SP — LARRY ROMANOFF — Si lo haces tú, es Espionaje. Si lo hago yo, es Investigación — August 10, 2020

En un caso reciente, se encontró a un ciudadano americano utilizando dos receptores profesionales de GPS de topografía y cartografía en los que había registrado más de 90.000 coordenadas, 50.000 de ellas cerca de instalaciones militares. Viajó a XinJiang con el pretexto de registrar una agencia de viajes para ofrecer tours al aire libre a los extranjeros en Urumqi, y claramente estaba allí por encargo del gobierno de los EE.UU. cuando fue capturado. Esta es la razón por la que el servicio de mapas de Google fue cerrado en China. Google se ocupaba de recolectar inteligencia en alta resolución para la CIA, de nuevo con imágenes de áreas militares sensibles.

Es ampliamente conocido en China que literalmente miles de empleados de la Embajada de los EE.UU. en Beijing y en sus diversos consulados están involucrados en actividades que son claramente de espionaje. Esta fue la razón por la que el gobierno chino optó por el cierre del consulado de los EE.UU. en Chengdu. Las autoridades chinas habían denunciado repetidamente a la Embajada y al Gobierno de los Estados Unidos que el personal en Chengdu estaba involucrado en actividades “no acordes con sus designaciones diplomáticas”. Esto es un eufemismo chino.

A los medios de comunicación estadounidenses les gusta acusar a los chinos de “ver una conspiración a la vuelta de cada esquina”, pero estos acontecimientos son suficientes en número como para justificar la preocupación de China, estos mismos medios se olvidan de señalar que cualquiera que recogiera cientos de miles de coordenadas GPS cerca de bases militares americanas tendría un futuro muy corto.

Coca-Cola

La compañía Coca-Cola siempre ha estado involucrada en el espionaje para el ejército de los EE.UU. y el Departamento de Estado.[1]  Curiosamente, ni el sitio web de la compañía Coca-Cola ni Google tienen conocimiento de esto, y el Departamento de Estado no tenía a nadie disponible para discutir esto conmigo. Desde al menos los años 40, cuando la compañía establecía plantas embotelladoras en un nuevo país, los espías de la OSS o de la CIA eran enviados automáticamente como parte del personal. No era ni siquiera un secreto: cuando el Senado de los EE.UU. celebró sus famosas audiencias sobre el Irán-Contra en 1987, el vínculo entre la CIA y Coca-Cola quedó totalmente expuesto.

Y no es sólo Coca-Cola, pero veamos primero esta compañía. En marzo de 2013, Laurie Burkitt [del WSJ escribió un artículo amablemente desinformado[2] acerca de que Coca-Cola había sido acusada de espionaje en el oeste de China, y su curioso pero típico giro mediático americano era que esto destacaba “los peligros de hacer negocios en China”. Veamos los hechos.

En 21 ocasiones distintas, 21 camiones de Coca-Cola diferentes fueron detenidos mientras realizaban lo que los medios de comunicación occidentales llamaron ‘estudio’ o ‘mapeo’ de algunas de las zonas políticamente más sensibles de China, que incluían fronteras y bases militares. La primera pregunta que me viene a la mente es por qué los conductores de los camiones de reparto de Coca-Cola estarían llevando a cabo “operaciones de cartografía” o “topografía” en cualquier parte del mundo, y mucho menos en Yunnan y otras zonas políticamente sensibles de China, y especialmente de las zonas fronterizas y las que rodean las bases militares. Más aún, ¿por qué los conductores de Coca-Cola que hacen este “mapeo” estarían hasta 600 kilómetros fuera de sus rutas normales de entrega?

Coca-Cola dijo que las unidades GPS que sus empleados utilizaban eran “sistemas de mapas digitales y de logística de clientes disponibles comercialmente en China”, una afirmación que era una absoluta mentira. Es cierto que muchas flotas de camiones de todo el mundo instalan dispositivos GPS en sus vehículos para ayudar a rastrear las ubicaciones y mejorar su eficiencia logística, pero estas unidades GPS están montadas permanentemente y son generalmente unidades “tontas”, sólo capaces de registrar y transmitir su ubicación a una fuente central, y de hecho ese es su único uso. Pero en el caso de los camiones de Coca-Cola, los dispositivos GPS no estaban montados, sino que eran unidades portátiles de nivel militar, y su programación era tan sofisticada que los oficiales militares chinos tuvieron al principio considerables dificultades para determinar con precisión todas sus funciones. Muchas de esas unidades contenían casi 90.000 coordenadas de bases militares y de otras zonas sensibles. En su artículo, Burkitt ignoró todo esto con la tonta afirmación de que las unidades GPS “sólo se utilizaban para mejorar la eficiencia del combustible y el servicio al cliente”, y su afirmación fue inmediatamente recogida por los medios de comunicación americanos para pintar a Coca-Cola como víctima y presentar a China como un país sensible hasta el punto de la paranoia[3].

