Tomado de Kathehon: http://katehon.com/es/article/ingenieria-social-del-conflicto-identitario
Por: Lucien Cerise
La ingeniería social es el cambio planificado, sostenible y solapado del comportamiento. Se trata de modificar definitivamente la naturaleza de una cosa de manera irreversible, por lo tanto para el largo plazo y no sólo a corto plazo. Esto es lo que distingue a la ingeniería social de la propaganda y de la manipulación, cuyos impactos son puntuales y reversibles.
Los dos conceptos de la ingeniería social son la “suplantación de identidad” (phishing) y el “conflicto triangular”. Su aplicación produce la sensación de que el conflicto es inevitable, cuando en realidad bien podría detenerse o ni siquiera empezar, esto en la perspectiva de naturalizar estructuras conflictivas que fueron construidas artificialmente.
No es exagerado hablar aquí de piratería del espíritu y del comportamiento, tal y como se habla de piratear un ordenador. En ambos casos, se trata de violar discretamente las defensas y la integridad de un sistema de seguridad con el fin de tomar el control sin ser visto ni oído. El interés de este enfoque de la ingeniería social es proporcionar una metodología compacta con recetas y palabras clave, una especie de kit mental para piratear todo sistema, cualquiera que sea, es decir, violarlo furtivamente y abrirlo mediante el abuso de confianza o suscitando la indiferencia (phishing), para luego destruirlo indirectamente acrecentando las contradicciones y la desconfianza entre las partes, es decir, instaurando un conflicto triangular.
Aproximación polemológica de la cuestión identitaria
La idea de una posible ingeniería del conflicto identitario entra en el marco de la polemología, o ciencia de la guerra, disciplina fundada por el sociólogo Gaston Bouthoul (1896-1980) después de la Segunda Guerra Mundial. Ya sea inteligencia económica o inteligencia militar, la ciencia de la guerra se dedica a la modelización de conflictos, y en particular de los factores fuente de conflictos o factores polemógenos y disolventes. Es precisamente a este nivel donde se sitúa nuestro estudio, justo aguas arriba del conflicto en sí mismo, ya que se trata de modelizar la producción estratégica del conflicto. Modelizar la acción de “disolver para reinar”.
El método clásico para mantener el control de un grupo consiste en aumentar la visibilidad de sus diferencias internas, resaltar sus contradicciones, a fin de amplificar sus divisiones latentes y paralizar su organización. Viejo como el mundo, aplicado por los romanos contra las tribus galas o en nuestros días en lo que se denomina la “doctrina Kitson,” este método está más de actualidad que nunca, en un momento en que las “minorías actuantes”, los servicios especiales del Estado u organizaciones diversas, trabajan para desarrollar en Francia, en Siria, en Irak, en Ucrania, diferentes tensiones con fines disolventes (golpes de estado, guerras, terrorismo, comunitarismos) jugando la carta de las “identidades”. Desde el punto de vista identitario, las identidades étnicas o culturales son consideradas como una base referencial auténtica, una tierra en la cual echar raíces con toda confianza ya que no miente jamás. Pero si miramos más de cerca vemos que las identidades, incluso las más tradicionales y arraigadas, no son inmunes a la manipulación ya que, aplicando ciertas técnicas, es posible hacerlas mentir después de haberlas literalmente “pirateado”.
La tesis defendida aquí es que la producción del conflicto se basa en la exacerbación de las rivalidades identitarias. El concepto de “rivalidad identitaria” se inspira en gran medida en el de “rivalidad mimética” de René Girard, antropólogo y miembro de la Academia Francesa. El matiz aportado por el otro adjetivo sirve simplemente para precisar que toda rivalidad mimética es en realidad una rivalidad mimética identitaria, en la que el fenómeno de la rivalidad moviliza los procesos de identificación de los rivales. Además, nos gustaría aplicar este concepto en un campo un poco diferente del de Girard. Tres categorías de personas se interesan por la cuestión de la identidad:
1) los militantes de la identidad, individuos y grupos políticos o asociativos; 2) los analistas de la identidad, investigadores de las ciencias humanas, sociales y cognitivas; 3) los ingenieros de la identidad, en la “consultoría” y la inteligencia política, comercial o militar (guerra psicológica).
Lo que los analistas describen objetivamente pero sin tocarlo, los consultores no dudan en piratearlo para adaptarlo y reconfigurarlo en una óptica estratégica de gestión de las percepciones, a fin de influir sobre los militantes por medio de operaciones psicológicas. Así, a lo que Girard describe como una estructura antropológica universal, también se le puede dar forma y ser instrumentalizado con fines de ingeniería social. Veamos ahora lo que es una rivalidad identitaria y cómo puede ser utilizada en términos de producción estratégica de conflicto.
