Entrevista a Borís Grómov, comandante soviético del 40º ejército de la URSS. Por Redacción Sputnik. En Sputnik en castellano
La campaña militar que la URSS lanzó hace 29 años en Afganistán, que ya se encontraba en una guerra interna, está rodeada de muchas imprecisiones. Borís Grómov, comandante soviético del 40º ejército de la URSS, disipó en una entrevista con Sputnik todos estos mitos.
Rusia y otras exrepúblicas soviéticas celebraron este 15 de febrero el 29 aniversario de la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán. Este conflicto, que duró más de nueve años, fue un gran capítulo de la Guerra Fría y sus consecuencias siguen influyendo en el sistema de seguridad internacional y la estabilidad regional hasta la actualidad.
A pesar de que la ofensiva de EEUU en Afganistán lleva 17 años y Washington no planea abandonar el país, es la campaña soviética la que ha generado una gran cantidad de imprecisiones que forman parte, entre otras cosas, de la guerra mediática de los países occidentales contra la URSS y Rusia.
Para disipar todos los mitos más conocidos sobre este conflicto, Sputnik conversó con Borís Grómov, coronel general y el último comandante del 40º ejército, desplegado en Afganistán. Grómov pasó cinco años en este país de Asia Central por lo que fue galardonado con el más alto título honorario: Héroe de la Unión Soviética. Posteriormente, fue elegido gobernador de la provincia de Moscú.
Mito I: “La guerra soviético-afgana”
Grómov sostuvo que el primer error relacionado con el conflicto se esconde en su propio nombre.
“La llamada guerra soviético-afgana implica que el conflicto era de carácter dual, es decir que solo hubo una confrontación entre la URSS y Afganistán. Prácticamente es un error”, explicó el coronel general.
Según las palabras del comandante, este mito se extendió con rapidez entre los países occidentales durante la época de Guerra Fría para que se pudiera atribuir legitimidad a los grupos de muyahidines que fueron apoyados por EEUU y sus aliados y que lucharon contra el Gobierno afgano.
“El Ejército soviético se encontraba en Afganistán legalmente ya que fue invitado por las autoridades afganas en 1979”, declaró Grómov a la vez que destacó que realmente la guerra se desencadenó entre el Gobierno legítimo de Afganistán, encabezado por el Partido Democrático Popular de Afganistán, y los muyahidines, grupos islamistas y otros rebeldes.
El entrevistado destacó que no se puede reducir un conflicto tan complejo y dinámico a algo en “blanco y negro”, a un conflicto entre la URSS y Afganistán. Grómov aseguró que incluso la palabra “guerra” no es muy apropiada en este caso, a causa de la baja intensidad de los combates.
Mito II: “La URSS perdió la guerra afgana”
Tal vez el mito más popular relacionado con la campaña soviética radica en que esta terminó con la derrota de la URSS y consolidó la fama de Afganistán como el ‘cementerio de imperios’. Grómov aseguró que el uso de este término está asociado con una interpretación muy errónea de los acontecimientos históricos.
“Yo, comandante del ejército soviético en Afganistán, nunca recibí la orden de vencer a alguien. El 40º ejército de la URSS contaba con tan solo 108.800 soldados y este hecho evidencia claramente que nadie quería conseguir una victoria clásica en este país”, aseveró el coronel general.
Según Grómov, la misión de su unidad era asegurar condiciones favorables para el Gobierno legítimo de Afganistán.
“Aquellas personas que miran los resultados de la campaña soviética a través del prisma ‘victoria-derrota’ no entienden el carácter complejo de las operaciones lanzadas contra los guerrilleros. Estoy seguro de que los soldados soviéticos cumplieron exitosamente su misión en Afganistán”, declaró el interlocutor.
Grómov destacó que las tropas soviéticas controlaron la mayor parte del país asiático a lo largo de toda la campaña y ni una sola posición suya fue tomada por la fuerza por los muyahidines a pesar del creciente apoyo financiero que venía desde el extranjero. Al mismo tiempo, el Gobierno de Afganistán, encabezado por Mohammad Najibulá, creó exitosamente órganos de seguridad mientras que su popularidad iba al alza.
Al contestar a la pregunta de por qué finalmente el Gobierno de Najibulá fue derrocado por los muyahidines, el coronel general respondió que después de la caída de la propia URSS, las nuevas autoridades rusas cambiaron su política exterior con relación a Afganistán. Esta política ya no implicaba el financiamiento del Gobierno de Najibulá.
Incluso los documentos desclasificados de la Agencia Central de Inteligencia de EEUU confirman que los muyahidines no habrían podido derrocar al Gobierno legítimo de Afganistán si la URSS hubiera continuado existiendo y brindando su apoyo financiero al país asiático.
Mito III: “Violencia, violencia y nada más que violencia”
El comandante del 40º ejército soviético también disipó el mito que afirma que los soldados soviéticos realizaron su operación militar en Afganistán con mucha crueldad con relación a la población afgana.
Estos cuentos sobre los despiadados soldados soviéticos fueron inventados por aquellas personas que apoyaban a los muyahidines y que buscaban aumentar su financiación y legitimidad política.
“Realmente la URSS implementó múltiples programas civiles, económicos y políticos que estaban dirigidos a mejorar las condiciones de vida de la población local”, destacó Gromov.
Según el interlocutor, en 1982 el 40º ejército de la URSS condujo 127 operaciones cívicas que incluyeron el cumplimiento de tareas como la reparación de casas, construcción de carreteras, distribución de alimentos y medicinas y celebración de eventos culturales.
Grómov destacó que las acusaciones de que la URSS empleó “la táctica de tierra quemada” en Afganistán son “absolutamente infundadas”.
Mito IV: “EEUU lo hace mejor”
El coronel general desmintió el mito de que el Ejército de EEUU consiguió más éxitos en su campaña militar en Afganistán que la URSS. Para hacerlo Grómov comparó la operación estadounidense con la realizada por las tropas soviéticas.
“Nosotros cumplimos nuestra palabra y nos retiramos de Afganistán, mientras que EEUU mantiene sus efectivos en este país incluso después de que el presidente Barack Obama anunciara en 2014 la retirada de las tropas estadounidenses”, señaló Gromov.
A partir de aquel momento, según el entrevistado, lo único que hizo Washington fue duplicar su contingente en Afganistán. Como resultado, ahora EEUU cuenta con 14.000 efectivos desplegados en este país asiático.
El coronel general también apuntó a la diferencia entre el enfoque estratégico empleado por el Ejército soviético y el de los militares estadounidenses que se encuentran en Afganistán desde hace 17 años.
“Durante nuestro despliegue en Afganistán, el 40º ejército controló la mayor parte de Afganistán empujando a los muyahidines a actuar de forma clandestina dado que estos no gozaban del poder real en el país”, aseguró Gromov a la vez que destacó que actualmente los militares estadounidenses son propensos a esconderse en sus bases, mientras que los soldados soviéticos actuaban en todo el país.
El militar señaló que en comparación con EEUU, la URSS no trató de implantar su sistema político y económico en Afganistán y su presencia en este país fue condicionada en primer lugar por los intereses geopolíticos pragmáticos relacionados con la seguridad y que no tenían nada que ver con la ideología.
“En realidad, el 40º ejército de la URSS alcanzó un progreso considerable en Afganistán y si los grandes cambios geopolíticos —como su caída— no hubieran ocurrido, la Unión Soviética habría continuado su operación”, concluyó.
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