Una declaración oficial del gobierno (chino) fue la siguiente:

“Lo que podemos decir por ahora es que muchas subsidiarias de Coca-Cola están involucradas y esto sucede en muchas provincias. Debido a la magnitud del caso, la complejidad de la tecnología involucrada y la implicación para nuestra seguridad nacional, estamos trabajando con el Ministerio de Seguridad del Estado en esto.”

Si el Ministerio de Seguridad del Estado está involucrado, puede usted estar seguro de que se trata de un asunto condenadamente serio, y fue debido al uso de los llamados “dispositivos de ultra alta sensibilidad” y a las unidades GPS que contienen “tecnología de cartografía con algoritmos de nivel militar” lo que los involucró.[4] La razón, por supuesto, es que esos datos geográficos son utilizados principalmente por los misiles de crucero dirigidos contra instalaciones militares sensibles. Estos datos deben obtenerse en tierra, porque si bien los satélites de observación pueden proporcionar una resolución muy alta, sus fotos no tienen un marco de referencia y no pueden proporcionar datos suficientemente precisos sobre la ubicación de los objetivos, independientemente de lo que diga el New York Times. En ese momento, Han Qixiang, director del departamento de aplicación de la ley de la administración, afirmó que Coca-Cola estaba haciendo algo más que mejorar su cadena de suministro, y que estaba utilizando una tecnología cartográfica tan sofisticada que la administración tenía dificultades para analizar adecuadamente el sistema de la empresa. Y aunque no se informó ampliamente en ese momento, estos mismos “conductores de Coca-Cola” estaban realizando simultáneamente fotografías aéreas de bases militares con aviones teledirigidos.

No se dio a conocer más información, pero las declaraciones del gobierno dejaron claro que este evento de espionaje de Coca-Cola era mucho más grave de lo que mostraban los medios de comunicación occidentales. Y, con las debidas disculpas a Laurie Burkitt, nada de esto trataba de “los peligros de hacer negocios en China”.

Otro elemento puede dar una idea de la participación de Coca-Cola. Uno es que los medios de comunicación chinos publicaron historias más o menos al mismo tiempo que parecían no estar conectadas, pero que casi con seguridad eran parte de este mismo proceso. Las historias involucraban a empleados de Coca-Cola que habían sido arrestados por aceptar sobornos. Una de estas personas, de apellido Zhu, que trabajaba en el departamento de marketing de Coca-Cola en Shenmei, aparentemente había aceptado más de 10 millones de RMB, unos 1,5 millones de dólares, y varias otras habían sido acusadas y detenidas por el mismo delito[5][6]. Es cierto que los empleados de Coca-Cola y de otras empresas americanas en China a menudo exigen mordidas, pero éstas suelen ser intentos de extorsión a pequeña escala por parte de los proveedores de la empresa, en los que la persona tiene autoridad para otorgar contratos comerciales, y la policía no suele estar interesada en estos asuntos a menos que la propia empresa solicite una investigación policial. Pero esos pagos fueron dos órdenes de una magnitud por encima del nivel de extorsión comercial, dejando la conclusión más lógica de que esos empleados adicionales de Coca-Cola habían recibido sus pagos de la misma fuente que los camioneros que realizaban el ‘mapeo’ con GPS, en otras palabras, de alguna agencia del gobierno de los EE.UU., con el dinero de la Embajada de los EE.UU. dispensado en efectivo a través de la compañía Coca-Cola, pero fueron capturados antes de que pudieran ejecutar sus labores de espionaje.