Distinguir entre las buenas y las malas razones para luchar
Quién dice polemología, dice enfoque científico del conflicto. En la historia humana, los episodios de conflicto a analizar son innumerables. Parece que el hecho de combatir a intervalos regulares es inevitable. Sin embargo, en retrospectiva, es evidente que algunos conflictos, sin embargo, podrían evitarse fácilmente. De hecho, hay buenas razones para luchar, pero también hay malas razones para luchar. ¿Cómo distinguir las buenas y las malas razones para luchar? Mediante la aplicación de un enfoque científico y racional del conflicto, y dejando los enfoques pasionales y emocionales donde todo se confunde. El método científico consiste en 1) la recogida de hechos objetivos, 2) para proponer modelos (o modelizaciones), es decir, representaciones esquemáticas e hipotéticas de cómo los hechos objetivos están vinculados por la causalidad, o en relación causa y efecto. Estas son las dos etapas, práctica y teórica, de la actividad científica. Las buenas razones para luchar son “naturales” y no fueron orquestadas de manera triangulada. Todas las partes del conflicto son visibles y en general se reducen a dos bandos. Por el contrario, las malas razones para luchar son trianguladas, es decir, inducidas artificialmente y “naturalizadas” a través de suplantación de identidad (phishing). Los actores del conflicto son tres, pero sólo dos aparecen. En una perspectiva irénica y pacifista pero no utópica, es posible trabajar para identificar y aislar las malas razones para luchar, para no ser engañado, reducir su impacto destructivo y centrarse en las buenas razones para luchar. Se tratará de responder a la pregunta schmittiana: ¿quién es mi verdadero enemigo, aquel al que debo disolver, y quiénes son mis verdaderos amigos y aliados reales, con los cuales coagular? El aliado no es el amigo pero, por definición, podemos aliarnos con él contra un enemigo común.
La rivalidad mimética identitaria
La primera cuestión que se plantea a la ingeniería del conflicto triangular es: ¿cómo crear un conflicto de la nada? ¿Cómo iniciar un conflicto sin razones? ¿Cómo configurar un conflicto que no tiene razones objetivas para producirse, es decir, en el que no hay “buenas razones” para que se produzca? Para responder a esta pregunta analicemos el fenómeno de las “malas razones para luchar”. Describamos cómo implementar una rivalidad mimética identitaria para iniciar artificialmente una mecánica de conflicto, y luego naturalizarlo y automatizarlo en la medida de lo posible.
La noción de la rivalidad mimética de Girard define un modo de construcción identitaria que culmina en la afirmación voluntarista de su superioridad sobre otros. Un objeto deseado en común da lugar a una competición que hace pasar al objeto a un segundo plano, detrás de una rivalidad de prestigio entre dos sujetos, dos egos. Girard dijo en su obra Des choses cachées depuis la fondation du monde:
“En el universo radicalmente competitivo de los dobles, no hay relaciones neutras. Hay sólo los dominantes y los dominados, (…) La relación con el otro se parece a un balancín donde uno de los jugadores está más alto cuando el otro está más bajo, y viceversa” (Grasset, 1978, p. 406).
En la mayoría de los casos, la afirmación voluntarista de sí provoca en otros una respuesta en espejo de su propia superioridad. Un mecanismo automático de reivindicación narcisista creciente se establece entonces, una competencia induciendo un ascenso a los extremos que lógicamente conduce al conflicto y al debilitamiento de las dos partes implicadas en la rivalidad. Sobre este tema, nos trasladaremos también a la teoría de juegos y a los fenómenos de escalada cismogenética [n1] estudiados por el antropólogo Gregory Bateson, de la que la carrera armamentística es una ilustración práctica.
La rivalidad mimética es la estructura general de todo conflicto propiamente humano, cuando se pasa de un conflicto alrededor de un objeto a un conflicto entre sujetos, por lo tanto a un conflicto intersubjetivo y psicológico. Lo que pienso del otro y lo que pienso que él piensa, territorio puramente mental que las ciencias cognitivas llaman “teoría de la mente”, tiene prioridad sobre la observación objetiva de los hechos. Cuando no existen razones objetivas para luchar en el presente, podemos pues dirigir razones subjetivas en el campo de las representaciones, yendo a buscarlas en el pasado para revivir recuerdos polemógenos (tal país atacó a tal otro en el siglo pasado), o en el futuro, evocando los riesgos por venir (ataque preventivo sobre la base de suposiciones), o incluso, la tercera opción, en una metafísica exaltadora que juega un papel de psicotrópico.
Las malas razones para luchar, escenificadas por un “storytelling” [cuentacuentos] polemógeno, nacen pues en un campo puramente representativo, mental, egotista, subjetivo y narcisista, vinculadas a la imagen de sí y del otro, es decir, al sentimiento de su propia identidad y la de los demás. Desafortunadamente, de este crisol original puramente psicológico todavía pueden surgir consecuencias completamente concretas y físicas. En efecto, todas las especies vivas pueden ser heridas físicamente, pero sólo una, la nuestra, puede también ser herida psicológicamente hasta el punto de entrar en un proceso concreto de venganza para restaurar la estima y la integridad de su identidad, haciendo rebosar el conflicto del campo subjetivo para llevarlo a golpear físicamente y en la realidad. Efectivamente, cuando las lesiones psicológicas e identitarias son profundas, se traducen en un sentimiento depresivo de humillación que puede empujar a “pasar al acto” físico: comportamiento de reparación, de revancha, de venganza, de vendetta, induciendo un aumento de violencia que obedece a la “ley del talión” y que hace pasar el conflicto del estado psíquico y subjetivo al estado físico y material. Hacer pasar la violencia de las palabras a los hechos es todo el trabajo de la ingeniería social.
