por Franco Vielma, en Misión Verdad
Los eventos presenciados por toda Venezuela el 1 de septiembre arrojan las siguientes situaciones que podemos esquematizar como resultados.
Algunos de ellos podrían considerarse previstos, conforme se desarrollaron los eventos durante días y horas previas a las citas que el chavismo y la oposición tendrían en Caracas en esta fecha. He ahí que el manejo de estas claves es fundamental para la comprensión de las situaciones que vienen y la gestión política que harán los actores políticos involucrados.
1. Chavismo y oposición se midieron en convocatoria. La oposición logra una gran movilización, luego de años sin hacerlo. Teniendo el resultado electoral del 6D a cuestas, nadie duda que tengan gente. Pero el chavismo contra muchos pronósticos realizó actos a casa llena en todo el territorio nacional en días previos y el 1 de septiembre con sólo una convocatoria de 48 horas, y sin hacer una movilización nacional, llenó a reventar la joya de la corona, la avenida Bolívar de Caracas. La medición de gente en Caracas suele ser cuantitativa y podría considerarse pareja para ambos. Pero la victoria cualitativa de la movilización la tuvo el chavismo.
2. La derecha quedó confinada a los lugares habituales del este de Caracas. Para evitar choques con el chavismo y evitar ataques a edificios públicos, como los que han ocurrido en años anteriores, especialmente los perpetrados en las guarimbas de 2014, no se les permitió el ingreso al municipio Libertador, pese a que amenazaron hacerlo violando la ausencia de autorización para esos fines. La fuerza pública, controlando el espacio-territorio, contuvo ataques a instituciones, bienes y personas, al mismo tiempo que mantuvo distanciadas las concentraciones contraviniendo las tentaciones de choque, especialmente aupadas previamente en el discurso opositor que convocó a sus seguidores a Caracas.
3. Numerosos detonantes de violencia fueron desactivados previo al 1S. Yon Goicochea y Carlos Melo fueron detenidos con explosivos, al igual que los 92 paramilitares colombianos descubiertos en Catia. Hubo zonas tomadas por efectivos policiales previamente, y esto impidió choques. Las acciones fueron articuladas y múltiples. El despliegue de los mecanismos preventivos fue totalmente eficiente. Esto salvó vidas, aunque muchos todavía no logren verlo.
4. La MUD desvió totalmente el propósito político de su convocatoria. El revocatorio no fue el protagonista. Carreras presidenciales de Capriles y Ramos Allup desviaron el sentido de todo, pues “protesta” es distinto a “acto político”. Esas peleas internas por el micrófono y el discurso final terminaron por colocar a Chúo Torrealba en el podio. Quedó diferido el pronunciamiento público (aunque ya es abierto) del ascenso de Ramos Allup a candidato presidencial. Y he ahí que esa diatriba ha sido diferida a la caja de gatos que es la MUD a puerta cerrada.
5. El discurso de Chúo fue errático, aguado, disperso. El acto todo duró sólo una hora y concluyó con otra convocatoria, pero a cacerolazo, a las 8:00 pm. El resultado en el corazón de la protesta (que no fue protesta) terminó decepcionando. Seguidores de la derecha esperaban otro tipo de acciones articuladas e inmediatas para producir ya una torcedura de brazo al Gobierno. “Ir a Miraflores”, “Acabar con Maduro el 1S”, “Obligar al CNE a hacer el revocatorio ya” son objetivos y ansiedades incumplidas.
6. El gobierno desmontó gran parte del aparataje de violencia previamente montado, desarmó (literalmente) a la MUD. Enviar a la gente a cacerolear a sus casas no agradó a muchos de los seguidores quienes ya tenían meses sometidos a un discurso viral de violencia. A los opositores se les convocó a marchar empleando la glorificación del enfrentamiento, con triunfalismo, con la promesa de la revancha como estímulo, bajo promesas de resultados inmediatos. Al escuchar a Chúo, desarmado, la decepción se impuso.
