Fuente original: MisionVerdad
Autor: Franco Vielma
El ascenso de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México abre paso a esa nación en la negra senda del castrocomunismo chavista maoísta stalinista, que les llevará a un oscurantismo político jamás conocido en la historia del continente, desgarrando el futuro de las próximas generaciones y colocando en Norteamérica un bastión de la trasnochada guerra fría en nuestro mundo pacífico, sin tensiones y sin convulsiones. Los mexicanos no saben lo que han hecho. Oh, ¡Dios mío!
La nación azteca, como ha sido recordada, comenzará a ser conocida ahora como “Mexicozuela” o “Venezuela del norte”, generando ahora una onda herida en la tradición profundamente democrática, desarrollada y respetuosa de los derechos humanos, que ha sido modelo para países como Noruega, Suecia, Islandia y Finlandia.
Veámoslo así. México con López Obrador dejará de ser lo que siempre ha sido, dicen así muchos líderes de la política y medios de comunicación dentro y fuera de ese país.
De ser cierto eso, México se privará ahora de gozar de “la época más sangrienta de su historia” como ha sido calificada, pues en 2017 fueron cometidos 25 mil 340 homicidios dolosos de acuerdo a cifras oficiales. Eso da una media de casi 70 por día. Para 2018 se proyecta que el aumento será tal, que la tasa de homicidios diarios llegará a 85.
Desde 2006, durante la llamada guerra contra el narco, más de 200 mil personas han muerto en México, buena parte de ellas debido al propio conflicto. México descubre a sus muertos de las formas más crueles: colgando de puentes, disueltos en ácido, descuartizados, y es una lástima que ese referente se pierda desde ahora, pues ello ha sido un logro que sólo ha sido posible gracias a la inserción de armas y capitales del narcotráfico por un orden de al menos 200 mil millones de dólares en los últimos 10 años, según cifras de la DEA estadounidense.
Casi ningún país puede jactarse de ello, quizás sólo Colombia. Pero para México, esta ha sido una proeza que ha costado mucho.
De hecho la cifra de personas asesinadas en México podría ser superior. Unas 37 mil personas fueron admitidas como desaparecidas en ese país, mediante cifras del Estado mexicano emitidas en 2018. Más desapariciones que las de las dictaduras del cono sur combinadas, nada mal.
No obstante, la ambigüedad de los datos ofrecidos por la escandinava administración pública de ese país, da cuenta de que en ella no estaría incluido el total de personas que migran desde Centroamérica, al menos unas 15 mil personas, que habrían desaparecido en tierras mexicanas desde 2006. Lo cual indica, sin dudas, que el orgullo de México también yace en ser una de las rutas migrantes más inseguras del planeta. Quizás por ello en noviembre de 2018 una caravana de migrantes centroamericanos ha decidido cruzar el país rumbo a EEUU, en grupo, para no desperdigarse entre el secuestro, la esclavitud y el asesinato de los cárteles y mafias que operan en el sur y norte del país.
Además, en 2018 el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio en México reportó que entre 2014 y 2017, unas 8 mil 904 mujeres han sido asesinadas en ese país, sin embargo, solo un 30% de los casos fue investigado bajo los protocolos de feminicidio. Estadísticas que han venido repuntando colocando a México en el tope de la barbarie que sería impensable alcanzar en algunos países africanos. Enhorabuena.
México podría perder su lugar líder en el mundo de asesinatos a periodistas e intimidación a la prensa alternativa, superando cualquier país en guerra en el orbe, según la organización Reporteros sin Fronteras en 2018. ¿Cuántos países se pueden jactar de ello? ¿Irak? ¿Siria? ¿Aquel país hoy inexistente llamado Libia? Ninguno supera a México.
México podría también dejar de ser la Suiza del bienestar social latinoamericano. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), un ente del propio gobierno, el 43.6% de la población está en situación de pobreza.
La pobreza extrema (indigencia) alcanza a 11 millones de personas. Por otro lado, en México habitan más de 20 millones de niñas, niños y adolescentes que viven en hogares que experimentan pobreza, situación que tiene una “alta probabilidad de volverse permanente y sus consecuencias negativas podrían ser irreversibles”, informó Coneval. ¿Erradicar o disminuir tal logro? Que la Virgen de Guadalupe salve a los mexicanos. Con nuestros niños no te metas, López Obrador.
México lamentablemente podría perder el privilegio de ser un referente en igualdad de oportunidades. Oxfam analizó la desigualdad en ese país. Afirmaron que el crecimiento económico de México es magro, los salarios promedio no crecen y la pobreza persiste, pero la fortuna de unos cuantos sigue expandiéndose. El país está dentro del 25% de los países con mayores niveles de desigualdad en el mundo y es uno de los dos países más desiguales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Por tanto, el tema de la desigualdad es tal, que el 1% de la población posee el 43% de toda la riqueza en México. Preguntémonos cuál será el resultado de una reversión en esta estadística. ¿Hablaremos pronto de los pobres multimillonarios mexicanos que huirán del comunismo para refugiarse en mansiones en el primer mundo? Ojalá que no.
Pero México no es un país extraordinario no sólo por ofrecer tanto a sus ricos locales, sino también a los ricos transnacionales. Sólo entre los años 2001 y 2017, la minería transnacional extrajo de México el equivalente al doble del oro y la mitad de la plata que los españoles se llevaron de México durante los 300 años que duró la Colonia española, según aparece referenciado en el trabajo del periodista Jesús Lemus, en su libro “México a cielo abierto”, publicado a principios de este año.
Además, “las compañías multinacionales obtienen hasta 73% de sus utilidades en México y, aunque operan en más de una centena de naciones, el mercado mexicano es de sus principales zonas en ingresos e incluso compensa caídas en otras regiones; sin embargo, “los beneficios no son proporcionales para la economía local”, dice una cita del sitio web América Retail, dejando claro que en México tal desproporción no ha sido incómoda para ningún gobierno. México es un paraíso para las multinacionales.
Otros detalles a saber. En México la cobertura en salud fue medida en 2016 por la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, y 50 millones de los 122 millones de mexicanos no tienen protección efectiva. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) señaló en 2018 que el 25% de hogares en el país no tienen acceso total al agua potable. Finalmente, el déficit de viviendas en México es de unos 15 millones, según el Centro de Investigación y Documentación de la Casa y la Sociedad Hipotecaria Federal.
En definitivas cuentas, todo el legado de acción en la gestión pública mexicana, que ha sido la envidia de las naciones desarrolladas de diversas latitudes, como Estados Unidos, Japón y Noruega, está en riesgo ahora con la llegada de López Obrador.
Sólo queda desde ahora que las naciones responsables del mundo civilizado asuman con consistencia articular todos sus recursos para que desde dentro y desde fuera de México se haga todo lo que se tenga que hacer para detener el avance de López Obrador y su plan de revertir la realidad mexicana. Es un asunto impostergable. Hay que detenerlo
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