Orquestar la rivalidad
Esta tendencia humana al conflicto identitario puede ser cultivada, estimulada, amplificada y manipulada. En efecto, la rivalidad mimética es la estructura principal de todas las situaciones en las cuales un tercero hace entrar a otros dos, a los que desea ver destrozarse mutuamente. En el marco de una ingeniería polemogenésica triangulada, la automatización de un ciclo de comportamiento conflictual in crescendo constante, debe velar por instalar hitos de irreversibilidad para jalonar y estimular el ascenso a los extremos, de tal forma que no se pueda nunca más volver hacia atrás para pacificarlo. La transmisión de este movimiento perpetuo a menudo requiere lo que la Inteligencia llama una “operación psicológica”, es decir, la orquestación metódica de un prejuicio profundo, una lesión traumática fundacional que se mantendrá en la memoria (el papel de la consigna: “Ni olvido, ni perdón”), y que será así utilizada para alimentar una sed de venganza infinita, motores por excelencia de la rivalidad mimética (explotación política del Holocausto, caso Clément Méric [n2], atentados terroristas diversos, etc.).
Una rivalidad mimética siempre aparece al principio bajo la forma de una estructura dual. Como se suele decir: en todo conflicto, al final, hay dos. Consideremos dos sujetos que no tienen ninguna razón objetiva para luchar: pueden sin embargo verse arrastrados a una rivalidad mimética conflictiva por malas razones, puramente mentales, que cristalizarán en el terreno intersubjetivo de las representaciones (imágenes y palabras) por un tercer actor que tendrá un interés en debilitar a estos dos primeros sujetos. A veces es difícil distinguir las razones objetivas y subjetivas de los conflictos. El ser humano vive tanto en el mundo objetivo de los hechos como en las representaciones y las imágenes de sí mismo y de los otros. Sin embargo, la parte propiamente identitaria, intersubjetiva y psicológica, de los conflictos no se dramatiza ni se despliega únicamente en el terreno de las representaciones, por lo tanto del lenguaje y de las imágenes. Como tal, esta vertiente identitaria de los conflictos es muy susceptible a la manipulación mediática, haciendo pasar al objeto real detrás de su representación lingüística e icónica falsificada.
Ejemplo: puede ser que el islam sea incompatible con Occidente, como sostienen los defensores del “choque de civilizaciones”. Es una hipótesis a comprobar, como todas las hipótesis. Pero para que la prueba sea neutral y objetiva, ya hay que desembarazarse de todas las imágenes y las representaciones asociadas con esta religión por los medios de comunicación desde el lanzamiento de la teoría de la conspiración islamista, el 11 de septiembre de 2001. Para discutir seriamente acerca del islam en Occidente, hay que remontarse al menos a las condiciones del 10 de septiembre de 2001, es decir, olvidar deliberadamente todo lo que ha ocurrido desde entonces en términos de terrorismo de Estado, hechos falsos diversos y atentados de falsa bandera (operaciones false flags): 11 de septiembre, Madrid, Londres, Toulouse, Boston, Bruselas, Estado islámico, Charlie Hebdo, etc. Después de este trabajo de decapado, de limpieza y de deconstrucción de la escoria de imágenes mediáticas, el objeto real aparece y se puede aprehender científicamente, pero no antes. Luchar contra el Islam por las razones invocadas desde el 11 de septiembre (fanatismo, terrorismo, incompatibilidad cultural absoluta, etc.) forma parte, por tanto, de una rivalidad mimética orquestada, es decir, un duelo identitario puesto en escena por los medios de comunicación a través de imágenes y palabras clave. Este condicionamiento pavloviano polemógeno, tal y como se incita a combatir a perros o gallos de pelea que luchan entre sí sin razón objetiva, se basa por lo tanto en malas razones. Obviamente, esto no excluye que existan buenas razones para luchar contra la islamización, pero estas razones objetivas se tienen que definir con total independencia frente al discurso mediático y las representaciones que difunde en la opinión pública.
Recordemos lo que señaló un informe militar estadounidense de la School of Advanced Military Studies (SAMS) [Escuela de Estudios Militares Avanzados], comentado en el Washington Times el 10 de septiembre 2001:
«Los oficiales de la SAMS han dicho sobre el Mossad, el servicio de inteligencia israelí: “Joker. Despiadado y astuto. Tiene capacidad de atacar a las fuerzas estadounidenses y hacer que se vea como un acto palestino / árabe…”» (1)
El sitio WikiStrike, por su parte, tituló lacónicamente el 11 de septiembre de 2011: «Al Qaeda ha apuntado en diez años al mundo entero excepto a Israel».
