Fuente: sputniknews.com
por Pepe Escobar
Nadie necesita leer la obra de Zbigniew “Gran Tablero de Ajedrez” Brzezinski de 1997 para saber que la política exterior estadounidense gira en torno a un único tema general: evitar -por todos los medios necesarios- el surgimiento de una potencia o potencias, capaz de limitar la arrogancia unilateral de Washington, no sólo en Eurasia sino en todo el mundo.
El Pentágono lleva incluido el mismo mensaje en nuevos términos: la doctrina de Dominación de Espectro Completo.
Siria está llevando a que todas esas asunciones se derrumben como un castillo de naipes. Así que no es de extrañar que en un Beltway bajo ninguna cadena de mando visible -la administración Obama es simplemente un cero a la izquierda- la angustia sea la norma.
El Pentágono está ahora comprometido en una escalada tipo Vietnam de botas sobre el terreno a través de “Sirak”. 50 comandos ya se encuentran en el norte de Siria “asesorando” a los kurdos sirios de las YPG, así como a unos pocos sunitas “moderados”. Traducción: diciéndoles lo que Washington quiere que hagan. El cuento oficial de la Casa Blanca es que estos comandos están “apoyando a las fuerzas locales” (palabras de Obama) a cortar las líneas de suministro que llevan a la capital del falso “Califato”, Raqqa.
Pronto seguirán otras 200 Fuerzas Especiales a ser enviadas a Irak, supuestamente para “entrar en combate directo” contra el liderazgo de ISIS/ISIL/Daesh, que está en este momento instalado en Mosul.
Estos desarrollos, anunciados como “esfuerzos” para “parcialmente recomprometerse en Irak y Siria” están llevando a la Think Tanklandia estadounidense a escribir hilarantes informes en busca de “el equilibrio perfecto entre la invasión a gran escala y la completa retirada” – cuando todo el mundo sabe que Washington Nunca se retirará de la riqueza petrolera estratégica de Oriente Medio.
Todas estas botas estadounidenses sobre el terreno, en teoría, deberían estar en coordinación, en breve, con una nueva coalición espectacularmente surrealista de 34 países “islámicos” (Irán no fue invitada), creada para combatir al ISIS/ISIL/Daesh nada menos que por la matriz ideológica de todos los hilos del Salafi-yihadismo: la Arabia Saudita wahhabita.
Siria es ahora la Central de las Coaliciones. Hay por lo menos cuatro; la “4+1” (Rusia, Siria, Irán, Irak más Hezbolá), la cual está combatiendo verdaderamente a Daesh; la coalición liderada por Estados Unidos, una especie de mini combo de la OTAN-CCG, pero con el CCG no haciendo nada; la colaboración militar directa Rusia-Francia; y la nueva farsa “islámica” liderada por los sauditas. Están enfrentados a un asombroso número de coaliciones salafi-yihadistas y alianzas de conveniencia que duran desde unos pocos meses hasta un par de horas.
Y luego está Turquía, la cual bajo el Sultán Erdogan juega un doble juego perverso.
¿Sarajevo una vez más?
“Tensa” ni apenas describe la actual tensión geoplítica entre Rusia y Turquía, la cual no muestra señales de disminuir. El Imperio del Caos se beneficia en abundancia de ello como espectador privilegiado; mientras dure la tensión, las perspectivas de integración Eurasiática se ven obstaculizadas.
La inteligencia rusa sin duda ha previsto todos los posibles escenarios que implican un ejército turco de la OTAN en la frontera turco-siria, así como la posibilidad de que Ankara cierre el Bósforo y los Dardanelos para el “Expreso Sirio” ruso. Erdogan no puede ser tan tonto como para ofrecerle a Rusia otro casus belli. Sin embargo, Moscú no quiere correr riesgos.
Rusia ha colocado barcos y submarinos capaces de lanzar misiles nucleares en caso de que Turquía bajo la cobertura de la OTAN decida atacar las posiciones rusas. El presidente Putin ha sido claro; Rusia usará armas nucleares de ser necesario, si las fuerzas convencionales se ven amenazadas.
Si Ankara opta por una misión suicida de derribar otro SU-24 o SU-34, Rusia simplemente despejará el espacio aéreo en toda la frontera mediante los S-400s. Si Ankara, bajo la cobertura de la OTAN responde con el lanzamiento del ejército turco sobre posiciones rusas, Rusia utilizará misiles nucleares, arrastrando a la OTAN a la guerra no sólo en Siria, sino potencialmente también en Europa. Y esto incluiría el uso de misiles nucleares para mantener el uso estratégico para Rusia del Bósforo.
