Manlio Dinucci se indigna ante el enorme relieve que la gran prensa está dando a un libro de chismes contra Donald Trump mientras que nadie parece haber leído otro texto muchísimo más importante: la Estrategia de Seguridad Nacionaldel propio presidente Trump.
Todo el mundo habla del libro explosivo sobre Donald Trump, plagado de revelaciones sensacionales sobre cómo se peina Trump, sobre si su esposa y él duermen en habitaciones separadas, sobre lo que se dice a sus espaldas en los pasillos de la Casa Blanca, lo que hizo su hijo mayor, que al reunirse con una abogada rusa en la Trump Tower supuestamente traicionó la patria y modificó el resultado de la elección presidencial.
Pero nadie habla de un libro cuyo contenido sí es verdaderamente explosivo, que se dio a conocer poco antes y que lleva la firma del presidente Trump:
Se trata de un documento que redactan periódicamente los sectores más poderosos de las administraciones estadounidenses, sobre todo los militares. Al compararlo con el anterior documento de ese tipo, publicado en 2015 por la administración Obama, puede comprobarse que el de la administración Trump contiene importantes elementos de continuidad.
Es fundamental el concepto según el cual, para «mantener a América(léase “Estados Unidos”) en el primer lugar para que sea segura, próspera y libre», hay que tener «la fuerza y la voluntad para ejercer el liderazgo estadounidense en el mundo». Es el mismo concepto que había expresado la administración Obama –al igual que las anteriores:
«Para garantizar la seguridad de su pueblo, América debe dirigir desde una posición de fuerza.»
En relación con la doctrina estratégica de la administración Obama, que hablaba de «agresión rusa contra Ucrania» y de «alerta sobre la modernización militar de China y sobre su creciente presencia en Asia», el documento de la administración Trump es mucho más explicito:
«China y Rusia desafían el poderío, la influencia y los intereses de América, tratando de erosionar su seguridad y su prosperidad.»
Con esas palabras, los autores de esta nueva estrategia muestran sus cartas y revelan lo que verdaderamente está en juego para Estados Unidos: el riesgo creciente de perder la supremacía económica ante el surgimiento de nuevos sujetos estatales y sociales, con China y Rusia en primera fila. En efecto, estos dos países están adoptando medidas para reducir el predominio del dólar, que permite a Estados Unidos mantener un papel dominante imprimiendo dólares cuyo valor no se basa en la capacidad económica real de Estados Unidos sino en el simple hecho que esos dólares se utilizan como divisa mundial.
La nueva doctrina estratégica subraya:
«China y Rusia quieren formar un mundo que es la antítesis de los valores e intereses de Estados Unidos. China busca ocupar el lugar de Estados Unidos en la región del Pacífico, divulgando su modelo de economía bajo dirección estatal. Rusia trata de recuperar su estatus de gran potencia y establecer esferas de influencia cerca de sus fronteras. Su objetivo es debilitar la influencia estadounidense en el mundo y separarnos de nuestros aliados y socios.»
Vine entonces una verdadera declaración de guerra:
«Lucharemos con todas las herramientas de nuestro poderío nacional para garantizar que las regiones del mundo no sean dominadas por una sola potencia.»
Eso quiere decir que Washington tratará toda costa de que todas las regiones del mundo estén bajo la influencia de Estados Unidos. Entre «todas las herramientas» está, por supuesto, la militar pues se trata de un terreno donde Estados Unidos está en posición de superioridad. Como subrayaba la doctrina estratégica de la administración Obama,
«poseemos una fuerza militar cuyo poderío, tecnología y alcance geoestratégico no tiene igual en la historia de la humanidad; tenemos la OTAN, la alianza más fuerte del mundo».
La Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de América, recientemente firmada por Donald Trump, implica también a Italia y los demás países de la OTAN, llamados a reforzar su flanco oriental contra «la agresión rusa» y a dedicar al menos 2% de su PIB a los gastos militares y 20% de estos últimos a la creación de nuevas fuerzas y la adquisición de nuevo armamento.
Europa se va a la guerra, pero de eso no se habla en los debates televisivos. No es un tema electoral.
Para un análisis más detallado de la doctrina de seguridad nacional de la administración Trump, ver «Notas de lectura: La estrategia militar de Donald Trump», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 26 de diciembre de 2017.
Fuente
Il Manifesto (Italia)
Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio
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