7. Muchos seguidores de la derecha, totalmente enajenados por la propaganda violenta e intoxicante del fascismo, no se conformaron con ir a casa a cacerolear. De ahí que son altamente probables situaciones violentas dispersas en los próximos días. Seguramente los “lugares históricos” de la derecha en muchas ciudades o sitios emblemáticos de las guarimbas de 2014 vuelvan a ser lugares donde la violencia concurra. Voluntad Popular es un factor altamente activo en esa segunda agenda. En Táchira, Altamira, Las Mercedes, se suscitaron guarimbas a sólo horas del fin de la cita en Caracas.
El cacerolazo se cumplió a las 8:00 pm. Fue breve, efímero. No significó ningún resultado concreto para la derecha y sus objetivos planteados y hechos públicos con vehemencia.
8. La oposición hizo algo el 1S: empezó con todas sus fuerzas. Y en un acto de uso de máxima fuerza no logró nada. En términos prácticos, no lograron absolutamente nada. Lo que quiere decir que difícilmente puedan hacer pronto otro tipo de demostración de fuerza superior a esta. La calle como forma de presión no funciona acorde a sus expectativas, menos todavía si están encarrilados a la “no-violencia” una vez que anticipadamente les desactivan sus aparaticos de muerte.
9. Los opositores deben hacerse una pregunta muy corta y sencilla. ¿Qué logró la oposición el 1 de septiembre en realidad? Es una pregunta crucial, frente a todas las ofertas que les hicieron para movilizarlos a Caracas. Maduro desde la Bolívar envió un saludo “de respeto, como venezolanos que son” a todos los seguidores de la derecha que se congregaron. Muchos debemos suscribir ese saludo porque, pese a los líos, los chalequeos y las diferencias de visión, entre esos compatriotas había mucha gente buena que, por incauta, se les irrespetó. Promesas como “no salir de Caracas hasta la renuncia de Maduro”, “torcerle el brazo al Gobierno”, “el 1 Maduro cae”, “llegar hasta Miraflores”, “la batalla final”, “obligar al CNE a hacer el revocatorio este año”, fueron ofertas engañosas, ansiedades, promesas triunfales que no se lograron.
Promesas esas que la MUD sabía que nunca se lograrían, pero que igualmente hicieron para atraer a su gente. Los envenenaron, los mediatizaron y hasta los envalentonaron, para luego guiarlos a la decepción.
10. Los opositores deben admitir también que la creación de falsas expectativas es un viejo problema con el que su dirigencia se ha desenvuelto con total irresponsabilidad. Son 17 años de lo mismo. Deberían asumirse como gente seria y evitar que se burlen de ellos constantemente. Todavía debería estar fresco el recuerdo de “la última cola”, pero el encantamiento y la demagogia son tan poderosos a veces que las mentes débiles son frágiles a eso, más todavía cuando se trata de una población que está pensando con el estómago (no con la cabeza) luego de un descarado y desalmado escoñetaje empresarial de nuestras condiciones de vida en estos años.
Los opositores (al igual que los chavistas) han sufrido los embates de la economía “coñoemadre” (como Ramos Allup) impuesta por la élite que quiere tomar el poder desde que lo perdió hace 17 años. Esos opositores tienen preocupaciones. Tienen necesidades. Pero al ser tan abiertamente encaminadas a los fines personalistas en la MUD, se desnuda el hecho de que para la MUD lo importante no es la gente sino el poder, sus cuotas, su protagonismo.
En términos prácticos, concretos, reales, lo único que sí logró la MUD fue burlarse de su gente. Quienes teniendo sus razones para hacerlo, pero que inocentemente salieron a marchar, no lograron nada de lo que les prometieron y querían lograr. O sí, sí lograron algo. Lograron ser telón de fondo para que Chúo, Ramos Allup y Capriles se tomaran la foto.
11. En el frente externo, donde se pensaba que se consumarían todas las presiones sobre el Gobierno venezolano, las expresiones son todavía parcas y tibias. Sólo suscriben la propaganda de la MUD de la gran movilización y relanzan la retórica de que “el revocatorio debe hacerse este año”. Si abrirán paso a nuevas acciones coercitivas, está por verse. Pero el resultado político puntual es nulo o idéntico a situaciones previas al 1S. No hay elementos de valor significativo desde la fachada externa.
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