Conflictos a dos o triangulados
La propaganda de guerra consiste siempre en construir una imagen infamante y polemógena del enemigo. En este año de conmemoración del centenario de la Primera Guerra Mundial, recordemos cómo los medios de comunicación de la Belle Epoque, principalmente los periódicos impresos, fabricaron durante varios años una opinión pública favorable al conflicto por venir difundiendo en sus columnas artículos de prensa falsos y caricaturas deformantes, con el fin de precipitar a los pueblos los unos contra los otros. Estamos aquí en el dominio de la gestión de las percepciones, que se inserta entre el objeto real y el sujeto perceptor. Mi percepción de un objeto, o de un sujeto otro (otro país, otra religión, otra identidad) puede ser alterado y modificado por una tercera persona, un tercer sujeto que no aparece a primera vista. Existe por lo tanto una geometría del conflicto. Hay al menos dos tipos de forma geométrica de los conflictos: dual y triangulada. En la estructura dual, dos actores se enfrentan cara a cara. El conflicto se produce “naturalmente” por el encuentro problemático, pero directo y sin mediador de dos actores. Al contrario, en la estructura triangulada, dos actores se enfrentan bajo la mirada de un tercero. El duelo entre los dos actores situados en la base del triángulo es supervisado, tutorizado e influenciado por el tercer actor que ocupa el vértice del triángulo. Aquí, los problemas son orquestados.
Un conflicto puede ser pues “mediatizado” en el sentido etimológico, es decir, mantenido por un medio de comunicación, o un médium, que ocupa una posición intermediaria entre los dos beligerantes. El análisis transaccional ofrece el modelo del “triángulo dramático”, o triángulo de Karpman, que establece una estructura relacional entre tres papeles: la víctima, el perseguidor y el salvador. Parece que la mayoría de los conflictos que ensangrientan el planeta están bien triangulados. En otras palabras, prácticamente todos los conflictos son artefactos, puestos en escena, elaborados, moldeados, construidos en el marco de una verdadera ingeniería estratégica de la tensión deliberada. ¿Por qué es tan difícil darse cuenta de ello? Debido a que la mayoría de los observadores carece de una clave de lectura, el de la Inteligencia. Un investigador como Bernard Lugan, por ejemplo, es una verdadera mina de informaciones objetivas acerca de los conflictos étnicos que atraviesan el continente africano, pero rara vez aplica la clave de lectura de la Inteligencia. Consecuencia: a menudo falta un elemento en su descripción, el tercer elemento, el vértice superior del triángulo. Cuando lo leemos, tenemos la impresión de que las tensiones étnicas intra-africanas acaecen por sí mismas, directamente, por el encuentro polémico de los actores en conflicto. El vértice superior del triángulo, el ingeniero del conflicto, su director de orquesta, no se describe. La aplicación del marco interpretativo de la Inteligencia en estos conflictos étnicos permite revelar que en la mayoría de los casos, estos conflictos identitarios son supervisados, mantenidos, provocados, tutorizados por un actor externo, la mayoría de las veces occidental, con fines coloniales e imperialistas. Esta acción exterior, esta injerencia extranjera, obviamente, no proviene de los pueblos occidentales, que no se metieron en nada, pero es el resultado de la convergencia de intereses entre mafias financieras, grupos de presión corporativos, ONGs diversas y servicios especiales occidentales como la CIA, el MI6, el Mossad, la DGSE…
Pero lo que se aplica con éxito en el África subsahariana o en el mundo árabe-musulmán también se aplica igualmente en Francia. Las representaciones polemógenas destinadas a construir la rivalidad mimética identitaria de dos grupos sociológicos son difundidas en los medios de comunicación por un tercer grupo sociológico. Por ejemplo, cabe recordar al rabino Ron Chaya y su parábola talmúdica del pequeño gallo judío que tiene que empujar a los gordos gallos cristianos y musulmanes a matarse entre ellos, si quiere prosperar (en la línea de los teóricos del supremacismo racial judío, tales como Yitzhak Shapiro, Yaakov Yosef y Ovadia Yosef). Una aplicación práctica se dio durante los disturbios de banlieue [n3] de 2005 que sacudieron Francia durante varias semanas. Fuentes personales confirmadas por otras fuentes que se reproducen en los anexos, atestiguaron la presencia entre los provocadores de matones agitadores vinculados a Israel y al Mossad. La narración mediática oficial de esta página de la historia de Francia informó de un conflicto dual entre franceses de origen aterrorizados, replegados tras las fuerzas del orden, y delincuentes locos de atar procedentes de la inmigración africana y musulmana. El tercer actor en la situación, en este caso el agente provocador profesional, queda ignorado y aparece sólo bajo la condición de aplicar la clave de lectura de la Inteligencia. Esta estructura triangular se encuentra igualmente en el mercado de productos halal en Francia, donde su innegable expansión reposa en manos de individuos y empresas sin embargo no musulmanas; de ahí la necesidad de plantear siempre la cuestión de los elementos no musulmanes que operan en los procesos de islamización si queremos entender verdaderamente su función. Encontramos este trinomio otra vez en la falsa oposición política entre la derecha y la izquierda, mantenida artificialmente por el vértice superior del triángulo para evitar la unión de las fuerzas populistas francesas en un frente común, el famoso proceso de coagulación que el poder pasa su tiempo ocupado en disolver continuamente. La oposición derecha/izquierda debe ser denunciada como lo que es, el truco por excelencia de la triangulación republicana, un simple gancho de ingeniería social.
En la mayoría de los conflictos no somos por lo tanto dos, somos tres. Cuando uno se encuentra en una relación de fuerza con otro sujeto, hay que preguntarse siempre “quién” nos comprometió ahí, a fin de reconstruir el “triángulo de la rivalidad”, de encontrar los tres actores de la rivalidad mimética, de la relación de fuerzas. Hay dos que son evidentes, pero el tercero lo es menos. Esto es normal. La eficacia del conflicto triangulado reposa sobre una condición sine qua non: no debe ser percibido como tal, como que moviliza a tres sujetos, sino que debe ser visto como un duelo. La base no debe en ningún caso percibir el vértice superior. O, si lo percibe, no debe comprenderlo.