Este es un buen lugar para señalar que en un año típico (al menos hasta hace poco) los consulados americanos en China recibían unas 800.000 solicitudes de visado al año de ciudadanos chinos, la mayoría para estudios o turismo. La embajada y los consulados de los EE.UU. cobraban una tasa de 1.000 RMB por cada solicitud, con la condición de que la tasa se pagara sólo en efectivo. Para ahorrarle las matemáticas, eso es alrededor de 800 millones de RMB por año, o alrededor de 130 millones de dólares que pasaron por el sistema bancario y que estaban disponibles para operaciones encubiertas. Una página web más reciente, pero sin fecha, afirma que las tasas de solicitud pueden ser pagadas con Visa o Master Card, American Express, Discover y Diners Club; por supuesto, cada ciudadano chino lleva estas tarjetas de crédito americanas en la misma medida que cada americano lleva tarjetas de crédito del Banco de China.

El interesante caso de Xue Feng

En 2010, un tribunal chino acusó al geólogo chino-estadounidense Xue Feng de intentar obtener y traficar con secretos de Estado, y le condenó a ocho años de prisión y a una multa de 200.000 RMB por sus intentos de comprar datos sobre la industria petrolera china. Naturalmente, el gobierno de los Estados Unidos reaccionó con “consternación y perplejidad” ante la sentencia de prisión impuesta y, como es natural, los medios de comunicación americanos presentaron una descripción distorsionada de los acontecimientos que lo rodeaban mientras retenían la mayor parte de la información crucial. Veamos los hechos.

Según diversas fuentes, Feng había reunido documentos y datos registrados sobre las condiciones geológicas de los pozos de petróleo en tierra de China, así como una base de datos que proporcionaba las coordenadas GPS de más de 30.000 pozos de petróleo y de gas pertenecientes a CNOOC y PetroChina. La información fue vendida luego (o a punto de serlo) a la empresa americana IHS Energy por 350.000 dólares.

La cuestión principal es que, sin petróleo, un país no tiene capacidad militar. Sin un suministro constante de petróleo, los barcos no pueden navegar, los aviones no pueden volar, los tanques no pueden moverse y las tropas no pueden ser transportadas. Los EE.UU., siendo una de las dos únicas naciones del mundo que siempre están buscando otra guerra, es el único país que acumula datos sobre la capacidad de suministro de petróleo de todas las demás naciones. Lo hace porque, en caso de conflicto armado, quiere saber la capacidad de combustible militar del enemigo. Esto incluye no sólo las rutas de suministro de los petroleros, sino la capacidad de producción de todos los pozos productores, la duración máxima de la producción y, quizás lo más importante, las coordenadas GPS precisas para el lanzamiento de misiles para destruir esa capacidad. Por ello, la información sobre los pozos petrolíferos de China es de gran interés para el ejército de los Estados Unidos y, por supuesto, esto es por lo qué el gobierno chino considera que esa información es sensible y confidencial. Podría ser crucial para la supervivencia de China.

Veamos al supuesto empleador de Feng, la misteriosa IHS Energy, identificada en los medios de comunicación de los EE.UU. como una “empresa de servicios de información” que proporciona datos sobre la producción mundial de petróleo a clientes de todo el mundo. No es del todo cierto. IHS es una empresa hermética dedicada principalmente al espionaje para el ejército de los EE.UU., y de hecho IHS nació en el ejército de los EE.UU., aunque ni Google ni Bing parecen ser conscientes de ello. Esta compañía fue creada originalmente para servir a la industria que manufactura las armas aerospaciales de los EE.UU. y para coordinar las compras de los contratistas de armas. La empresa publica muchos libros y revistas militares que son utilizados por los gobiernos occidentales como fuente principal de inteligencia militar y de informacional sobre defensa y guerra. Una compañía propiedad de IHS es Jane’s Information Group[7][8], quizás la principal fuente de información e inteligencia de la industria aeroespacial y de defensa para todas las agencias gubernamentales occidentales. IHS también es propietaria de una compañía llamada Cambridge Energy Research Associates[9], que es una empresa de recopilación de inteligencia militar que asesora a los EE.UU. y a otros gobiernos occidentales sobre estrategia militar y lo que podríamos llamar “geopolítica”, relacionada con la disponibilidad de energía de los ejércitos extranjeros, incluyendo ciertamente a China.

Aún más, uno de los activos más críticos de IHS es una base de datos masiva que contiene toda la información técnica y de producción de la gran mayoría de los pozos de petróleo y de gas del mundo entero[10], un activo recogido exclusivamente para su uso por el ejército de los EE.UU., la CIA y el Departamento de Estado. Esta información es una parte crítica en la planificación de la guerra americana, ya que un objetivo primordial en un conflicto armado sería neutralizar o destruir los suministros de energía de su oponente. Y dado que los EE.UU. han estado durante años planeando escenarios de guerra que involucran a China, es por eso que la IHS estaba tan interesada en obtener toda esa información.