Así es como podemos hacer un paralelo de la Siria de hoy como el equivalente del Sarajevo de 1914.
Desde mediados de 2014 el Pentágono ha dirigido todo tipo de juegos de guerra -hasta 16 veces, en diferentes escenarios- enfrentando a la OTAN contra Rusia. Todos los escenarios eran favorables a la OTAN. Todas las simulaciones dieron el mismo vencedor: Rusia.
Y esta es la razón por la que el comportamiento errático de Erdogan verdaderamente aterroriza a algunos de los verdaderos actores desde Washington a Bruselas.
Déjame Llevarte en un Misil de Crucero
El Pentágono es muy consciente del enorme arsenal que Rusia podría desatar si es provocada hasta el límite por alguien como Erdogan. Vamos a lanzar una lista resumida.
Rusia puede utilizar el poderoso SS-18 -cuyo nombres clave dado por la OTAN es “Satán”; cada “Satán” lleva 10 ojivas, con un rendimiento de 750 a 1.000 kilotones cada una, suficiente para destruir un área del tamaño del estado de Nueva York.
El ICBM (Misil Balístico Intercontinental, por sus siglas en inglés) Topol M es el misil más velóz del mundo alcanzando Match 21 (16.000 millas por hora); contra este, no hay defensa. Lanzado desde Moscú, impactaría la Ciudad de Nueva York en 18 minutos, y Los Ángeles en 22,8 minutos.
Los submarinos rusos -así como los submarinos chinos- son capaces de realizar lanzamientos costa afuera de los Estados Unidos, atacando objetivos costeros en un minuto. Los submarinos chinos han salido a la superficie cerca de portaaviones estadounidenses sin ser detectados, y los submarinos rusos pueden hacer lo mismo.
El sistema antiaéreo S-500 es capaz de sellar el cielo ruso contra los ICBMS y misiles de crucero. (Moscú solo admitirá públicamente que los S-500s serán puestos en funcionamiento en 2016; pero el hecho de que los S-400s vayan a ser entregados pronto a China implica que los S-500s podrían estar ya en operación).
El S-500 hace parecer al misil Patriot un V-2 de la 2da Guerra Mundial.
Aquí, un exasesor del Jefe de Operaciones Navales de Estados Unidos esencialmente admitió de forma pública que todo el aparato de los misiles de defensa estadounidense es inútil.
Rusia tiene una flota de bombarderos supersonicos Tupolev Tu-160s; que pueden despegar desde bases aereas en el corazón de Rusia, volar a través del Polo Norte, lanzar misiles de crucero nucleares desde una distancia segura sobre el Atlántico, y volver a casa para observarlo todo en TV.
Rusia puede prácticamente inutilizar cualquier base de avanzada de la OTAN con armas nucleares tácticas -o del campo de batalla- de baja intensidad. No es por accidente que Rusia en los últimos meses a puesto a prueba los tiempos de respuesta de la OTAN en múltiples ocasiones.
El misil Iskander viaja a siete veces la velocidad del sonido con un rango de 400 Km. Es mortal para pistas aereas, puntos de logística y otras infraestructuras fijas a lo largo de un amplio teatro de guerra, por ejemplo en el sur de Turquía.
La OTAN tendría que eliminar todos estos Iskanders. Pero luego tendrían que hacer frente a los S-400s – o, peor aún, los S-500s – que Rusia puede distribuir en zonas de defensa en casi todos los teatros concebibles de guerra. Colocando los S-400s en Kaliningrado, por ejemplo, podría paralizar todas las operaciones aéreas de la OTAN en el interior de Europa.
Y presidiendo las decisiones militares, Rusia privilegia el uso del Control Reflexivo (CR). Esta es una táctica que pretende transmitir información seleccionada al enemigo obligándolo a tomar decisiones contraproducentes; una especie de virus que influencia y controla su proceso de toma de decisiones. Rusia utiliza CR de forma táctica, estratégica y geopolítica. Un joven Vladimir Putin aprendió todo lo que hay que saber sobre el CR en la 401va Escuela de la KGB y más adelante en su carrera como oficial de la KGB/FSB.
Muy bien, Erdogan y la OTAN; ¿todavía quieren ir a la guerra?
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