por Gobierno de la República Popular Democrática de Corea, en Naenara
Con respecto a que EE.UU. y otras fuerzas hostiles, atemorizados por el incremento cualitativo y cuantitativo de las fuerzas armadas nucleares de la República Popular Democrática de Corea, recurren a la campaña de sanción y presión y los actos provocadores más brutales de la historia, el gobierno de la RPDC hizo pública el día 7 la siguiente declaración:
Al acusar el lanzamiento de prueba de ICBM de la RPDC como “amenaza a la paz y seguridad internacionales”, EE.UU. volvió a fabricar el día 6 la “resolución de sanción” No. 2371 del Consejo de Seguridad de la ONU, orientada a impedir completamente el desarrollo económico y la mejora de los niveles de la vida del pueblo en la RPDC.
De punta a cabo, esa “resolución” es un producto de la atroz campaña de EE.UU. para aislar y atropellar a la RPDC y por lo tanto, constituye la violación flagrante a nuestra soberanía y el desafío frontal a la RPDC.
Nuestra posesión de las más potentes fuerzas armadas nucleares deviene la justa medida autodefensiva que hemos tomado para defender la soberanía del país y el derecho a existencia de la nación desde el acto coercitivo y arbitrario de EE.UU. que viene practicando la extremada política hostil y la amenaza y chantaje nucleares contra la RPDC durante más de medio siglo.
Nuestros seguidos lanzamientos de prueba de cohetes balísticos intercontinentales fueron la advertencia severa remitida a EE.UU. que se apela, más allá del Pacífico, a la imprudente aventura militar y la sucia campaña de sanción contra la RPDC.
En lugar de reconocer nuestra existencia y optar por coexistir con nosotros, EE.UU. realiza con más afán los entrenamientos de misiles contra la RPDC e introduce muchos pertrechos estratégicos para volver a llevar al borde de guerra nuclear la situación de la Península Coreana.
Bajo tales circunstancias, EE.UU. inventó la referida “resolución de sanción” más cruel que nunca con el objetivo de obstaculizar totalmente las normales actividades comerciales y hasta el intercambio económico, abusando del Consejo de Seguridad de la ONU. Así, expuso a todo el mundo su siniestra intención de acabar con nuestra idea, régimen y pueblo.
Por otra parte, arma escándalos pronunciando disparates de que está deliberando la supuesta opción militar contra la RPDC.
Nuestro país no pertenece a la categoría de los que cogen miedo a la ridícula amenaza de EE.UU. y se arrodillan ante su fanfarronada.
EE.UU., que se cree “única superpotencia del mundo”, y nuestros vecinos tan gigantes como él, se rasgan las vestiduras por los lanzamientos de prueba de ICBM de nuestro Estado, que suman 2 veces apenas.
Este panorama miserable nos hace sentirnos más orgullosos de las inagotables fuerzas de la RPDC y más convencidos de que nuestra salvación y vía residen únicamente en el incremento de las fuerzas armadas nucleares.
La RPDC ya consiguió y tomó en su mano todo lo necesario a través de la lucha más dura que ha librado en medio de la sanción más brutal del mundo, producto de las “resoluciones de sanción” de la ONU, inventadas varias veces en las décadas anteriores por la iniciativa de EE.UU.
Por eso, no pasa de ser una ilusión irrisoria la idea de que la RPDC vacilará y cambiará la actitud ante la nueva sanción de las fuerzas hostiles.
Puesto que EE.UU. incurrió en la provocación total en todas las ramas de la política, la economía y los asuntos militares contra la RPDC, el ejército y pueblo de ésta tienen la invariable voluntad y firme decisión de responderle con la venganza resuelta.
Frente a la grave situación creada debido a la desesperada campaña de EE.UU. y las fuerzas hostiles, el gobierno de la RPDC declara como lo siguiente:
Primero, rechazamos totalmente la “resolución de sanción” anti-RPDC del Consejo de Seguridad de la ONU fabricada por EE.UU. y las fuerzas hostiles estigmatizándola como violación flagrante de la soberanía de la RPDC.
Calificar como “amenaza a la paz y seguridad internacionales” el disuasivo nuclear autodefensivo de la RPDC para llevar al traste con la extremada política de hostilidad y la amenaza y chantaje nucleares de EE.UU., primera potencia nuclear del mundo, significa la lógica de bandido de que todos los países del planeta deban ser colonias a favor de los intereses de EE.UU. o víctimas de su agresión.
Los países, que persiguen abiertamente la ambición de mantener para siempre la hegemonía nuclear realizando el mayor número de pruebas nucleares en el mundo y lanzando a cualquier hora los cohetes balísticos intercontinentales, inventan esas “resoluciones” ilegales que cuestionan el incremento de las fuerzas armadas nucleares de autodefensa de la RPDC e imponen a ésta las sanciones con el pretexto de “violación” de esos documentos. Esto constituye el clímax de la pauta de doble rasero.
Digan lo que digan otros, nunca pondremos sobre la mesa de negociaciones el disuasivo nuclear de carácter autodefensivo ni retrocederemos ni un paso atrás en el camino ya optado de aumentar las fuerzas armadas nucleares del Estado, mientras continúen las maniobras anti-RPDC y la amenaza nuclear de EE.UU..
Segundo, tomaremos las acciones resueltas y justas, como hemos declarado ya, puesto que EE.UU. inventó al fin y al cabo la “resolución de sanción” del Consejo de Seguridad de la ONU para acabar con la soberanía y los derechos a subsistencia y desarrollo de la RPDC.
EE.UU. emprende la acción estúpida de adelantar su autodestrucción al recurrir a la anacrónica campaña de sanción y presión anti-RPDC, en vez de ver correctamente la posición estratégica de nuestro Estado y escuchar nuestras advertencias reiteradas.
Para hacer frente a las continuas provocaciones más brutales y aviesas de EE.UU., multiplicaremos el poderío de justicia para eliminar el factor de agresión y guerra y pondremos punto final a esta batalla.
Tercero, liquidaremos cuentas finales de los inauditos crímenes cometidos por EE.UU. contra nuestro Estado y pueblo.
Sería el error más grande para EE.UU. si éste piensa que podrá salir ileso, por la fortuna de encontrarse allende del Océano, a pesar de su antecedente criminal de haber convertido en un baño de sangre y en llamas el territorio coreano mediante la guerra más atroz y utilizar de siglo en siglo todos los medios y métodos para eliminar nuestra idea y régimen.
Los países, que recibieron el “mensaje de agradecimiento” de EE.UU. a cambio de su complicidad en la fabricación de la “resolución de sanción” anti-RPDC mediante los debates a puertas cerradas, tampoco podrán eludir la responsabilidad de haber agravado la situación de la Península Coreana y puesto en peligro la paz y seguridad de la región.
Si EE.UU. sigue actuando con imprudencia sin dejar su intento de aplastar a la RPDC, ésta no vacilará en usar el cualquier medio final.
En lo adelante también, la RPDC marchará recto hasta el final por la senda escogida sin dar rodeos en virtud de la línea de desarrollo paralelo de la construcción económica y la de fuerzas armadas nucleares, la cual constituye la bandera eterna de defensa de la paz.
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