A partir de esto, se puede entender por qué IHS tenía a Feng recogiendo información a una escala tan enorme y detallada. Para su planificación de la guerra, el ejército de los EE.UU. necesita conocer la capacidad precisa de producción de todos los pozos de petróleo de China y si sus rendimientos están aumentando o disminuyendo, con el fin de estimar la capacidad del ejército de China para funcionar durante un conflicto si la armada de los EE.UU. corta los suministros importados por los petroleros a China a través del Mar de China Meridional. Se le encargó a IHS la tarea de obtener esta información, incluyendo las coordenadas GPS precisas de todos los pozos productores de cualquier importancia, para que el ejército de los EE.UU. pudiera apuntar hacia ellos y destruirlos con misiles de crucero. Y por eso la información valía 350.000 dólares para IHS; ellos la habrían reelaborado y revendido por millones a varios departamentos del ejército de los EE.UU. y a otras agencias gubernamentales.

Feng no era un empleado de IHS. Era un trabajador independiente que había sido contratado y entrenado por la CIA en el espionaje y la recopilación de datos en China, y luego entregado a IHS bajo contrato para recoger la información necesaria. El WSJ hizo una tímida declaración de que Feng “había cambiado de trabajo poco antes de ser detenido por su trabajo para IHS”. Esta fue la razón.[11] Feng no estaba haciendo “investigación” en ningún sentido en el que usamos esa palabra, ni estaba recogiendo información que ya era de dominio público como los medios de comunicación occidentales lo trataban de retratar. En cambio, estaba involucrado en un importante programa de espionaje para el ejército de los EE.UU. en un área crucial para la defensa de China, y debería haber sido ejecutado por sus acciones. No puedo entender por qué no lo fue.

La información que Feng intentó reunir no estaba disponible comercialmente ni era de “dominio público”, como sugerían los medios de comunicación occidentales. Otros informes de los medios declararon que esta información está disponible públicamente en los EE.UU., una afirmación que puede ser cierta, pero irrelevante. Los EE.UU. no están en peligro de un ataque militar y nadie está recogiendo las coordenadas GPS de los pozos de petróleo americanos para dirigir los misiles de crucero en su dirección. En cualquier caso, difícilmente podría escapar a la detención o al encarcelamiento en los EE.UU. alegando que mi “investigación de mercado” sobre sus activos militares era legal en algún otro país y por lo tanto los EE.UU. no tenían derecho a detenerme, aunque Feng intentó esa defensa en los tribunales chinos.

En uno de sus artículos sobre este tema, el WSJ hizo esta observación: “El Sr. Xue nació en China, un recordatorio de que los chinos étnicos pueden ser más vulnerables a los escollos del sistema legal del país que los extranjeros. Al igual que IHS, muchas multinacionales han llegado a confiar en personas como Xue para dirigir sus operaciones en China”. IHS no tenía “operaciones en China” ni ninguna presencia en China, pero el comentario anterior es cierto en el sentido de que en tales circunstancias las autoridades chinas han tendido a ser más indulgentes con los extranjeros que con los chinos étnicos, a los que consideran traidores a su patria.

Los Estados Unidos invierten un esfuerzo considerable en localizar y adoctrinar a los americanos nacidos en China que puedan estar lo suficientemente “convertidos” como para traicionar a su propio país. Feng fue sin duda uno de ellos, su atracción por la CIA se basaba en la suposición de que, siendo de origen chino, atraería menos atención que otros extranjeros y podría entender mejor cómo encajar en el entorno cultural sin llamar la atención.

El gobierno de los EE.UU. se interesó mucho en el caso de Feng, y montó una prolongada campaña diplomática para que lo liberaran por razones “humanitarias”. El ex embajador de los Estados Unidos, Jon Huntsman, visitó a Feng en prisión, e incluso el Presidente Obama se reunió con el Presidente de China para rogarle la liberación de Feng, mientras que muchos otros funcionarios del gobierno de los Estados Unidos plantearon el tema en privado. Para que lo sepa usted, cuando el gobierno de los EE.UU. muestra un interés tan agudo en el destino de uno de estos individuos, es sólo porque esos mismos funcionarios participaron activamente en la colocación de la persona en esa situación, y sienten cierta responsabilidad de salvar a su “activo”. Es interesante que este caso debe haber implicado más que simplemente datos de producción y localización de pozos petrolíferos, porque se le prohibió la audiencia a cualquier persona del gobierno de los EE.UU.[12], lo que indicaría que había implicados asuntos clasificados adicionales y graves.

