por Daniel Marcos y Pablo Gandolfo, en Katehon
El analista internacional Alfredo Jalife Rahme cree que el mundo camina a la desglobalización y que la presidencia de Donald Trump se inscribe en ese proceso, y señala que México, regido por el modelo neoliberal, es la primera víctima. También advirtió que el peor error geoestratégico de Obama fue haber empujado a Rusia a los brazos de China. Putin es el gran vencedor, resume. “Ya concurrieron los dos grandes, China y ahora Trump, a aliarse con él”.
-¿Qué expresa Donald Trump en la presidencia de los Estados Unidos?
-Alfredo Jalife Rahme -. Obama dejó un país muy dividido, y a nivel internacional un gran caos. Trump expresa el supremasismo racista de los WASP, blancos, anglosajones y protestantes. Estados Unidos es un país fracturado totalmente, y a todos los niveles. El Pentágono está contra la CIA y la CIA peleándose con Trump.
Geográficamente, también está muy dividido. La costa occidental de Estados Unidos, sobre todo California, donde hay una mayoría de mexicanos que votaron por Hillary pero también en Oregón y el estado de Washington. Trump arrasó en lo que se llama el Rust Belt, el cordón industrial, una zona que ha sido desahuciada por el modelo neoliberal, que ha dejado gran número de desempleados. Y también está el Bible Belt -de ahí viene la conexión muy fuerte con Netanyahu- dónde hay un híbrido, lo que se conoce en Estados Unidos como los cristianos sionistas. Este Bible Belt, o corazón biblico, es muy poderoso en el sur: Texas, Florida, Oklahoma. Hay visos de probable balcanización, hay estados que están buscando la secesión: en California, ya están hablando del Calexit y también Texas está buscando su bandera de una sola estrella, “the only star”.
-Estas fracturas multidimensionales alertan al analista. Jalife observa que existe un movimiento de oposición que no se limita a las protestas y movilizaciones de decenas de miles de personas. Florecen los llamados para asesinar a Trump, dice, mientras subraya la advertencia del demócrata John Kerry en el Foro Económico Mundial que dio 1 o quizás 2 años al gobierno trumpista y baraja la opción de un famoso impeachment, una defenestración legislativa.
La principal apuesta económica de Trump es la vuelta de una parte de la industria que se deslocalizó. Ha tenido éxitos puntuales. Como tendencia general, ¿es esto posible?
-AJR – Él va intentar dar empleo a los ciudadanos estadounidenses, no le importa el costo. El voto que lo apoyó fue principalmente de los blancos, incluso el 53 por ciento de mujeres blancas. La economía de Trump va a manejar lo que se llama el viejo “reaganomics”, que es mediante la curva de Laffer, disminuir los impuestos, e incentivar las inversiones en infraestructura. Tiene pensado invertir 1 billón de dólares (un trillón en inglés) en infraestructura. Va a intentar jalar el máximo de empresas y llevárselas a Estados Unidos. Desgraciadamente la primera víctima es mi país, México, regido por el modelo neoliberal “itamita”: somos los grandes perdedores en todo este proceso. Hay un gran nacionalismo económico en el programa pero esto daña al modelo de la trasnacionales. Donde se contradice Trump, es en que le dio el manejo de las finanzas a Goldman Sachs. Entonces hay muchos clarososcuros en éste ámbito.
-Es una ruptura demasiado grande.
-AJR – Si, la otra parte es la probable guerra comercial con China. ¿Qué es lo que está tratando de hacer Trump? El peor error geoestratégico de Obama fue haber empujado a Rusia a los brazos de China y a crear una alianza dónde el gran perdedor es Estados Unidos. Trump, lo ha dicho abiertamente, él va a jalar a Putin hasta donde pueda. ¿Cuál es el precio para retirarse de su alianza con China? ¿Qué le vas a ofrecer a Putin? Ya tiene Crimea, Ucrania del Este, tiene Siria, se ha posicionado en Medio Oriente en su lucha contra el yihadismo.
En paralelo tenemos el ataque a Ángela Merkel, a Alemania y a la OTAN; Trump empuja al féretro a la Unión Europea. Incluso ha incitado a que otros países se salgan del tratado. Esto puede ser una pieza de un acuerdo entre Trump y Putin. A mi juicio, Putin es el gran vencedor. Ya concurrieron los dos grandes, China y ahora Trump, a aliarse con él, y él tiene la posibilidad de estar equidistante, no tiene por qué aceptar todo.
-Hay un tema conflictivo que es Irán, principal adversario de la administración Trump y aliado de Rusia. ¿Rusia le va a soltar la mano?
-AJR – Irán peligra, aunque no es un rival fácil porque es la máxima potencia del Golfo de Pérsico. Netanyahu quiere la cabeza de Irán. No quiere que se lance el proyecto nuclear más adelante. En este momento pueden enriquecer uranio hasta un 20%. Con eso no haces una bomba. Necesitas más del 90%. Pero en 10 años, es probable que si tengan la capacidad de tener bombas nucleares. Ahora, ¿Cuál es el único país de medio oriente que tiene bombas nucleares? Israel. De forma clandestina tiene ese arsenal, que obviamente es altamente disuasivo, y no quiere tener un competidor nuclear como Irán.
En mi juicio, estamos ante un cambio tectónico de paradigma hacia un nuevo orden mundial y aquí lo fundamental es ver arriba, qué es lo que pasa en el Olimpo. Después de la segunda guerra mundial se dio un mundo bipolar entre la URSS y EEUU; luego, la disolución de la URSS llevó a la unipolaridad con EEUU, que fue un fracaso. Y ahora estamos en un desorden. El mundo para ir a la paz, pasaría por un orden tripolar con China. En un segundo nivel tenemos actores secundarios muy poderosos. Pero mi humilde opinión, es que si se da un G2 o un G3, las potencias secundarias se van a ajustar.
