por Paul Craig Roberts, en Instituto para la Economía Política. Traducción de Leonardo Del Grosso
Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos era la esperanza de la humanidad, o, yo diría, la esperanza de esa parte de la humanidad consciente del peligro inherente de provocar el conflicto entre potencias nucleares. Durante dos décadas, los regímenes de Clinton, George W. Bush y Obama han lanzado palos, piedras y palabras desagradables contra el oso ruso. Estados Unidos ha roto y se ha retirado del acuerdo de seguridad después de un acuerdo de seguridad y ha exacerbado la amenaza que Rusia ve con la realización de juegos de guerra en las fronteras de Rusia, poniendo en marcha un golpe en Ucrania, una provincia de Rusia durante siglos, y con un flujo continuo de falsas acusaciones contra Rusia.
El resultado de esta irresponsable, irreflexiva e imprudente política hacia Rusia fue el anuncio, hace unas semanas (ignorado por los medios estadounidenses), del alto mando ruso, de que los planificadores militares rusos han llegado a la conclusión de que Washington está preparando un ataque nuclear por sorpresa contra Rusia.
Este es el evento más alarmante de mi vida. Ahora que Washington está criminalmente loco y ha convencido a Rusia de que Rusia está en los planes de guerra de Washington, Rusia no tiene otra alternativa que prepararse para atacar primero.
Durante la Guerra Fría ambas partes recibieron numerosas falsas alarmas de ICBMs (Misiles Balísticos Inter-Continentales) entrantes, pero debido a que ambas partes estaban trabajando para reducir las tensiones, las alarmas no fueron creídas. Pero hoy, con Washington habiendo elevado las tensiones tan alto, ambos lados es probable que crean la falsa alarma. La siguiente falsa alarma podría traer el fin de la vida en la tierra, y por esto no hay a nadie más a quien culpar sino a Washington.
El énfasis de Trump en normalizar las relaciones con Rusia fue un gran alivio para las personas suficientemente inteligentes para comprender las consecuencias de la guerra nuclear. Pero ninguna de estas personas está en Washington, el Partido Demócrata, el Partido Republicano, el complejo militar/de seguridad, o entre los periodistas prostitutos que transitan por los medios de comunicación en Norteamérica. Todas estas personas quieren destruir a Trump porque quiere hacer la paz con Rusia.
De los 535 miembros de la Cámara de Representantes y del Senado, 530 votaron en apoyo de un proyecto de ley que viola la separación de poderes e impide que el Presidente Trump retire las sanciones a Rusia. Como la votación es tan abrumadora que es a prueba de veto, la Casa Blanca ha anunciado que Trump firmará el proyecto de ley, rindiéndose así y renunciando a su objetivo de restablecer relaciones normales con Rusia.
La Casa Blanca cree que, como el proyecto de ley es a prueba de veto, todo lo que Trump podría lograr con un veto es probar las acusaciones de que es un agente ruso y está utilizando su puesto para proteger a Rusia, y esto fácilmente podría convertirse en un proceso de destitución.
Sin embargo, hay cosas que Trump puede hacer, y puesto que desactivar la amenaza que Rusia ve es esencial para evitar la guerra, es imperativo que Trump haga todo lo posible para evitar que el complejo militar/de seguridad, y sus servidores en el Congreso y los medios de comunicación, bloqueen a los Estados Unidos en un conflicto mortal con Rusia.
Como escribí ayer (http://www.paulcraigroberts.org/2017/07/31/witch-hunt-donald-trump-surpasses-salem-witch-trials-1692-93/), Trump podría llevar su caso hacia el pueblo estadounidense en un importante discurso y señalar que el Congreso está violando la separación de poderes, frustrando el poder de la presidencia y haciendo ilegal para el Presidente que reduzca las tensiones peligrosas que las administraciones anteriores han creado con una gran potencia nuclear.
Trump también podría decirle al Congreso que su ley es inconstitucional y que no firmará ni vetará la ley, y si el Congreso persiste, él llevará el asunto a la Corte Suprema.
Trump también podría ponerse en contacto telefónico con los políticos alemanes y los directores ejecutivos corporativos que han denunciado las sanciones como ilegales y con la intención de servir a los intereses comerciales de Estados Unidos a expensas de Alemania. Debería decirles que obligen a Merkel a anunciar que Alemania no aceptará las sanciones. El liderazgo de la Unión Europea también denuncia las sanciones. Trump, con un poco de esfuerzo, puede organizar tanta oposición europea que le diga al Congreso que, como Presidente de los Estados Unidos, no puede permitir que una colección de inconscientes imbéciles, que es lo que es el Congreso, destruya el imperio de Washington expulsando a los europeos de eso. Si Trump puede hacer que los europeos actúen, puede derrotar el proyecto de ley, que en realidad no es más que el servicio del Congreso a sus patrocinantes de la campaña política en el complejo militar/de seguridad y en la industria estadounidense de la energía.
