por Roberto Scarcia
Ha llegado el momento de responder y explicar el por qué de tanta ruso-filia de parte de uno que ni es ruso, ni tiene vinculaciones familiares con Rusia.
La respuesta esta’ en una palabra clave: dignidad.
Dado el trato traicionero que les dieron a los rusos después de que ellos decidieron generosamente de terminar la guerra fría, basta con tener un mínimo de dignidad para sentir vergüenza.
Si se entiende la palabra dignidad se deben apoyar los esfuerzos de Rusia para recuperar su honor perdido después del colapso de la Unión soviética (en contra del voto mayoritario de sus ciudadanos) Quien no entiende la dignidad no puede entender que la Rusia de hoy se compara a una dama violada que rechaza la idea de ganarse la vida en un burdel, y de un soldado conscripto que rechaza ser transformado en carne de cañón a causa de un comandante borracho.
Si se tiene dignidad se entiende que Rusia es hoy la única esperanza para la soberanía de las naciones y la diversidad de las culturas, la primera bajo el acoso del capitalismo financiero y la segunda transformada en cultura basura, el equivalente cultural de la comida basura, que sabe a comida, que se parece a comida pero no lo es porque no tiene los elementos nutritivos de la comida de verdad.
Las naciones que lucharon en contra del colonialismo y el movimiento de los no alineados entendieron que Rusia en su encarnación anterior como Unión soviética era un contrapeso necesario que les permitía soberanía y no-alineamiento.
Dicen que Moscu’ es la tercera Roma, parece que sea efectivamente así porque cuando cayo’ Roma los bárbaros destrozaron todo a rienda suelta y cuando Rusia fue débil los bárbaros contemporáneos se cargaron a países, destrozaron sociedades al antiguo sur de la cortina de hierro y están eliminando las conquistas sociales al oeste de dicha cortina de hierro.
Pero con dignidad se entiende hasta que punto las conquistas sociales del norte y la soberanía política del sur del mundo dependían del miedo que le tenían nuestros bárbaros en gestación a los rusos.
Dirán que los rusos sufrieron de falta de libertades individuales, y es verdad pero esto quiere decir que solo los rusos tienen razones en contra de Rusia. Efectivamente como Cristo en la cruz de su sufrimiento individual dependían los margenes de nuestras libertades.
En fin, nosotros que no somos rusos les debemos mucho a los rusos y es hora de devolverles lo debido.
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