Venezuela: la Asamblea Nacional Constituyente está en su lugar, pero la lucha por la Soberanía no ha terminado

por Peter Koenig, en The Vineyard of The Saker. Traducción de Leonardo Del Grosso

Venezuela votó el 30 de julio por una Asamblea Nacional Constituyente (Asamblea Nacional Constituyente), con cerca de rotundos 8,1 millones de votos, o más del 41% del electorado total. La cifra fue confirmada por la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena. Antes de las elecciones, el grito guerra de los chavistas era ¡Venceremos!, la consigna revolucionaria favorita del Che Guevara. Y al día siguiente, 31 de julio, el ¡Ganamos! victorioso acompañado por el baile en las calles.

Para contrarrestar la calumnia de la corriente principal de los mercenarios medios masivos de comunicación de Venezuela, llamando como un dictador al legítimo Presidente democráticamente electo, y que la votación era ilegítima y contra la actual Constitución venezolana, déjenme explicar, en primer lugar, lo que dice la Constitución:

Artículo 347 de la constitución venezolana:

“El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario. En ejercicio de dicho poder, puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución”.

Artículo 348

“La iniciativa de convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente podrán tomarla el Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros; la Asamblea Nacional, mediante acuerdo de la dos terceras partes de sus integrantes; los Consejos Municipales en cabildo, mediante el voto de las dos terceras partes de los mismos; o el quince por ciento de los electores inscritos y electoras inscritas en el registro civil y electoral”.

Artículo 349

“El Presidente o Presidenta de la República no podrá objetar la nueva Constitución. Los poderes constituidos no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente”.

El proceso para votar para la ANC es complejo pero altamente democrático. La elección del 30 de julio eligió a 545 miembros de la Asamblea Nacional Constituyente, de los cuales dos tercios (364) fueron elegidos a nivel regional o territorial, y un tercio (181) por sectores de profesiones o actividades, es decir, estudiantes, campesinos, sindicatos de diferentes fuerzas de trabajo, empleados, propietarios de negocios, etc. Este entrecruzamiento de la representación popular es la base más sólida de la democracia. Vea también http://www.globalresearch.ca/why-is-venezuela-in-the-white-houses-crosshairs/5594240.

Los 8.1 millones de votos pro-ANC pueden, a primera vista, con un 41% de votantes elegibles totales, no constituir una mayoría absoluta, pero son una mayoría legítima analizada desde diferentes perspectivas. Los únicos datos históricos que tenemos actualmente sobre Venezuela son los de la Constitución de 1999 (todavía válida hoy), que el Presidente Hugo Chávez Frías, elegido en 1998, inició después de preguntar a la gente si estaban de acuerdo con la redacción de una nueva Constitución. Recibió un abrumador apoyo del 80%.

Suponiendo que en promedio alrededor del 20% al 25% del electorado no votan (basado en las últimas 19 elecciones desde que el Gobierno Revolucionario Bolivariano asumió el poder en 1998), de los 20 millones de electores elegibles, se espera que voten unos 15 millones. Con 8.1 millones de partidarios de la ANC, la Asamblea Nacional Constituyente resultante de las elecciones del 30 de julio es una clara mayoría, en torno del 54%.

Cuando lo comparamos con el plebiscito de la oposición, ilegalmente celebrado una semana antes, el resultado de la elección es otra victoria resonante. La oposición afirma haber recibido 7,2 millones de votos en contra de la ANC. Sin embargo, para todos los observadores, incluidos los internacionales, esta es una cifra altamente cuestionable y probablemente muy inflada (basada en sus padrones electorales, que eran una fracción de los del proceso electoral de la ANC en todo el país). Además, el resultado anunciado no se pudo chequear, ya que los actas de las votaciones fueron quemadas por la oposición tan pronto como informaron al público del resultado del plebiscito. Sin embargo, incluso suponiendo que esta cifra era correcta -lo que muy probablemente no es- el total de votos alegados como emitidos, entre el proceso oficial de la ANC y el referéndum ilegítimo ascendería a 15,3 millones, de los cuales 8,1 millones representan alrededor del 53%, o la mayoría absoluta de los votos emitidos.

Para hacer bien el análisis, vamos a echar un vistazo a la curiosa composición de los votos que la oposición asegura haber recibido. En su referéndum las personas tuvieron que responder con sí o no a tres preguntas, cada una de las cuales era una pregunta dirigida contra la ANC. Cada una de las tres respuestas contó como un voto, por lo tanto, aquí hubo hasta tres votos por persona. Las mismas personas también fueron autorizadas a votar en varios distritos. Durante la conferencia de prensa de la oposición, un periodista preguntó si era correcto que un votante pudiera emitir su voto 17 veces. La respuesta de uno de los directores fue sí, pero eso puede ser descubierto en el conteo final. También hubo historias de niños de 10 años y otros menores que fueron votantes. Además, hay 101.000 votantes elegibles en el extranjero pero, según la oposición, los votos recibidos de los venezolanos que viven fuera de Venezuela fueron casi 700.000.