¿Cómo volverse invisible?
La piratería es el arte del sigilo, por lo tanto de la invisibilidad. ¿Cómo tomar el vértice superior “pirata” del triángulo para que su papel como instigador del conflicto siga siendo incomprendido e inadvertido por la base? La eficacia de la triangulación viene de que los dos sujetos de la base se perciben mutuamente como enemigos, por lo que desconfían el uno del otro, pero no perciben el vértice superior como un enemigo, por lo que confían en él o, al menos, no desconfían, permanecen indiferentes. Según el famoso pirata informático Kevin Mitnick, la ingeniería social es el arte de la superchería y consiste esencialmente en jugar con la credulidad y la confianza de los otros para modificar su comportamiento, el principio de “suplantación de identidad” (phishing). Siendo percibido desde la confianza o desde la indiferencia, el vértice suplantador puede permitirse el lujo de ser percibido, pero no va a ser entendido como el arquitecto del conflicto. Esta es una aplicación de la técnica llamada “ocultar a plena luz”, “arte real” del que se sirven prestidigitadores e ilusionistas, así como las sociedades esotéricas y los servicios secretos. Mostrarse en parte para ganarse la confianza y dar la sensación de que no hay nada en lo que ahondar: “¡Ah!, ¿eso es todo? Circulen, ahí no hay nada que ver”. En cambio, tan pronto como los dos actores en conflicto, y que ocupan la base del triángulo, pierden la confianza en el tercero, que está en el vértice superior, salimos del duelo para entrar en un triángulo conflictual. El papel del vértice superior es percibido y comprendido en tanto que ingeniero del conflicto, se sale por lo tanto de la rivalidad mimética que es una estructura dual; las malas razones del conflicto, esas orquestadas por el vértice superior, se evaporan.
Para lograr sus objetivos, el vértice suplantador, que jamás es totalmente invisible, debe sin embargo impedir que la mirada de la base se enfoque en él. El vértice pirata sabe que va a ser más o menos visto, pero debe impedir que la atención de la base se concentre en él. Debe pues tener éxito en difractar [n4] la focalización de la atención de la base. ¿Cómo? Multiplicando los señuelos, las distracciones, las pistas falsas, o tomando el control de las relaciones de confianza. El dominio de las relaciones de confianza y de desconfianza es la clave de la ingeniería social. Si soy un ingeniero social, mi trabajo para ocupar el vértice superior de la pirámide consistirá en generar desconfianza entre ustedes y confianza en mí, o al menos la ausencia de desconfianza, o la indiferencia. Si logro generar indiferencia hacia mí, desenfoco su atención sobre mi persona y me vuelvo prácticamente invisible a sus ojos. Suplantar la identidad consiste en volverse invisible, lo que por el contrario permite organizar mejor la visibilidad de los otros para bien o para mal. Cuando se domina la gama de las relaciones desconfianza/indiferencia/confianza, cuando se domina por lo tanto la focalización de la atención de los otros, dominamos la técnica de la invisibilidad y nos volvemos prácticamente todopoderosos. Así, en la orquestación triangulada de un conflicto, la obtención de la confianza es el momento clave de la suplantación de identidad, que se resume en la expresión «un falso bien para un verdadero mal»: para hacerlos avanzar, el suplantador de identidad cuelga frente a ambos una zanahoria como anzuelo, un conflicto presentado como saludable, del que cada uno cree que saldrá crecido y ganador, y el enemigo disminuido y perdedor, mientras que el resultado será sólo que ambas partes saldrán perdiendo, siendo el suplantador el único ganador.
Conclusión
Creíamos que éramos dos y nos damos cuenta de que en realidad éramos tres: es la sensación que tuvieron que experimentar los poilus [n5] del 14-18 cuando comenzaron a amotinarse y a confraternizar con los desafortunados soldados prusianos de la trinchera de enfrente, descubriendo repentinamente que no tenían ninguna buena razón para luchar entre sí, y que si se estaban matando desde hace años era sólo porque un tercer actor en quien tenían confianza los había convencido para hacerlo. ¿Y cuando ellos mismos reflexionaron sobre el vértice superior del triángulo, esos patriotas valientes, totalmente manipulados por sus respectivos estados mayores, ellos mismos manipulados por los medios de comunicación de la época, remontaron la cadena causal hasta la parte superior? ¿Llegaron hasta los banqueros cosmopolitas y los “traficantes de armas”, antepasados del complejo militar-industrial, que Louis-Ferdinand Céline designó en sus panfletos como los verdaderos culpables de la masacre? Aunque en la época ciertos soldados llegaron a descifrar individualmente la situación general y la identidad de los verdaderos belicistas, la verdad histórica sobre el conflicto quedó excluida en los grandes medios de comunicación y por lo tanto estancada al nivel de una señal apenas perceptible. El resultado: la misma estructura conflictual triangulada, movilizando más o menos a los mismos actores, fue reproducida de manera idéntica entre 1939 y 1945 -¿por qué cambiar una fórmula ganadora?- Y esta vez, ¡hasta el mismo Céline cayó en la trampa! Con el fin de que no nos dejen atrapados a nuestra vez en nuevas masacres sin razones objetivas y orquestadas en las altas esferas, nos corresponde organizar masivamente una fuerza política colectiva capaz de desarrollar medidas contra la piratería. En particular, es indispensable democratizar la cultura de la inteligencia, la única forma de poner de relieve los diferentes anzuelos y conflictos triangulados que se nos han aplicado en Francia, en Oriente Medio, en Ucrania y en todas las partes donde el eje Washington/Tel Aviv se ensaña en provocar sus guerras, sus golpes de estado y sus ataques terroristas.
