Traducción: Leo DG
Una de las lecciones de la Historia Militar es que una vez que la movilización para la guerra comienza, la misma necesita de un impulso propio para pasar a ser incontrolable.
Esto puede ser lo que está ocurriendo delante de nuestros ojos y no nos damos cuenta.
En su discurso del 28 de Septiembre en el 70º Aniversario de las Naciones Unidas, el Presidente ruso Vladímir Putin declaró que Rusia ya no puede tolerar el actual estado de cosas en el mundo. Dos días más tarde, por invitación del gobierno sirio, Rusia comenzó la guerra contra ISIS.
Rusia fue rápidamente eficaz en destruir depósitos de armas de ISIS y en auxiliar al ejército sirio para recuperar lo que ISIS había conquistado. Rusia también destruyó miles de transportes de petróleo cuyo contenido era la financiación del ISIS por el traslado a Turquía de petróleo sirio robado donde se vende a la familia del gángster actual que gobierna Turquía.
Washington fue sorprendido con la guardia baja por la decisión de Rusia. Temerosos de que el rápido éxito de dicha acción decisiva por parte de Rusia desalentara a los vasallos de Washington de la OTAN de seguir apoyando la guerra de Washington contra Assad y seguir apoyando el uso de Washington de su gobierno títere en Kiev para presionar a Rusia, Washington organizó para Turquía el derribo de un caza-bombardero ruso a pesar del acuerdo entre Rusia y la OTAN de que no habría encuentros aire-aire en la zona rusa de operación aérea en Siria.
Aunque negando toda responsabilidad, Washington utilizó la baja respuesta clave de Rusia al ataque, por el que Turquía no se disculpó, para tranquilizar a Europa sobre que Rusia es un tigre de papel. Los “presstitutes” (neologismo mezcla de prostitutas y prensa, usado así por P.C.R. en su artículo original, nota del traductor) occidentales proclamaron: “Rusia es un tigre de papel“.
La baja respuesta clave del gobierno de Rusia ante la provocación fue utilizada por Washington para asegurar a Europa de que no hay riesgo en continuar presionando a Rusia en el Medio Oriente, Ucrania, Georgia, Montenegro, y en otros lugares. El ataque de Washington contra militares de Assad se está utilizando para reforzar la creencia que se inculca en los gobiernos europeos de que un comportamiento responsable de Rusia para evitar la guerra es un signo de temor y debilidad.
No está claro en qué medida los gobiernos de Rusia y China entienden que sus políticas independientes, reafirmadas por los presidentes de Rusia y China el 28 de septiembre, son consideradas por Washington como “amenazas existenciales” a la hegemonía estadounidense.
La base de la política exterior de Estados Unidos es el compromiso de prevenir el surgimiento de poderes capaces de limitar la acción unilateral de Washington. La capacidad de Rusia y China para hacer esto hace de ambos un objetivo.
Washington no se opone al terrorismo. Washington ha estado creando deliberadamente el terrorismo desde hace muchos años. El terrorismo es un arma que Washington tiene la intención de utilizar para desestabilizar a Rusia y China exportándolo a las poblaciones musulmanas de Rusia y China.
Washington está utilizando Siria, como ha usado a Ucrania, para demostrar la impotencia de Rusia a Europa -y China, y que una Rusia impotente es menos atractiva para China como un aliado.
Para Rusia, la respuesta responsable a la provocación se ha convertido en un pasivo, porque fomenta más la provocación.
En otras palabras, Washington y la credulidad de sus vasallos europeos han puesto a la humanidad en una situación muy peligrosa, ya que las únicas opciones que le quedan a Rusia y China son o aceptar el vasallaje americano o prepararse para la guerra.
Putin debe ser respetado por dar más valor a la vida humana que Washington y sus vasallos europeos y evitar respuestas militares a las provocaciones. Sin embargo, Rusia tiene que hacer algo para que los países de la OTAN se den cuenta de que hay serios costos por su acompañamiento a la agresión de Washington contra Rusia. Por ejemplo, el gobierno ruso podría decidir que no tiene sentido vender la energía a los países europeos que se encuentran en un estado de facto en la guerra contra Rusia. Con el invierno sobre nosotros (por el hemisferio boreal, nota del traductor), el gobierno ruso podría anunciar que Rusia no vende energía a los países miembros de la OTAN. Rusia perdería el dinero, pero eso es más barato que perder la soberanía o una guerra.
Para poner fin al conflicto en Ucrania, o para escalar a un nivel más allá de la voluntad de Europa de participar en él, Rusia podría aceptar las peticiones de las provincias separatistas de volver a unirse con Rusia. Para Kiev, si quiere continuar el conflicto, Ucrania tendría que atacar a la misma Rusia.
El gobierno ruso ha confiado en respuestas responsables, no provocadoras. Rusia ha tomado el enfoque diplomático, confiando en los gobiernos europeos recuperen sus sentidos, al darse cuenta de que sus intereses nacionales divergen de Washington, y dejen de permitir la política hegemónica de Washington. La política de Rusia ha fallado. Repito, el bajo perfil de Rusia, las respuestas responsables, han sido utilizados por Washington para pintar a Rusia como un tigre de papel al que nadie tiene que temer.
Tenemos la paradoja de que la determinación de Rusia de evitar la guerra nos conduce directamente a la guerra.
Sea o no que los medios de comunicación de Rusia, los rusos, y la totalidad del gobierno ruso entiendan esto, debe ser obvio para los militares rusos. Todo lo que los líderes militares rusos tienen que hacer es mirar la composición de las fuerzas enviadas por la OTAN para “combatir a ISIS”. Como señala George Abert, los aviones americanos, franceses y británicos que se han implementado son aviones de combate cuya finalidad es el combate aire-aire, no el ataque a tierra. Los aviones de combate no se despliegan para atacar ISIS en el terreno, sino para amenazar a los cazabombarderos rusos que están atacando objetivos ISIS en tierra.
No hay duda de que Washington está conduciendo al mundo hacia el Armagedón, y Europa es el facilitador. Washington ha comprado y pagado marionetas en Alemania, Francia y el Reino Unido, y poco importa si son estúpidas, indiferentes o impotentes para escapar de las garras de Washington. A menos que Rusia puede despertar a Europa, la guerra es inevitable.
¿El mal total, los estúpidos de mierda (“dumbshit” en el artículo original, nota del traductor) y malvados neocons que controlan el gobierno de los Estados Unidos han aleccionado a Putin que la guerra es inevitable?
Be First to Comment