siempre estuvo ahí, entre almohadas y no es
minoritario, que se utiliza según las necesidades. Es la misma España que
lleva décadas jaleando a torturadores.
A finales del siglo XIX, el Imperio
Español estaba en franca decadencia: la otrora inabarcable Monarquía
Universal se desangraba sin remisión. A lo largo de la centuria había
visto reducida su extensión a una mínima expresión; apenas mantenía unas
pocas y dispersas propiedades en ultramar…. unos territorios anhelados
por otras potencias, deseosos de su independencia y difíciles de
sostener.
Tan desastrosa era la situación que, en
1885, el decadente Imperio -convertido, si cabe, en potencia de tercera-
se vio obligado a buscar la mediación de su Santidad León XIII. Y es
que España tenía un dominio teórico, que no efectivo, sobre territorios
del lejano Oriente y el Pacífico: los emergentes Imperios británico y
alemán, con intereses en la zona y hambrientos de nuevos territorios,
habían puesto sus ojos en dicho Imperio en descomposición.
La situación en la metrópoli no era
mejor: padecía una grave crisis moral, política y económica. Pese a todo
ello, no escatimó recursos para mantener la soberanía e integridad de
la patria, embarcándose en una guerra “justa”. Un conflicto del todo
impopular entre las clases sociales más desfavorecidas, que arruinó aún
más, si cabe, a un pueblo desgastado por las numerosas luchas y la
precaria economía.
Cuba era la joya de la Corona, su
posesión más preciada; sin embargo, terminó deshaciéndose de ella junto a
Puerto Rico, Filipinas y la Isla de Guam por un lado, y las Islas
Carolinas, las Marianas y Palaos por otro. En un año dilapidó la escasa
herencia colonial que, tras quinientos años de dominio español, le
quedaban en las Américas y el Pacífico.
La Guerra de Cuba se libró en cuatro
fases :1868-78, 1879-80, 1895-98 y el desastre del 98. Los Estados
Unidos intervendrán en su tramo final, con la única apetencia, como
luego se demostró, de quedarse con las colonias. Imbuidos de la
“doctrina política Monroe” (1823), sintetizada en el pensamiento
“América para los americanos”, desde mediados de siglo habían intentado
de forma infructuosa comprar la isla en numerosas ocasiones (1853, 1861,
1869 y 1897) estando dispuestos a pagar 120 millones de dólares por
Cuba y Puerto Rico.
El 25 de noviembre de 1897, en medio del
conflicto y presionado por los Estados Unidos, el gobierno de Sagasta
concedió la autonomía a Cuba y Puerto Rico. Sería el primer estatuto de
autonomía concedido por el Reino de España; pese a ello, la guerra por
la independencia continuó.
Y llegamos al Desastre de Cuba (1898):
el hundimiento del acorazado “Maine” es utilizado como “casus belli” por
parte de los Estados Unidos para tomar parte activa en el conflicto. El
25 de abril se produce la declaración oficial de guerra -guerra
hispano-estadounidense-, y el 12 de agosto del mismo año el ejército
colonial español se rinde ante un combinado cubano-norteamericano.
En el caso filipino podemos calcar el
proceso. Filipinas era una colonia próspera, sin la conflictividad
cubana, y lejos de las garras norteamericanas; o, al menos, eso
parecía…. Sin embargo, en 1896 se inicia un movimiento de liberación
tagalo: la respuesta española resultó desmedida, al fusilar a José
Rizal, defensor de las reformas político-administrativas en la isla y de
convertirla en una provincia española más.
Pese a la victoriosa ofensiva española
del uno de enero de 1897 sobre los independentistas atrincherados en la
isla de Luzón, ninguna de las partes conseguía imponerse. La metrópoli
entiende la necesidad de un cambio, y sustituye al general al mando por
Fernando Primo de Rivera, consiguiendo rubricar con los insurrectos el
Pacto de “Biak-na-Bató” el 14 de diciembre de 1897.
La cuestión parecía resuelta, pero
España incumplió lo pactado. Con el inicio de la guerra
hispano-estadounidense la historia toma otro rumbo: la ayuda
norteamericana a filipinos y cubanos pondrá a España contra las cuerdas.
La Guerra de Cuba tuvo sus frentes de
batalla en las Antillas españolas (Cuba y Puerto Rico), por un lado, y
el archipiélago filipino, por otro. Cuando la situación se hizo
insostenible y la pérdida territorial se hacía inevitable, España buscó
una salida. Como ocurrirá con el Sahara español en 1975 (Acuerdo de
Madrid), por medio de tratados internacionales transfirió la titularidad
de territorios que tenía perdidos a cambio de un beneficio económico.
En el Tratado de París, de 10 de
diciembre de 1898, España, viendo perdida la guerra, firmó la paz, y
transfirió a los Estados Unidos sus posesiones en el Caribe (Cuba y
Puerto Rico) y el Pacífico (Filipinas e Isla de Guam) por veinte
millones de pesetas: unas propiedades que, en realidad, ya no
controlaba.
Cuba, constituida en República, quedará
en un estado de incertidumbre, bajo el control americano, y con el firme
compromiso de que, una vez formado un “gobierno estable”, se le
concedería la independencia. Por su parte, el 12 de junio de 1898
Filipinas, al declararse independiente, se había constituido en una
República: Estados Unidos no lo permitirá.
Para terminar, con el Tratado
hispano-germano de 12 de febrero de 1899 España, ante su incapacidad
para defender los archipiélagos que posee en el Océano Pacífico, se los
transfiere al Imperio Alemán por veinticinco millones de pesetas de la
época. Estos territorios fueron aquellos por los que intercediera León
XIII (Islas Marianas -excepto Guam-, Palaos y las Carolinas) en el
conflicto surgido en 1885 en la isla de Yap entre España y Alemania.
Ante la inminente secesión catalana,
actual joya de la Corona…. ¿venderá España Cataluña a una potencia
extranjera como premio de consolación? ¿O se enfrascará en una guerra
sin cuartel para defender la integridad de la Patria? Llegado el caso,
si se ve incapaz de mantener la titularidad por la fuerza, ¿buscará la
mediación internacional? ¿O se encomendará a la intermediación divina?
…. La Historia nos dice que cualquiera de las soluciones es factible.
El ADN del estado español tiene un
marcado carácter imperialista y homogeneizador. Pese a ello, todos sus
esfuerzos han resultado vanos: no ha sabido -o no ha podido- acomodar a
las diferentes nacionalidades que lo componen, resultando por ello un
Estado fallido.
La pérdida de Cuba y las colonias marcó
un antes y un después: supuso un drama nacional, un desastre con
mayúsculas que el Estado español jamás consiguió olvidar ni cicatrizar
del todo. El adiós de Cataluña quizás suponga el fin de España: un golpe
certero que rompa el país para siempre. Una catástrofe de tal magnitud
que haga de España una Atlántida.
Asier Fdez. de Truchuelo