El ilegítimo -sí, ilegítimo- voto de la opoisición, es pura farsa. Ni siquiera nunca pudo ser comprobado, ya que los votos fueron quemados y dados los detalles anteriores, de los resultados promulgados de 7,2 millones de votos en contra de la ANC tendrían que ser descontados al menos de 30% a 50%. Sí, ilegítimo, ya que la Constitución no autoriza la interferencia de nadie una vez que se ha iniciado el proceso de la ANC.

Curiosamente, sin embargo, la oposición, que tenía la mayoría en la Asamblea Nacional, podría haber iniciado una Asamblea Nacional Constituyente. No lo hicieron. Podrían haber participado activamente en la elección de la ANC del presidente Maduro y haber presentado sus propios candidatos, como lo harían si hubieran respetado los principios de la democracia. Tampoco lo hicieron. Está claro que no les interesa un proceso democrático. No están interesados ni siquiera en el diálogo, una de las prioridades de Maduro para la resolución de conflictos. Quieren un “cambio de régimen” violento -eso es lo que sus amos de Washington quieren y para lo que pagan.


Los críticos más vociferantes del proceso vinieron de los habituales villanos, CNN, BBC, Washington Post, NYT, incluso The Guardian, pero hasta ahora relativamente pocos de la Unión Europea y sus miembros. Uno de los países que más sobresalen con su comentario no solicitado es la “neutral” Suiza, donde el Ministerio de Relaciones Exteriores pidió al presidente Maduro que cancele las elecciones para la nueva Asamblea Nacional Constituyente en “respeto a la democracia”. Declaró además, a través de la estación de la emisora estatal suiza de radio y televisión, SRG, que las elecciones eran ilegales, ya que están en contra de la Constitución -lo cual es una mentira flagrante, el Ejecutivo suizo es consciente de ello, pero seguramente eso agrada a Washington.

La Administración Trump también dijo que no reconocería la votación y golpeó a Venezuela con sanciones más pesadas, entre ellas, bloquear los presuntos “activos en Estados Unidos” del Presidente Maduro. Esto en sí mismo es una masiva y ridícula falsa propaganda. Eso debe resultar claro para cualquier tonto, que el presidente Maduro no tiene activos en los EE.UU. Las “sanciones” forzadas de Washington probablemente también serán imitadas por sus vasallos europeos.

Los líderes (sic) marionetas de derecha en América Latina, por supuesto, también han bailado inmediatamente con la melodía de sus amos del norte. El primero en hacerlo fue el presidente peruano Pablo Kuczynski, diciendo que su gobierno no reconocería el resultado de las elecciones. Pero ¿a quién le importa lo que el Perú piensa sobre la Venezuela democrática? – Su arrogancia llegó al punto de pedir al Primer Ministro peruano la formación de un comité que debería estudiar las posibles acciones que Perú podría y debería tomar contra Venezuela. Si uno conoce el nivel de corrupción que literalmente gobierna Perú -una de las peores, si no la peor de toda América Latina- y la manera en que Kuczynski fue “elegido”, o más bien instalado por sus jefes de Washington, uno puede reírse de incredulidad. Si hubiera algún sistema jurídico no comprado, sin corrupción en el Perú, los últimos cinco presidentes consecutivos estarían ahora en la cárcel por corrupción y crímenes contra la humanidad, incluido el actual.

Por supuesto, Colombia y México, entre los más firmes vasallos del imperio del norte, también acusaban a la iniciativa venezolana de ANC de ser ilegítima, antidemocrática, con el único propósito de permitir que el presidente Maduro se convierta en dictador y de curvar la nueva Constitución para que pueda permanecer presidente de por vida. Nada de esto, por supuesto, está previsto o en el mazo, o efectivamente permitido por la Constitución y la Asamblea Nacional permanece en su lugar. De hecho, de acuerdo con la Constitución, ni el Presidente ni la Asamblea Nacional que no esté siendo determinada o sustituida por la nueva Asamblea Nacional Constituyente, tienen derecho a interferir en el proceso de elaboración de una nueva Constitución por parte de la ANC.

En una reciente visita a México, el jefe de la CIA de extrema derecha (Tea Party), el Sr. Pompeo, prometió que tanto México como Colombia ayudarían a asegurar que se corrija la situación en Venezuela. No olvidemos que el presidente de Colombia, Santos (¡el último ganador del Premio Nobel de la Paz!), ya hace varios meses pidió a Bruselas que enviara tropas de la OTAN a Colombia. Pueden ya estar allí. Con una frontera porosa de 2.200 km entre Colombia y Venezuela, la infiltración de tropas colombianas y de la OTAN en Venezuela no sería complicada (http://www.globalresearch.ca/venezuela-washingtons-latest-defamation-to-bring-nato-to-south-america/5575480).

