La Guarida del Dragón.

Jose Francisco Fernández-Bullón

Es muy probable que el auténtico motivo de las sanciones y la guerra económica, y por lo tanto fría de momento, emprendida contra Venezuela no sea otro que la parcial y extremadamente tímida nacionalización de la banca y el arresto de algunos banqueros corruptos emprendida por Chávez y el gobierno bolivariano. Hace tiempo que en los territorios del imperio, los banqueros, especialmente los centrales, son intocables y están por encima de la justicia y su gestión se ha vuelto completamente independiente de sus respectivos gobiernos a los que utilizan y manejan a su antojo.

El gran crimen del gobierno bolivariano a los ojos de la camarilla neo fascista trasatlántica no fue otro que negarse a pasar por alto la corrupción desmedida de los banqueros privados de Venezuela, aunque probablemente no tan desmedida como la de los banqueros norte americanos y europeos, y negarse a pagar sus deudas de juego contraídas en el gran casino de Luxemburgo o cualquier otro con dinero público; me niego a decir que se negaron a “rescatarlos”, no me apetece utilizar ese ridículo eufemismo con el que la prensa occidental disfraza la gran operación de saqueo de las arcas públicas emprendida por la banca con la venia de Obama y sus vasallos a ambos lados del Atlántico. Los banqueros no son una púdica doncella que haya que rescatar de las fauces de un dragón sanguinario. Ello son el dragón o la hidra de múltiples cabezas dispuesta a devorar las doncellas púdicas o impúdicas que haga falta, y la guarida del dragón está por supuesto donde está el oro, en Basel, en la república pirata de Suiza, que es donde se reúnen periódicamente los banqueros centrales del Bank of International Settlements para acordar las medidas que mantienen estrangulada la economía de todos los países.

Suiza es, como todo el mundo sabe, la patria de adopción o auténtica patria de los banqueros carroñeros y los magnates como Theo Siegert, dueño del 6% del Banco Central Suizo y miembro de la Junta de Merck la compañía que se enriquece con las vacunas consideradas extremadamente tóxicas por científicos como la doctora Sherri Tenpenny y obligatorias en todos los países donde gobiernan los neo-fascistas como Argentina, por ejemplo. O sea que ciertos estados convertidos en el ogro de los cuentos, nos obligan a envenenar a los bebés por decreto para enriquecer a Merck y otras grandes compañías farmacéuticas. Estamos en las manos del doctor Mabuse por lo visto, ¿o debo decir el doctor Mengele?

Las nuevas vacunas mortíferas fabricadas en serie por el doctor Mabuse y su equipo de científicos locos que trabajan al servicio de Vanguard Group, Blackrock o el Grupo Carlyle (que dentro de poco se convertirán en las únicas empresas legales en el Imperio) son tan rentables que los tiranos las están haciendo obligatorias y los científicos locos de las farmacéuticas no van a dejar de fabricar vacunas tóxicas así como otros medicamentos para tratar las enfermedades que provocan. Es decir que fabrican los venenos y sus supuestos antídotos.

Las compañías farmacéuticas, los fondos buitres y las grandes empresas tecnológicas administradas por la banca privada de todos los países constituyen el trípode donde reposan las posaderas los dragones de las finanzas (solían ser tiburones pero han crecido de tamaño gracias a la carnaza que les arrojan los políticos títere y ahora son dragones) cuando se dedican a contemplar embelesados los lingotes de oro robados a Venezuela y a otros muchos países (incluyendo a los Estados Unidos de Norte América de cuyo presupuesto han desaparecido por arte de magia negra 20 billones de dólares engullidos por el Pentágono) [1] en tanto que los cañones de la OTAN custodian sus ensoñaciones eróticas, sus sueños de dominación absoluta y sus delirios de grandeza. ¿Habrán ido todos esos millones a comprar a los mercenarios que desestabilizan países como Ucrania? La OTAN, esa organización militar encargada de proteger las cuentas secretas en Suiza de los nuevos ricos se extiende como un cáncer por el mundo y hace poco que ha devorado a países como Colombia y Ucrania.

