por The Saker, en The Saker. Traducción de Leonardo Del Grosso
El pasado mes de mayo escribí un artículo titulado Contra-propaganda, estilo ruso, en el que expliqué que lejos de prohibir o censurar la campaña occidental anti-Putin/anti-Rusia, los medios de comunicación rusos meticulosamente la reprodujeron en detalle. Medio año después, no sólo aún sigue siendo así, sino que el nivel de cobertura ha aumentado considerablemente. Eche un vistazo a esta captura de pantalla del último (y más visto) programa de noticias semanal:
Recuerde que aproximadamente más del 80% de la audiencia que está viendo esto son fuertes partidarios del Presidente Putin. Se puede imaginar lo que piensan cuando ven estos informes. Comprenden completamente que Occidente odia tanto a Putin precisamente porque Putin es uno de ellos, un verdadero ruso que se preocupa por los intereses del pueblo ruso. Así que cuando Occidente demoniza a Putin, es en realidad a todo el pueblo ruso al que está demonizado y su conclusión es simple: Occidente no odia a Putin, Occidente nos odia. En cuanto a “culpa a Putin” – ahora se ha convertido en una verdadera broma.
Uno de los principales efectos de este tipo de demonización es que el público ruso entiende plenamente que no hay vuelta atrás. En términos prácticos, la mayoría de los rusos creen que incluso si Rusia se retirara de Siria, dejara de apoyar al Donbass o incluso decidiera entregar Crimea a los Ukies, Occidente seguiría demonizando a Rusia e intentando someterla. Por otra parte, los rusos recuerdan que la única época en que a Occidente le gustaba Rusia era cuando estaba dirigida por el borracho Eltsin y su pandilla de oligarcas judíos que saqueaban a Rusia y cuyo reinado tenía consecuencias similares a lo que resultaría de una gran guerra. Cualquier otra Rusia es simplemente inaceptable para el Imperio Anglosionista.
Visto desde este punto de vista, tiene sentido la alianza de Occidente con los nazis de Kiev y los “terroristas moderados” en el Medio Oriente. Esto no es fundamentalmente diferente de la alianza de los europeos con los otomanos durante la guerra de Crimea o el apoyo de los Estados Unidos al Japón contra Rusia en 1905 (sólo para acabar luchando contra Japón unos años más tarde). Mientras X sea anti-ruso, Occidente apoya a X. Es tan primitivo y tan estúpido.
El régimen ukronazi en Kiev ha entendido que sólo le queda una “mercancía” que puede vender a Occidente: su rusofobia rabiosa. Y puesto que están desesperados, hacen esfuerzos desesperados y, francamente, cómicos. Eche un vistazo al nuevo símbolo del servicio de inteligencia militar Ukie:
No creo que haya visto el complejo de inferioridad Ukie mejor ilustrado. La sentencia latina “Sapiens Dominabitur Astra” (“el sabio gobernará las estrellas”) es un toque agradable ya que combina un alfabeto no-cirílico (latino), una referencia a la astrología europea en la Edad Media y una típicamente ucraniana (cósmica) megalomanía. Otra prueba, si es necesario, de que todo lo que Ucrania es, es una “anti-Rusia”.
No se equivoquen, sin embargo, no hay absolutamente ningún miedo a Occidente en Rusia. La mayoría de los rusos creen que las fuerzas armadas rusas son más que suficientes para mantener a Occidente bajo control. Y están en lo correcto. Pero hay una aguda conciencia que si esto no estaba en manos del ejército ruso, Rusia sería tratada igual que Irak.
Mientras tanto, los medios de comunicación rusos están alimentando alegremente al público ruso con cada bit de propaganda rusofóbica producida en Occidente. Las generaciones futuras probablemente estudiarán este período y se preguntarán por la estupidez absolutamente alucinante de una máquina de propaganda occidental que, aparentemente, es completamente ajena al impacto de su propaganda sobre una superpotencia nuclear.
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