Anexos
-«U.S. troops would enforce peace under Army study», Rowan Scarborough, The Washington Times, 10/09/2001.
-«Israel faked al-Qaeda presence», BBC, 08/12/2002.
-«La vérité, enfin, sur les menées du Mossad?», The International Solidarity Movement, 20/03/2004.
-«Émeutes des banlieues françaises en novembre 2005 provoquées par le Mossad», Narkive – Israel francophones.
-«Le Mossad derrière les émeutes des banlieues en novembre 2005», Union des Patriotes, 04/08/2007.
-«Notizbuch», Deutschland Brief, 07/2007.
-«Udo Ulfkotte : le Mossad a alimenté les révoltes dans les banlieues», La voix de la Russie, 22/10/2014.
-«Der Krieg im Dunkeln (Udo Ulfkotte)», Scriptoblog.
-«Dr. Udo Ulfkotte, Wayne Madsen and Israel’s covert program to provoke the Muslim riots in France», The Daily Sketch, 31/10/2006.
– «Wayne Madsen Report» (traducción del autor).
«23 de octubre de 2006 – WMR ha informado anteriormente de que el Ministro del Interior francés y candidato conservador a las presidenciales, Nicolas Sarkozy, había lanzado maniobras de “guerra psicológica” excitando la violencia entre los musulmanes, esencialmente entre las pandillas de la juventud norte africana en París y en sus banlieues, para convencer al público francés de que había una “amenaza musulmana.” Ahora podemos informar que de acuerdo con nuestras fuentes en la inteligencia francesa, el programa está ligado a los fondos de financiación de “gastos reservados”. El Ministro del Interior mantiene lo que se conoce como una “caja negra” de fondos recaudados en la confiscación de los activos franceses anti-narcóticos, contrabando y otras actividades ilícitas. Estos fondos no contabilizados han “desaparecido” en las operaciones clandestinas de Mr. Sarkozy para provocar disturbios en la juventud musulmana. El dinero se utiliza para pagar a los promotores de los disturbios y convencer a las pandillas callejeras para atacar los coches de policía, los edificios, los transportes públicos y, en general, excitar la violencia. Ayer, los provocadores detuvieron un autobús en Grigny, en Essonne, un banlieue de París. En lo que la policía llamó un ataque bien planificado, los pasajeros fueron obligados a abandonar el autobús y luego dos jóvenes le prendieron fuego con gasolina. Las llamas se extendieron a cuatro coches aparcados. El incidente recuerda a anteriores ataques planificados contra la policía o blancos civiles.
Además de las operaciones de caja negra, la inteligencia francesa confirmó que las fuerzas de inteligencia nacionales de Mr. Sarkozy habían recibido orden del Ministro del Interior de colocar a la candidata presidencial socialista Ségolène Royal bajo total vigilancia electrónica y física». [Fuente]
«25 de octubre de 2006 – Un nuevo libro en Alemania saca a la luz el programa clandestino de Israel para provocar la violencia entre los musulmanes de Europa Occidental, y de participación en “operaciones de falsa bandera” con el fin de que los gobiernos occidentales culpen al islam radical. El libro, Der Krieg im Dunkeln (La guerra en la sombra) de Udo Ulfkotte, un antiguo corresponsal del Frankfurter Allgemeine Zeitung, proporciona detalles de las operaciones de dos unidades de la Inteligencia israelí – la Metsada, especializada en sabotaje, incluyendo ataques terroristas de “falsa bandera” y asesinatos; y el LAP (Lohamah Psichlogit), que se dedica a la guerra psicológica.
El anterior libro de Ulfkotte sobre el extremismo islámico, titulado The War In Our Cities (La guerra en nuestras ciudades), fue retirado del mercado alemán debido a las “presiones legales masivas de denunciantes islámicos”.
Ulfkotte afirma que agentes de inteligencia británicos y alemanes se reunieron con agentes de la Metsada y el LAP en Francia, provocando la violencia durante los disturbios de noviembre de 2005, de los que se acusó a los extremistas islámicos. WMR también ha informado que el ministro del Interior y candidato a las presidenciales Nicolas Sarkozy, sostenido en Francia por las facciones favorables a la derecha israelí (Likud/Netanyahu/Olmert), había coordinado y continúa coordinando el pago a agentes provocadores de violencia en los banlieues de mayoría musulmana de París y otras ciudades.