Si los ciudadanos de una país miembro de la OTAN piensan que la pertenencia de su país a esta organización siniestra decidida a extender la muerte y la destrucción por todo el planeta les protege de algo, se equivocan; eso es algo que cualquier natural de la República Griega les puede demostrar con creces. El rigor con el que los nuevos dragones de las finanzas que están detrás de la OTAN está tratando al pueblo griego no tiene parangón en la historia; los turcos trataron a los griegos con mayor indulgencia y resulta revelador que el turco se convirtiera en la cabeza de turco que aprovechó la OTAN para distraer a los griegos mientras el auténtico enemigo de la patria se colaba por su patrio trasero y les desvalijaba la casa. Ahora Chipre se va a convertir en la fortaleza acorazada de la OTAN con sus cañones dirigidos contra el propio pueblo griego (y por supuesto el turco) esclavizado por los banqueros apátridas o de múltiples patrias (tantas como se puedan comprar, que dentro de poco serán todas). La nación griega está al borde de la extinción y su pertenencia a la OTAN no le ha servido de nada, sino todo lo contrario. Los militares de la misma la han vendido a precio de saldo a los banqueros centrales que se reúnen en la república pirata de Suiza (que es algo así como la Jamaica del siglo XXI, pero sin su encanto pintoresco) para conspirar contra el bienestar del mundo. El cometido de la OTAN es poner de rodillas a la población de sus países miembros ante los nuevos magos de las finanzas que no son magos sino los nuevos brujos y las nuevas brujas de los antiguos cuentos de hadas pero sin hadas. Sólo hay brujas. A la población de los países no miembros, el Tribuna de la Haya y otros la ha condenado a la inmigración ilegal o al exterminio. Después de la caída de la Unión Soviética y del muro de Berlín que era algo así que una especie de muro de contención de la avaricia, los usureros y artífices del nuevo desorden global naciente se apresuraron a comprar con los ahorros de los pensionistas y con el dinero creado de la nada a mansalva a jueces, generales, periodistas, psiquiatras y científicos enloquecedoramente locos a fin de decretar el final de la historia o de reescribirla a su antojo y proclamar el triunfo global de la mentira. Es la nuestra una realidad fantasma comprada con un dinero que no existe más que en las mentes desquiciadas de todos. Lo único que existe ya son las armas de destrucción masiva que nos destruyen. O sea que no existe nada; la realidad está al borde de la extinción como la mayoría de la especies empezando por las abejas asesinadas por el glisofato de Monsanto. Es como si la nada fuera la nueva reina o emperatriz del mundo y su máscara tuviera los rasgos de Christine Lagarde, que es como la máscara mortuoria del mundo. Si los ciudadanos de Berlín del Este se apresuraron a cruzar el muro en dirección al Oeste, los banqueros del Oeste optaron por tomar la dirección contraria a fin de comprar el Este de Europa a precio de ganga, aunque en realidad a quien compraron fue a los políticos como Yeltsin que se apresuró a regalarles las empresas rusas entre copa y copa de vodka. Una vez caído el muro de Berlín levantaron otro en Palestina mucho peor que el precedente. En realidad el muro está ahora por todas partes y es más largo y más retorcido que la muralla china, y si no es un muro es una alambrada; los muros han hecho siempre las delicias de los magnates y sino que le pregunten a Trump sin ir más lejos.

Si queremos abortar este proyecto de dominación global y enriquecimiento sin límites de los banqueros siniestros a expensas de todas las naciones del mundo habrá que nacionalizar la banca y desmantelar la OTAN, es decir enfrentarse al gran dragón de las finanzas que tiene una de sus muchas guaridas en Suiza. A él se sacrifican todos los años millares de doncellas.

[1] https://usawatchdog.com/missing-21-trillion-means-federal-government-is-lawless-dr-mark-skidmore/