Primero debemos despejar esa incógnita, ¿vamos a un G2 o un G3? La ecuación de ajuste es muy distinta en un caso y en otro. Yo ahorita, no me atrevería a decir un pronóstico, es todo muy complejo, muy dinámico y la llave la tiene Putin.
-Parte del establishment estadounidense sostiene que por primera vez después de la segunda guerra mundial, EEUU no tiene una estrategia coherente. ¿Es así?
-AJR – Yo creo que está muy claro lo que quiere Trump. Incluso Kissinger va en ese sentido si uno lee su último discurso que dio en el foro Nobel de Oslo el 11 de diciembre. Piensan hacer lo que ya hicieron. Es el estilo Kissinger, un estilo tramposo.
No funcionó el plan de Brzezinski, de meter a Rusia en la trampa que había metido a la URSS en la década de los 70. No le funcionó porque Putin estaba dispuesto, incluso, a usar armas nucleares tácticas. Ya no aceptaba el famoso Plan Anaconda de la OTAN, de asfixiarla en todas sus fronteras europeas.
Yo creo que estamos en algo similar al viaje de Kissinger a China en el 71 y luego el de Nixon en el 72, donde jalaron a China y le hicieron romper con la URSS. Lo cual le dio a Estados Unidos -lo dice Kissinger en su libro sobre China- una profundidad estratégica que le permitió dominar Medio Oriente y el petróleo.
-Hoy el puente euroasiático, ese desarrollo en infraestructura conocido como la ruta de la seda es una realidad. Impedir eso fue uno de los ejes del atlantismo. Esa realidad no estaba planteada hace 30 años.
-AJR – Cierto. Mira, lo que voy a decir no es especulación mía, tengo las fuentes. En el 2008, con la gran crisis, el Kremlin pidió a China vender los bonos del tesoro de Estados Unidos para hundir al dólar, cosa que China no aceptó. Luego en diciembre de 2015, cuando Estados Unidos le pega con todo al rublo y al petróleo para golpear a Rusia, China rescata al rublo.
Esa caída del petróleo no fue por la oferta y la demanda, eso no funciona así, tan bruscamente. El precio del petróleo se maneja en forma especulativa. Por cada barril de petróleo existen 500 barriles de petróleo financiero, en papel, y eso lo controla Wall Street.
Trataron de hacer el mismo jueguito que habían hecho en 1986 junto a Arabia Saudita cuando le bajaron el precio del petróleo a Gorbachov. Y el mismo jueguito -que en aquellos años contra la URSS- aplicaron en Afganistán, ahora lo tratan de hacer con la trampa del yihadismo en la periferia de Rusia, sobre todo en la región del Cáucaso. Bajaron el petróleo, devaluaron el rublo, y estuvimos en un momento que se pensaba que podíamos ir a una tercera guerra mundial. Lo digo con mucha responsabilidad.
Incluso el paisano de ustedes, Bergoglio que ahora es el Papa Francisco, fue a Sarajevo y estaba consciente de que el mundo estaba al borde de una tercera guerra mundial. Ya estaban asfixiando demasiado a Rusia. Putin desapareció una semana, ya vean, cosas muy delicadas. Obama estuvo “blofeando” con una tercera guerra mundial. Pero se dieron cuenta de que Putin no estaba jugando, Putin no “bloffea”, todo lo contrario. Es un gran judoka, se le resbalan los golpes y vuelve un revire que te deja temblando. Y además es un gran ajedrecista. No va a repetir los errores de Brezhnev, ni de Gorbachov, ni mucho menos de Yelstin. Es el nuevo Bismarck del Siglo XXI. Junto a Xi Jinping son los máximos dirigentes del planeta, no hay otros.
Entonces, cuando viene ese doble golpeteo a Rusia, ¿quien rescata el rublo? China. Eso te está diciendo que China si quería jugar a la tripolaridad. No permitió que se cayera EEUU, con el que tiene grandes acuerdos comerciales, y luego tampoco quería que se cayera Rusia, que le provee en gran medida su paraguas nuclear y también la abastece de energía.
No es tan sencillo caer en linealidades como la de los años 70, pero las comparaciones nos sirven para tomar en perspectiva un mundo que ya es diferente. Es un juego de 3. O se reúnen los tres o van a ser dos contra uno.
-¿Y en América Latina?
-AJM – Impera la caquistocracia, el gobierno de los peores, que es el modelo neoliberal que no sirve para nada, y que ha arruinado a las clases medias.
¿Qué es el Brexit, qué es Trump? El modelo neoliberal se acabó. Trump va hacia políticas económicas nacionalistas. ¿Dónde está el nacionalismo económico en Latinoamérica ? Está ausente porque nos gobiernan puros neoliberales. Los únicos visionarios económicos ahorita son Rafael Correa y Evo Morales, fuera de eso no hay nadie. Ya ves el estado en el que está Brasil. ¿Por qué le pegaron tanto a Petrobras? Pues, para quitarle su petróleo, para apropiarse de Petrobras. Vamos también hacia una recomposición de la geometría latinoamericana. O deberíamos decir sudamericana, porque México ya fue absorbido por el proyecto de Norteamérica. En mi país, no están enterados de que está muerto el TPP, ¡imagínate el nivel de los gobernantes mexicanos! México hoy en día, es un caso de estudio para cada país de latinoamérica que se quiera salvar. Es un ejemplo de lo que no hay que hacer. Todavía tienen tiempo de arrepentirse.
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