Los disturbios de 2005 se han extendido desde París a Rouen, Lille, Niza, Dijon, Estrasburgo, Marsella (donde la rama C del Mossad, también responsable de Londres y París, mantiene una importante célula), Burdeos, Rennes, Pau, Orleans , Toulouse, Lyon, Roubaix, Avignon, Saint-Dizier, Drancy, Evreux, Nantes, Dunkerque, Montpellier, Valenciennes, Cannes y Tourcoing.
Ulfkotte cita también una fuente del MI6 británico afirmando que el objetivo de Israel es fabricar una imagen de los musulmanes como amenazas impredecibles que no pueden ser integradas en la sociedad occidental.
Durante este tiempo, fuentes de la inteligencia estadounidense reportan un esfuerzo continuo de la inteligencia israelí para lanzar operaciones de bandera falsa en los Estados Unidos. Además de los nacionales de Israel y con doble nacionalidad estadounidense-israelí capturados mientras examinaban túneles, puentes, bases militares, edificios altos, agencias gubernamentales, domicilios particulares de los agentes del orden, aeropuertos, plantas petroleras y químicas, y otros objetivos potenciales, los nacionales israelíes también son capturados mientras desarrollan otras tácticas de pánico y terror. También hubo una infiltración sin precedentes de agentes del Mossad encubiertos en puestos sensibles y de alto nivel del Departamento de Defensa, la CIA, de la Seguridad Nacional, el FBI y otras agencias, todas los cuales siguen reconociendo oficialmente a Israel como nación de “inteligencia hostil.”
El lunes, Yechezkel Wells, un muchacho de 21 años con doble nacionalidad estadounidense-israelí, se declaró culpable de falsa amenaza de bomba por teléfono el 26 de agosto a los servicios de seguridad del aeropuerto de Long Beach (California), desde una cabina telefónica. Wells afirmó que había hecho la llamada porque llegaba tarde a su vuelo y esperaba poder retener el despegue del avión. Wells dijo que había una bomba en el vuelo de Jet Blue de Long Beach a Fort Lauderdale, Florida. El vuelo de Jet Blue se retrasó una hora.
No sabemos gran cosa acerca de Wells. Afirma ser un estudiante, pero no hay información sobre su escolarización. Wells se declaró culpable por el simple delito de falsa información sobre una amenaza contra un avión. La sentencia está programada para el 29 de enero de 2007 y Wells puede ser condenado a un máximo de cinco años de prisión o de libertad condicional. Si el pasado sirve de lección, podemos esperar que la administración Bush acepte la libertad condicional a cambio de la expulsión de Wells a Israel, donde miles de otros agentes como él del Mossad, la Metsada, el LAP, atrapados en el proceso de preparación de operaciones psicológicas o de terrorismo de falsa bandera en los Estados Unidos antes, durante y después de los ataques del 11 de septiembre, podrán seguir desempeñando su trabajo en engaños». [Fuente].
«26 de octubre de 2006 – WMR ha recibido un testimonio de un testigo presencial de las operaciones del ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, para provocar la violencia en los banlieues parisinos. Sarkozy está compitiendo para las elecciones presidenciales del próximo año. El 25 de septiembre, un convoy de la policía utilizó el Quai des Célestins, en la orilla derecha del Sena, como área de entrenamiento para un asalto en el banlieue de Tarterêts con el fin de “presionar” a sus habitantes. Varios cientos de policías han sido reclutados para el ataque. Hubo solamente algunos arrestos, por lo que parece se trata de una operación de guerra psicológica (véase el reportaje de ayer sobre la responsabilidad del LAP israelí en los disturbios en Francia).
El asalto de la policía fue planeado en represalia por un ataque contra dos agentes de policía en Tarterêts. WMR supo de fuentes de la inteligencia francesa que el asalto de la policía también fue orquestado por Sarkozy y sus partidarios, que se han infiltrado por completo en el servicio de inteligencia interior, la DST, y ahora están en número creciente en la DGSE, el servicio inteligencia exterior». [Fuente].
«10/11/12 noviembre de 2006 – WMR obtuvo un correo electrónico encriptado enviado por la Inteligencia estadounidense a un funcionario del gobierno francés en julio de 2005, que advertía contra la infiltración, en grupos de inmigrantes en Francia, de miembros de la inteligencia neoconservadora de los Estados Unidos, para fomentar los disturbios en los banlieues parisinos poblados por inmigrantes musulmanes, en noviembre de 2005. WMR ya ha informado sobre la responsabilidad de elementos controlados por el ministro del Interior francés y candidato presidencial, Nicolas Sarkozy, en el desencadenamiento de los disturbios. WMR también ha informado que los elementos del Mossad procedentes de unidades de guerra no convencional Metsada y LAP (operaciones psicológicas), estuvieron involucrados en los disturbios en Francia, según la información presentada en un nuevo libro en Alemania». [Fuente].