Trump es un luchador. Y esta es la lucha de Trump. Él tiene todo que ganar al superar el desafío, y de la misma manera el resto de nosotros. El mundo entero debe quedar atrás de Trump, ya que no hay nadie más para desactivar las tensiones que están llevando a la guerra nuclear.
Me ha sorprendido la estupidez y la mendacidad de la izquierda-progresista-liberal estadounidense, quienes han caído en línea con el esfuerzo del complejo militar/seguridad para destruir a Trump, porque la paz con Rusia elimina al enemigo orquestado tan esencial al presupuesto y al poder del complejo militar/de seguridad. Por supuesto, EEUU ya no tiene una izquierda. La izquierda ha sido desplazada por las Políticas de Identidad, una creación sionista, tal como Gilad Atzmon explica en sus libros, que está demostrando ser eficaz para destruir a los goyim enseñándoles a odiarse unos a otros. En las Políticas de Identidad, todo el mundo es víctima de hombres heterosexuales blancos, a los que Políticas de Identidad definen como misoginos, racistas y homofóbicos. Los “deplorables de Trump” de Hillary. Mientras los “deplorables” votaron por Trump, la izquierda-progresista-liberal odia a Trump y está ayudando al complejo militar/de seguridad a destruirlo incluso si ello significa guerra nuclear.
Como predije que sería el caso, Trump no tenía idea de cómo nombrar un gobierno que estuviera de su lado, y obviamente fracasó por completo. Él es continuamente contradicho por su embajador de la ONU, su Secretario de Estado, su Asesor de Seguridad Nacional, su Secretario de Defensa. Trump está solo en su gobierno.
Ante esto, él bien podría luchar. Dirigirse al pueblo estadounidense. Organizar a los europeos enojados. Tomar la lucha contra el criminalmente loco Washington antes de que los criminales destruyan el mundo en la guerra.
Ya en el siglo XXI Washington ha destruido, total o parcialmente, siete países, produciendo millones de refugiados que, junto con los inmigrantes que reclaman el estatuto de refugiados, están alterando las poblaciones de los países europeos y borrando a Europa de la faz de la tierra. Http://www.paulcraigroberts.org/2017/07/30/europe-is-history/
Esta es la recompensa para Europa por ser vasallo de Washington.
Trump debería decirle a Europa: “¡Es hora de decirle a Washington que ya has tenido suficiente!”
Si Trump no lucha y es llevado por los idiotas que le aconsejan dentro del campo de los oligarcas gobernantes, Trump, con el fin de desempeñar un papel de liderazgo, conducirá guerras estadounidenses contra el mundo. Como líder de la guerra, será apoyado por la oligarquía gobernante y los estúpidos liberales progresistas, que han ayudado al complejo militar/de seguridad a derrotar la iniciativa de Trump para la paz con Rusia, y no tendrán una pata para seguir adelante.
Aquí está mi predicción. La personalidad de Trump lo obliga a ser un líder. Trump, después de haber sido derrotado en su iniciativa de paz por el complejo militar/de seguridad, la izquierda progresista liberal, los demócratas corruptos, los republicanos corruptos y las putas que transitan por los medios de comunicación, recuperará su liderazgo a través de guerras y agresiones contra enemigos extranjeros.
Trump ya ha impuesto sanciones ilegales a Venezuela, con la esperanza de derrocar la democracia venezolana y restablecer el gobierno de Washington a través del pequeño grupo de españoles de derecha que tradicionalmente han dominado Venezuela.
Rusia y China tuvieron la oportunidad de acudir en ayuda de Venezuela e impedir el derrocamiento, por Washington, del gobierno democráticamente elegido, pero ambos países carecieron de la visión necesaria. Una vez que Washington derribe al gobierno venezolano, Washington derrocará al gobierno en Ecuador y revocará el asilo diplomático de Julian Assange. Una vez que Assange sea torturado hasta que afirme que Wikileaks es una organización rusa/estadounidense financiada por Donald Trump y Vladimir Putin, Assange será condenado a muerte, y los estúpidos norteamericanos se alegrarán. Entonces Washington derrocará a Bolivia y tendrá una purga conducida en Brasil contra todos los líderes políticos que no están en la nómina de la CIA.
Entonces Washington rotulará a Rusia y China “naciones proscriptas” y rodeadas como estarán con misiles nucleares estadounidenses y sitios de ABMs (Misiles Anti-Balísticos), Washington exigirá la rendición o la destrucción.
Todo parece una fantasía, ¿no? Pero es muy real.
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