Entre los pocos, pero fuertes partidarios de la ANC, que reclamaron que el mundo respetara este proceso legítimo y democrático, estaban Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Cuba, Irán, China y Rusia. Otros pueden seguir. Hasta ahora, Bruselas sólo ha estado murmurando. Lo que queda por ver es cómo reaccionarán estos países, en particular Rusia y China, cuando llegue el momento de lanzar un posible golpe de estado a la Maidan en Kiev, Ucrania, en 2014.


¿Por qué el Presidente Maduro llamó ahora a una Asamblea Nacional Constituyente para modificar o reformular la actual Constitución? – La respuesta es simple. Dictadores de todo el mundo, como Francia bajo Macron, el Reino Unido bajo la Sra. May, y probablemente pronto Alemania bajo la Sra. Merkel, han pedido la Ley Marcial para aplastar “legítimamente” los derechos de los pueblos y llevar a cabo sus atroces programas de militarización y austeridad, así como “restringir selectivamente la influencia extranjera”.

El presidente Maduro, en cambio, sigue los principios democráticos hasta el núcleo. El propósito de una Constitución nueva o ajustada a la realidad tiene precisamente que ver con la interferencia extranjera en detrimento de la economía venezolana. Ésta incluye la escasez, orquestada desde el exterior, de suministros médicos y alimentos; desde Miami la manipulación de las tasas de cambio del mercado negro contra el oficial, arruinando el poder adquisitivo local, causando así inflación y depresión de la economía; propaganda mortal de las redes extranjeras de noticias; e infiltración de grupos terroristas violentos entrenados, armados y financiados desde el exterior para ayudar a organizar a la relativamente pequeña oposición elitista venezolana a causar estragos y disturbios civiles, como hemos visto durante los últimos meses en las vísperas de estas elecciones de la ANC. El Departamento de Estado de los Estados Unidos, financiador de la NED -National Endowment for Democracy, Fundación Nacional para la Democracia-, es un patrocinador clave de la oposición violenta en Venezuela, de la misma manera que en otras partes del mundo. Se espera que la Constitución nueva o ajustada permita que el gobierno controle soberanamente sus fronteras y su economía con cualquier medio que tenga que tomar para mantener a los criminales fuera y recuperar totalmente la soberanía.

Estos viciosos grupos respaldados desde el extranjero han costado la vida de unas 101 personas durante los últimos meses que condujeron al voto de la ANC, a través de los más horrendos actos de terror, incluyendo el linchamiento, quemar vivas a las personas, tiroteos, saqueo de tiendas, ataque y destrucción de escuelas, infraestructura, cuarteles de la policía y más. La lista de crímenes atroces cometidos por la llamada oposición no tiene límites -los que no son otra cosa que un instrumento para el tirano en jefe de Washington, que no dejará de hacerlo hasta que haya logrado un “cambio de régimen”.

La prensa prostituta no presenta esta imagen real de las cosas. Representan la violencia y los muertos como la responsabilidad del gobierno. De hecho, gracias a la diligencia de la policía nacional y de las 200.000 fuerzas militares desplegadas en todo el país en las últimas semanas para proteger a la población, los votantes, en la concurrencia a las urnas, la violencia y los hechos luctuosos se mantuvieron bajo control. Muy probablemente, el brote violento hubiera sido aún más atroz sin el despliegue militar.

Un nuevo gobierno títere devolvería a Venezuela a los años previos a Chávez -o lo más probable, mucho peor- entregando el mayor depósito de hidrocarburos del mundo a los gigantes petroleros de Estados Unidos y torturando a los chavistas y a cualquiera que en el pasado se hubiera opuesto y aún se oponga a la élite violenta antidemocrática, opresiva y servil a Washington.


¿Qué sigue para Venezuela? – Bueno, esto no ha terminado. La Asamblea Nacional Constituyente es sólo el primer paso. El bulldog rabioso no la dejará ir. Sigue atacando y mordiendo implacablemente y sin misericordia a una soberana, democrática y poco obediente Venezuela. La sostenida decadencia económica y social interna instigada desde el exterior, contexto que impulsó al presidente Maduro a iniciar las elecciones de la ANC, fue muy reminiscente del golpe militar fascista del 9/11/1973 instigado por la CIA en Chile.

El golpe de Estado de Chile también fue precedido por escasez, instrumentado artificialmente y desde afuera, de alimentos y suministros médicos -pagando a la gente para que proteste en las calles. La única diferencia es que el ejército chileno estaba dividido y altos rangos desertaron del presidente Allende. Esto no parece ser el caso en Venezuela. – El abrumador apoyo de la gente a la CNA ha consolidado la solidaridad dentro de la República Bolivariana y ha dado a la revolución nueva energía. Venezuela prevalecerá. ¡Venceremos!

 

 

 

 

 

 

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