WAR OF WORDS VS. WORDS OF WAR
Admitió también que las malas relaciones de las dos mayores potencias nucleares “no son saludables para el mundo“.
Las relaciones entre EE.UU. y Rusia nunca habían alcanzado niveles tan bajos después de la Guerra Fría como en la actualidad, y un nuevo “reinicio” es imposible debido a todas diferencias que existen en los vínculos de ambos países, dijo el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, en una entrevista con la cadena NBC.
Washington y Moscú deben tener en cuenta todas sus diferencias y problemas existentes en las relaciones bilaterales y discutirlas abiertamente si en verdad desean mejorarlas, agregó Tillerson. Otro reinicio no es suficiente para curar las heridas, agregó, indicando que la actual administración norteamericana prefiere otro enfoque.
“Creo que los términos como ‘reinicio’ se utilizan en exceso. No se puede restablecer o borrar el pasado. No se puede asumir un nuevo comienzo. No estamos tratando de empezar con una pizarra limpia. Estamos tratando de empezar con lo que tenemos, y con todos los problemas que están sobre la pizarra. No descartamos ninguno de ellos porque son parte de la naturaleza de la discusión que estamos teniendo con los rusos”, agregó el secretario de Estado.
Asimismo señaló que EE.UU. no debería centrarse en los problemas que tiene en las relaciones con Rusia, sino en cómo mejorar esas relaciones, porque el actual nivel de confianza entre las partes ya es mínimo y perjudica los intereses tanto de Washington como los de Moscú.
La supuesta injerencia rusa en el proceso electoral de EE.UU.
“El interés del pueblo estadounidense es el interés de Rusia y del resto del mundo, hay que hacer algo para mejorar las relaciones entre las dos mayores potencias nucleares del mundo”, instó Tillerson, para quien, otros líderes mundiales, en particular europeos, también apoyan la idea de mejorar las relaciones ruso-estadounidenses, que en la actualidad “no son saludables para el mundo”.
El jefe de la diplomacia norteamericana también admitió que será necesario “mucho tiempo y trabajo” para mejorar las relaciones entre los dos países, pero el presidente Donald Trump está “comprometido a hacer al menos un esfuerzo en este sentido”.
Sin embargo, el secretario de Estado dijo estar absolutamente seguro de que Rusia interfirió en las últimas elecciones presidenciales de EE.UU., aunque no presentó ninguna prueba de esas acusaciones, sino que como ya es costumbre, basó sus afirmaciones en los famosos informes de Inteligencia estadounidense. Por otro lado, expresó dudas sobre si esa supuesta injerencia rusa tuvo algún impacto real en los resultados de los comicios, pero socavaron “una vez más la confianza entre los dos países“, sentenció.
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