«6 de febrero de 2007 – El candidato de la derecha en las elecciones presidenciales en Francia, Nicolas Sarkozy, recibió dinero del fugitivo internacional norteamericano y eje de la mafia ruso-israelí Marc Rich, según fuentes francesas. El dinero fue enviado a través de la división de blanqueo de Deutsche Börse, con sede en Luxemburgo a Clearstream. Sarkozy proclamó su inocencia en el asunto de la corrupción y el lavado de dinero sucio de las fragatas de Taiwán, acusando al primer ministro francés, Dominique de Villepin, de estar detrás de un golpe político sucio. En todos los casos, eructando su inocencia en el escándalo de Taiwán, Sarkozy distrajo la atención de los fondos recibidos de la mafia ruso-israelí de Clearstream, de la cuenta del banco Menatep, el banco propiedad del magnate ruso encarcelado Mijaíl Jodorkovski. Sarkozy, un neoconservador cooptado para favorecer una línea dura contra los árabes en la región y a nivel internacional, también es conocido por haber recibido fondos de Marc Rich, con sede en Suiza, a través de las cuentas Clearstream de Menatep, antes y después del colapso de Menatep en 1998. Menatep tiene vínculos con un gran número de mafiosos ruso-israelíes, incluyendo a Semyon Mogilevich, considerado como el más peligroso padrino de la mafia ruso-israelí en el mundo. El antiguo abogado de Rich, I. Lewis “Scooter” Libby, está siendo juzgado en Washington DC por falso testimonio y obstrucción a la justicia en la revelación de un agente encubierto de la CIA. La policía fiscal francesa se centra en las cuentas off-shore operadas por el ex funcionario de Yukos Oil y Menatep, Alexei Golubovich, que estaba bajo arresto domiciliario en Italia antes de regresar a Rusia. Golubovich accedió a testificar contra Jodorkovski a cambio de la retirada por parte de los fiscales rusos de los cargos que pesaban contra él. En lo que podría estar relacionado con un escándalo de lavado de dinero sucio, Yuri Golubev, co-fundador de Yukos, murió en Londres el mes pasado en circunstancias que los fiscales rusos consideran sospechosas. En diciembre, WMR había informado: “Sarkozy ha sido acusado de recibir fondos ilegales de cuentas bancarias dudosas en Luxemburgo y algunos de estos fondos tienen las huellas de la mafia ruso-israelí en todas partes”. Sarkozy está en una reñida batalla con la candidata del Partido Socialista francés, Ségolène Royal. Una verdadera infección de escándalos de dinero y de corrupción continúa aferrándose a Sarkozy». [Fuente].
«10 de mayo 2007 – Comienza la purga neoconservadora de los servicios de inteligencia franceses.
Solamente algunos días después de la elección del neoconservador Nicolas Sarkozy como presidente de Francia, la esperada purga neoconservadora de miembros anti-sarkozistas de los servicios de inteligencia y de seguridad franceses ha comenzado. El capitán de la inteligencia General (RG) Thierry Tintoni, ha sido cuestionado por un tribunal secreto por violación de las leyes del secreto. Tintoni está acusado de haber proporcionado a la candidata del Partido Socialista Ségolène Royal, informaciones sensibles sobre la conducta de Sarkozy cuando era ministro del Interior. Los servicios de inteligencia franceses van a sufrir ahora las mismas purgas neoconservadores que llegaron a los servicios de inteligencia estadounidenses, británicos, australianos, daneses e italianos.
Las fuentes francesas de WMR dicen que los servicios de inteligencia franceses, incluyendo la DGSE y DST, esperan una purga estalinista por parte de las fuerzas de Sarkozy. Los objetivos previstos incluyen a los agentes sospechosos de estar demasiado próximos a los socialistas y los considerados como demasiado pro-árabes. El equipo de Sarkozy también se dirigirá a aquellos agentes que, a través de la interceptación de las telecomunicaciones de Sarkozy y de sus asociados y funcionarios en las principales organizaciones norteamericanas y neoconservadoras, incluyendo el American Enterprise Institute y el American Jewish Committee, se hicieron conscientes de la política exterior secreta de Sarkozy y de sus canales de financiación de campaña. Sarkozy adquirió con los neoconservadores norteamericanos compromisos en política exterior que están en tajante oposición a las políticas del presidente saliente Jacques Chirac y su primer ministro, Dominique de Villepin». [Fuente].
Notas
(1) “Of the Mossad, the Israeli intelligence service, the SAMS officers say : “Wildcard. Ruthless and cunning. Has capability to target U.S. forces and make it look like a Palestinian/Arab act.”
(Artículo publicado en la revista Rébellion nº66 (septiembre/octubre de 2014).
Égalité et Réconciliation
Notas de la traducción:
* Ensayista proveniente de la extrema izquierda y autor del ensayo Gouverner par le chaos. Ingénierie sociale et mondialisation (Max Milo, 2010. Version actualizada, 2014), que describe la orquestación racional y metódica de la guerra de todos contra todos.
[n1] Por “cismogénesis” Bateson entiende el estudio de la génesis de un cisma en el seno de un sistema social. VV.AA. La nueva comunicación, ed. de Yves Winkin, Kairós, Sevilla, 1984.
[n2] Joven activista antifascista francés que resultó muerto accidentalmente el 05 de junio de 2013 en un encontronazo con militantes franceses de ideología contraria en París.
[n3] Banlieue: término con el cual se denominan los suburbios o barrios marginales del extrarradio de las grandes ciudades de Francia, con gran concentración de inmigrantes extraeuropeos.
[n4] Difracción. (Der. de diffractus, roto, quebrado). 1. f. Ópt. Desviación del rayo luminoso al rozar el borde de un cuerpo opaco.
[n5] Poilu: apodo dado a los soldados franceses de la I Guerra mundial.
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