“El dolor del presidio es el más rudo, el más devastador de los dolores, el que mata la inteligencia y seca el alma, y deja en ella huellas que no se borrarán jamás.”
José Martí
¿Saben quién es Ana Belén Montes?, preguntan los amigos de la compañera secuestrada por EEUU.
Nacida en la Alemania Occidental el 28 de febrero de 1957, puertorriqueña de ciudadanía norteamericana, y funcionaria GS-14 de la Agencia de Inteligencia para la Defensa, DIA, fue condenada como “espía” por alertar a Cuba de los planes agresivos que se preparaban contra el pueblo cubano, algo que no afectó la seguridad nacional de su país ni puso en peligro vidas inocentes.
En 1979, a los 22 años, la Universidad de Virginia le concedió una licenciatura en relaciones internacionales. Posteriormente logró una maestría. En 1985 fue acogida en la DIA. Por sus capacidades fue enviada a la base aérea de Bolling, en Washington, donde trabajó como especialista en investigación de inteligencia. En 1992 pasó al Pentágono como analista.
Con un cargo ficticio, durante un tiempo fue ubicada en la representación diplomática en La Habana para que “estudiara” a los militares cubanos. En 1998 la DIA la envió de nuevo a la Isla para que “observara” el desarrollo de la visita del Papa Juan Pablo II.
Además de poseer un rostro dulce, sonrisa perenne y buenos modales, era sumamente discreta. Mientras vivía sola en un sencillo apartamento al norte de la capital estadounidense, escaló hasta llegar a ser analista de primera categoría en el Pentágono (senior analyst). Tuvo acceso a prácticamente todo lo que la comunidad de inteligencia recogía sobre la Isla. Sabía lo que el Departamento de Defensa conocía en relación a las actividades militares cubanas. Por su rango era miembro del súper secreto “grupo de trabajo inter-agencias sobre Cuba”, que reúne a los principales analistas de las agencias federales, como la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y de la misma Casa Blanca y el Departamento de Estado.
Fue arrestada el 20 de septiembre de 2001, mientras se encontraba en su oficina, en las instalaciones de la DIA en la Base Aérea de Bolling, en Washington D.C., por agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI). Días después fue acusada de conspiración para cometer espionaje a favor de Cuba. Se le sometió a juicio y en algún momento fue trasladada a una prisión federal especial para delincuentes con problemas de salud física o mental, aunque no tenía nada de eso en el momento de su encarcelación.
En el juicio al que fue sometida declaró con total transparencia e hidalguía que obedecía a su conciencia: “Existe un proverbio italiano que quizás sea el que describe de la mejor forma en lo que yo creo: Todo el Mundo es un solo país. En ese ‘país mundial’ el principio de amar al prójimo tanto como se ama a uno mismo, resulta una guía esencial para las relaciones armoniosas entre todos nuestros países vecinos”.
“Este principio implica tolerancia y entendimiento para las diferentes formas de actuar de los otros. Él establece que nosotros tratemos a otras naciones en la forma en que deseamos ser tratados- con respeto y consideración. Es un principio que, desgraciadamente, yo considero nunca hemos aplicado a Cuba.
“Honorable, yo me involucré en la actividad que me ha traído ante usted porque obedecí mi conciencia más que obedecer la Ley. Yo considero que la política de nuestro gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa; me consideré moralmente obligada de ayudar a la Isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político.
“Nosotros hemos hecho gala de intolerancia y desprecio hacia Cuba durante cuatro décadas. Nosotros nunca hemos respetado el derecho de Cuba a definir su propio destino, sus propios ideales de igualdad y justicia. Yo no entiendo cómo nosotros continuamos tratando de dictar… cómo Cuba debe seleccionar sus líderes, quiénes no deben ser sus dirigentes y qué leyes son las más adecuadas para dicha nación. ¿Por qué no los dejamos decidir la forma en que desean conducir sus asuntos internos, como Estados Unidos ha estado haciendo durante más de dos siglos?
“Mi mayor deseo sería ver que surja una relación amistosa entre Estados Unidos y Cuba. Espero que mi caso, en alguna manera, estimule a nuestro gobierno para que abandone su hostilidad en relación con Cuba y trabaje conjuntamente con La Habana, imbuido de un espíritu de tolerancia, respeto mutuo y entendimiento.
“Hoy vemos más claro que nunca que la intolerancia y el odio –por individuos o gobiernos- lo único que disemina es dolor y sufrimiento. Espero que Estados Unidos desarrolle una política con Cuba fundamentada en el amor al vecino, una política que reconozca que Cuba, como cualquier otra nación, quiere ser tratada con dignidad y no con desprecio.”
Ella actualmente se encuentra encarcelada en el Federal Medical Center (FMC) en Carswell, dentro de las instalaciones militares de la Estación Aérea de la Marina estadounidense en Fort Worth, Texas, Estados Unidos. Se halla recluida en la sala de psiquiatría, a pesar de no padecer de este tipo de enfermedad, pero evidentemente es un lugar peligroso por la presencia de otras personas con ese tipo de dolencia y además ese lugar y lo que sucede en el mismo puede influir en su estado mental.
Ana está hoy encerrada con algunas de las mujeres más peligrosas de Estados Unidos, donde se asegura que ha tenido como vecinas a una antigua ama de casa que estranguló a una embarazada para quedarse con su bebé, a una enfermera que mató a cuatro pacientes con inyecciones masivas de adrenalina, y a Lynette Fromme, “La chillona”, una seguidora de Charles Manson, que trató de asesinar al presidente Gerard Ford.
Está sujeta a un extremo régimen de aislamiento:
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No puede recibir visitas de amigos, solamente de su padre y hermano.
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No le está permitido hablar por teléfono.
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No puede recibir periódicos, revistas ni ver televisión.
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No puede recibir paquetes.
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Nadie pude indagar por su salud ni conocer por qué está en un centro
destinado a personas con problemas psíquicos, cuando ella no sufre de éstos. -
No puede relacionarse con otros detenidos en esa cárcel.
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Cuando alguna persona ha intentado enviarle una carta, la misma ha sido devuelta mediante correo certificado.
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El Buró Federal de Prisiones ha informado que solamente puede tener contacto con sus familiares más allegados, debido a que su condena es por espionaje.
Ana Belén Montes debe salir en libertad en el año 2027, dentro de 12 años. Lleva 13 años de reclusión.
Ella no recibió ningún dinero de los cubanos. No fue reclutada por medio de sórdidos chantajes. No obró por venganza o anhelos de poder. Conociendo mejor que nadie los terribles riesgos, ella los afrontó por amor a la justicia, y por honrada solidaridad hacia Cuba.
Y por eso, ella merece el respaldo de todos los que aman a la Patria de Martí.
Divulgue Usted este mensaje sobre la compañera Ana Belén Montes.
Y sepa que en el mundo están formándose comités para apoyar tanto un trato justo como la liberación de esa compañera, quien tan dignamente desafía la venganza de un gran Imperio, sin claudicar en su amor por Cuba y la humanidad en general.
Para más información, contacte Usted al organizador del Comité Cubano, Doctor Néstor García Iturbe:
“El desentendimiento criminal de los dolores ajenos petrifica”
José Martí.
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