Para su lectura de entretenimiento, aquí están algunas de las distorsiones occidentales:

The UK Independent publicó un titular gritando: “Geólogo americano encarcelado durante ocho años en China por investigación petrolera”[13], en un caso que “pone de manifiesto el uso por parte del gobierno de vagas leyes de secretos para restringir la información comercial”. El Wall Street Journal nos dijo que “el caso del Sr. Xue es el último que pone de relieve las duras cuestiones sobre la legalidad en China para la realización de investigaciones de mercado”, afirmando que “el caso del Sr. Xue se deriva puramente de su intento de comprar datos disponibles comercialmente sobre la industria petrolera”. Obsérvese la elección de las palabras. Feng fue encarcelado por realizar “estudios de mercado”, en cuya calidad intentó comprar “datos disponibles comercialmente”, dejando una impresión bastante diferente de los hechos. El UK Guardian[14] y el Telegraph[15] también intervinieron, y Fox News nos dijo que “los funcionarios chinos tienen amplia autoridad para clasificar la información como secretos de estado”. A diferencia de los americanos.[16] El gobierno de los Estados Unidos jugó su papel en el circo mediático, afirmando que Feng simplemente “recibió” información que “debería ser de dominio público”, y “sólo estaba haciendo su trabajo”.

Más divertido aún, el WSJ afirmó que el tribunal chino anunció su veredicto durante un fin de semana festivo en América, “parecía ser un calculado acto de desafío” contra los EE.UU.[17], lo que significa que China debe llevar sus asuntos internos con un ojo en el calendario de los días festivos en los EE.UU. para asegurarse de que los americanos estén debidamente informados. Un profesor de derecho judío-americano de Nueva York, Jerome A. Cohen, que pretende ser “una autoridad en el sistema legal de China”, afirmó que este era un caso en el que China “se burlaba del gobierno de los EE.UU.”, aparentemente un imperdonable acto de desafío contra el Amo Imperial. Y el acto de enviar a Feng para llevar a cabo el espionaje en China sería que el gobierno de los EE.UU. ¿”se burla” de quién?

Notas

[1] https://cocacolaunited.com/blog/2012/11/12/supporting-u-s-military-and-veterans-since-1941/

[2]https://www.wsj.com/articles/SB10001424127887323826704578357131413767460

[3] https://www.cbsnews.com/news/china-accuses-coca-cola-of-misusing-gps-equipment/

[4] http://www.3snews.net/startup/246000023519.html

[5] https://www.nytimes.com/2009/09/14/business/global/14coke.html

[6] http://www.china.org.cn/china/news/2009-09/17/content_18543520.htm

[7] https://janes.ihs.com/

[8] https://www.janes.com/defence-equipment-intelligence/

[9] https://www.bloomberg.com/profile/company/376925Z:US

[10] https://ihsmarkit.com/products/international-well-data.html

[11]https://www.wsj.com/articles/SB10001424052748704594804575649722313164714

[12] https://www.nytimes.com/2010/12/01/world/asia/01beijing.html

[13] https://www.independent.co.uk/news/world/asia/us-geologist-jailed-for-eight-years-in-china-for-oil-research-2019192.html

[14] https://www.theguardian.com/world/2010/jul/05/us-geologist-china-prison

[15]https://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/asia/china/7871740/American-geologist-Xue-Feng-jailed-in-China-for-eight-years.html

[16] https://www.foxnews.com/world/chinese-court-sentences-us-geologist-abused-by-state-security-agents-to-8-years-in-jail

[17] https://www.wsj.com/articles/SB10001424052748704738404575347901204454976

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Larry Romanoff es consultor de gestión y empresario jubilado. Ha ocupado puestos ejecutivos de alto nivel en empresas de consultoría internacionales y ha sido propietario de un negocio de importación y exportación internacional. Ha sido profesor visitante en la Universidad Fudan de Shanghai, presentando casos de estudio en asuntos internacionales a las clases superiores del EMBA. El Sr. Romanoff vive en Shanghai y actualmente está escribiendo una serie de diez libros relacionados generalmente con China y Occidente. Se puede contactar con él en 2186604556@qq.com.


Copyright © Larry RomanoffMoon of Shanghai, 2020

Traducción: PEC

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